Ilie Oleart

10 reflexiones tras el fin de semana

Klopp quizás tenga que pedir un taxi para llegar a la meta, los aficionados del Arsenal exigen el «Wexit», Josh King emprende su ascenso hacia la cima, Ross Barkley se beneficia de jugar sin presión.

1. Bajas que se traducen en derrotas

En ocasiones, los periodistas deportivos se asemejan en demasía a los economistas, tal y como los veía el famoso Laurence J. Peter: “Es un experto que mañana sabrá explicar por qué las cosas que predijo ayer no han sucedido hoy». Con demasiada frecuencia, sientan cátedra desde sus columnas sobre por qué fulanito o menganito, entrenadores con años de experiencia en el fútbol profesional de alto nivel, se equivocaron clamorosamente en tal o cual planteamiento. Y muchas veces obvian un factor crucial: los entrenadores no juegan. Podría argüirse incluso que la incidencia del árbitro durante los noventa minutos es mucho mayor que la de cualquiera de los dos entrenadores. Y así, buscamos explicaciones enrevesadas a cosas que no lo requieren. El Swansea perdió en Hull porque Fernando Llorente no estaba sobre el campo. Así de simple. La ausencia de un delantero que suma once goles en liga y, desde su posición de vanguardia, dicta el juego de todo su equipo es determinante. Los Swans se encontraban cómodos sobre el campo hasta que el delantero español se lesionó. A partir de ahí, el Hull comenzó a crecer y se llevó un duel clave por la salvación. Tan fácil como eso. Y una previsión: sin Harry Kane, el Tottenham puede acabar estrellándose (léase, fuera de los cuatro primeros lugares). El pressing de Pochettino será el mismo pero ya no tendrá al delantero más letal de esta liga. Fácil.

2. Las ventajas de jugar sin presión

El Everton vive en tierra de nadie desde hace meses. Demasiado lejos de Europa, demasiado lejos del resto. Quizás eso haya ejercido una cierta liberación en algunos de los jugadores de lo Toffees. Romelu Lukaku ha roto su récord goleador en una temporada de Premier League y, de paso, el de un jugador del Everton desde 1992 con 19 goles. Pero quizás el más beneficiado por este deambular por tierra de nadie es Ross Barkley. A pesar de tener solo 23 años, la carrera del jugador inglés ha sufrido varios vaivenes. Debutó en el equipo de la mano de David Moyes pero irrumpió en la primera temporada de Roberto Martínez. A partir de ahí, fue desapareciendo gradualmente del mapa hasta situarse en la estela de otros canteranos olvidados del club como Jose Baxter. Pero con Koeman, Barkley ha resurgido con fuerza y sería una sorpresa que no estuviera en la lista de convocados de Gareth Southgate de esta semana.

3. El tesoro Niasse

“One man’s trash is another man’s treasure” reza un dicho inglés. Lo que para un hombre es basura, para otro puede ser un tesoro. Sin ánimo de faltar, ese viaje es el que ha hecho Oumar Niasse entre Goodison Park y el KCOM Stadium. Fichado por una cifra desorbitada superior a los diez millones de libras por Roberto Martínez, Niasse no tardó en dar con sus huesos en el equipo sub-23. En un año, Niasse logró disputar siete partidos con los Toffees, en los que no logró marcar. Unas cifras que contrastan con sus sorprendentes registros en estos dos meses en Hull, donde ha logrado cuatro goles en diez partidos. Los dos últimos, ante el Swansea, le sirvieron al Hull para ganar a un rival directo en la lucha por la salvación y seguir soñando con otra temporada en la élite.

4. De heredero de Solskjaer a gemelo de Macheda

El noruego Josh King aterrizó en Old Tafford con dieciséis años con el firme propósito de emular las hazañas de su compatriota Ole Gunnar Solskjaer. Sin embargo, tras cuatro años en el club de Mánchester y otras tantas cesiones a Preston, Borussia Moenchengladbach, Hull y Blackburn, la carrera de King parecía destinada más bien a seguir los pasos de su compañero en las categorías inferiores del club Federico Macheda. Su cesión y posterior traspaso al Blackburn Rovers salvaron su carrera. Allí se hizo un jugador y logró enderezar el rumbo de un navío que parecía destinado a acabar en el fondo del mar. Su paso por los Rovers le permitió fichar por el Bournemouth, en un movimiento de carrera arriesgado que ha acabado siendo un éxito. En la costa sur, King se ha afianzado en la Premier League y sigue creciendo día a día de la mano de Howe. Su hat-trick ante el West Ham del fin de semana le ha permitido superar por primera vez la barrera de los diez goles cuando todavía quedan diez jornadas de liga. Y con 25 años recién cumplidos, King todavía tiene margen de mejora.

5. Klopp pide taxi

Si hay un equipo capaz de tropezar dos veces con la misma piedra, ese es el Liverpool. Está bien, y el Arsenal. Pero ahora vamos a hablar de Jürgen Klopp y cómo casi consigue tropezar por segunda vez con el Burnley. Tras perder 2-0 en agosto en el partido de la primera vuelta, pocos esperaban que los Clarets plantaran batalla en Anfield. Pero eso fue exactamente lo que sucedió. El equipo de Sean Dyche se adelantó por medio de Ashley Barnes y el Liverpool solo consiguió remontar gracias a un gol en el descuento de la primera parte y a un disparo lejano de Emre Can en la segunda. Considerando que el Burnley va camino de ser el peor visitante de la historia de la Premier (suma dos puntos, el infausto Derby de 2007-08 logró tres), ganarles con tamaños apuros no puede considerarse sino una pésima señal. Da la impresión de que al Liverpool se le atrancó el freno de mano en enero, se le gripó el coche en febrero y se le ha pinchado una rueda en marzo. Si quiere llegar a mayo entre los cuatro primeros, quizás tenga que coger un taxi.


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6. La creciente centralización del fútbol inglés

Ya hemos comentado varias veces en estas líneas que la hegemonía del fútbol inglés se ha trasladado de norte a sur. Una constatación que podemos corroborar en estas semifinales de Copa, donde tres de los cuatro equipos proceden de Londres: Arsenal, Tottenham y Chelsea. Por supuesto, estas semifinales se disputan en Wembley, en la capital inglesa, lo que contribuirá a acrecentar una creciente sensación: Londres está robándole el fútbol al resto del país.

7. Judas

Antonio Conte y José Mourinho tuvieron sus más y sus menos (alerta: eufemismo) en la banda durante el duelo entre Chelsea y Manchester United de Copa. Su choque propició que los aficionados del Chelsea le recordaran a su exentrenador que “ya no es especial”. Mourinho les respondió levantando tres dedos en relación a los títulos de liga que consiguió con el club. En rueda de prensa, fue igual de contundente: “Hasta que no llegue un entrenador y conquista cuatro títulos, Judas seguirá siendo el número uno”. ¿Qué esperaba Mourinho? Ha fichado por un rival directo al que llevaba años cortejando y su segunda etapa en el club estuvo lejos del esplendor de la primera (una temporada correcta de debut, una liga en la segunda y la consabida debacle en la tercera). A tenor de lo visto, difícilmente habrá una tercera cena para Judas.

8. Wexit

Antes del partido ante el Lincoln, que el Arsenal resolvió por 5-0 en la segunda parte, un grupo de aficionados del club exigió la marcha de Arsène Wenger. No nos engañemos: es un grupo pequeño en relación con la masa social del club y eminentemente joven. Eso explicaría su escasa creatividad para confeccionar eslóganes (“toda hermosa historia tiene un final”), a la que el sábado sumaron un dudoso sentido del humor luciendo una pancarta que rezaba “Wexit”. Wenger y “Exit”, ¿lo pillan? Pero algo me dice que, si todos los abonados del Arsenal votaran sobre la continuidad de Wenger, este grupo de aficionados se llevaría una sorpresa.

9. Here comes the Son

A rey muerto, rey puesto. Tras la lesión de Harry Kane, Mauricio Pochettino optó por dar entrada a Christian Eriksen y colocar a Heung-min Son en punta. Una decisión que resultaría un éxito, como prueba el triplete del surcoreano. Lo cierto es que siempre que el técnico argentino le ha colocado como delantero, Son no le ha fallado. Y ahora que el Tottenham deberá afrontar una larga travesía por el desierto sin Kane, tener a Son en racha puede ser la diferencia entre acabar entre los cuatro primeros o caer fuera de los puestos de Champions. Claro que el rival era el Millwall de League One. Hasta Vincent Janssen logró marcar un gol.

10. La irrupción del City

La inteligencia de David Silva, la sorprendente recuperación de Yaya Touré o la chispa de Kevin De Bruyne se han llevado los titulares del Manchester City esta temporada. Incluso la reconversión de Aleksandr Kolarov en central o la incapacidad de Claudio Bravo para detener un balón de playa pinchado lanzado por un niño daltónico de tres años. Pero pocos han reparado en la irrupción de un talento nato, un jugador que puede marcar una época en el City junto a De Bruyne, Sterling y Gabriel Jesus. Tras unos primeros meses complicados, Leroy Sané no solo se ha convertido en fijo en las alineaciones de Pep Guardiola sino que además se ha erigido en el jugador más desequilibrante de su equipo. Sané sale por dentro, por fuera, desborda, regatea, marca, asiste… y todo a máxima velocidad.

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Ilie Oleart