1. Tres propuestas para acabar con el aburrimiento
El sábado pasado, se marcaron cuatro goles en cinco partidos de Premier League en que los protagonistas eran principalmente equipos sin nada por lo que jugar ya. Este sábado, al descanso de los cuatro partidos de la franja de las tres de la tarde se habían marcado solo dos, aunque las segundas partes estuvieron más animadas. En estas últimas jornadas tenemos que sufrir muchos partidos en que ninguno de los dos contendientes tiene nada por lo que jugar. Desde el séptimo (Everton, que ya sabe que jugará la Europa League y no puede luchar por la Champions League) hasta el 15º (el Watford, virtualmente salvado), hay nueve equipos cuyo único objetivo ya es irse de vacaciones. Para evitar este aburrimiento, he aquí algunas sugerencias. En primer lugar, los entrenadores podrían dar oportunidades a los jóvenes del filial de foguearse en la Premier League. Otra opción es, ya sin nada que perder, apostar por un fútbol ofensivo, casi suicida: jugar con tres defensas, juntar media docena de delanteros y dedicarse a atacar cual patio de colegio. Una tercera opción para entretener a los espectadores, más remota pero más divertida sería invertir los papeles. Es decir, que los centrales jugaran de delanteros y viceversa. Así, veríamos una defensa con Lukaku, Barkley y Mirallas, y una delantera con Phil Jagielka y Ashley Williams. Existe una cuarta pero no estoy seguro de que la FA y la Premier League dieran su visto bueno: que los jugadores pasaran por el pub un par de horas antes de empezar el partido. En algunos casos, dudo que nos fuera peor.
2. Una goleada engañosa
El Manchester City parece el Arsenal en ocasiones. Tras cada derrota, Pep Guardiola parece un aprendiz de brujo con una varita rota y tras cada goleada parece que su equipo sea la reencarnación de la naranja mecánica pero en tintes azulados. Tras vencer 5-0 al Crystal Palace, tocó lo segundo. Pero lo cierto es que fue una goleada un tanto engañosa. Debido a las múltiples bajas en el eje de la defensa (de los cuatro centrales del equipo -Damien Delaney, James Tomkins, Mamadou Sakho, Scott Dann- solo el primero pudo estar en el banquillo), Sam Allardyce colocó a dos laterales como centrales. Jeff Schlupp, un interior reconvertido en lateral, tardó una hora en comprender la posición en la que estaba jugando. Su compañero Martin Kelly llegó a la ducha sin haberlo hecho.
3. El Tottenham sucumbe víctima de las mismas carencias
La temporada pasada, el Leicester se proclamó campeón después de que el Tottenham desaprovechara un 0-2 en Stamford Bridge y el Chelsea acabara igualando el partido. Esta temporada, los Spurs dejaron escapar todas sus opciones en liga en un estadio situado a menos de 20 kilómetros de allí. La derrota por 1-0 ante el West Ham en el London Stadium significa que el Chelsea puede ser campeón de liga antes de que los Spurs vuelvan a pisar un terreno de juego, ya que los de Antonio Conte juegan el lunes ante el Middlesbrough y el viernes ante el West Bromwich. Dos victorias decidirán la liga. Lo peor de la derrota ante los Hammers para los Spurs fue que aparecieron algunas carencias que ya apreciamos hace casi exactamente un año en el Bridge. Los de Mauricio Pochettino jamás estuvieron a la altura del desafío y, cuando se hallaron contra las cuerdas, perdieron la calma y los nervios les impidieron tomar las decisiones correctas. Una vez más, la juventud les pasó factura en el momento crucial. Lo único bueno para Pochettino y sus chicos es que la juventud tiene fácil arreglo: basta con dejar pasar el tiempo.
4. El suicidio del Hull City
Cuando Marco Silva aterrizó en Hull, los Tigers eran un equipo moribundo. Su plantilla era la más corta y escasa de talento de toda la liga. Y los fondos para reestructurarla en invierno, limitados. La afición estaba en guerra abierta contra el dueño Assam Allam. En resumen, un entorno poco idóneo para montar una de las escapadas más improbables de todos los tiempos. Y, sin embargo, Silva se lio la manta a la cabeza, se puso a cerrar cesiones y fichajes a cuatro libras y acabó montando una plantilla más o menos apañada. Esos fichajes y su astucia táctica permitieron a su equipo abandonar finalmente los puestos de descenso y depender de ellos mismos para salvarse. El sábado recibían al descendido Sunderland sabiendo que en la última jornada deberían hacer lo propio ante unos Spurs sin nada por lo que jugar. En fin, un panorama más que esperanzador. Y, sin embargo, los Tigers se estrellaron contra un equipo que no había ganado un partido de liga en tres meses y acabó venciendo 0-2 en el KCOM Stadium. Ahora, los Tigers deberán visitar al Crystal Palace en un duelo directo por la salvación con la obligación de ganar. Y ni siquiera eso les podría bastar. Si acaban descendiendo, solo podrán culparse a sí mismos.
5. La salvación puede ser el último acto de Llorente en Swansea
El beneficiado de la inesperada derrota del Hull en casa fue el Swansea. Los galeses vencieron por 1-0 ante el Everton en un Liberty hasta la bandera que llevó a su equipo en volandas y celebró el triunfo como si hubieran ganado el Mundial, la Superbowl y la lotería nacional simultáneamente. Una vez más, Fernando Llorente fue el autor del gol de la victoria. El español suma ya 13 en liga en una temporada que arrancó desde el banquillo. Solo once jugadores han marcado más goles que él en esta Premier League y solo tres de ellos no pertenecen a equipos del top-7 (Jermain Defoe, Christian Benteke y Josh King). El Swansea se salvará si gana sus dos últimos partidos, en Sunderland y ante el West Brom en casa. Otra cosa será lo que suceda después. Observando las prestaciones del equipo, será complicado retener a jugadores como Llorente o Gylfi Sigurdsson.
6. Shakespeare continuará recitando en Leicester
Desde que los dueños tailandeses del club despidieron a Claudio Ranieri y Craig Shakespeare tomó las riendas, los Foxes son el segundo equipo de la Premier League que más puntos ha sumado (22 en 10 partidos, traducidos en siete victorias, un empate y dos derrotas). Este fin de semana vencieron por 3-0 al Watford (ciao, Walter) y escalaron hasta la novena posición, a dos puntos del West Brom. La discusión esta semana en el Leicester Mercury, el periódico local, ha sido si Shakespeare debe seguir al frente del equipo. Los resultados le avalan aunque su currículum está lejos de ser brillante y no es precisamente el Anatoli Karpov de la táctica futbolística. Pero… ¿es eso importante? Los jugadores se sienten cómodos con él, conoce el club de arriba abajo y, detalle no menor para los dueños, cobra poco en comparación con una estrella internacional de los banquillos. Rodeado de un experimentado director deportivo y un potente cuerpo técnico, su continuidad es la decisión más lógica.
7. El Chelsea contra el Chelsea
Este lunes se cierra la jornada de la Premier League con el encuentro entre el Chelsea y el Middlesbrough. El partido será como ver una película cuyo desenlace ya conoces de antemano. El Chelsea será el campeón de liga y el Middlesbrough descenderá a segunda, así es como acaba esta tragicomedia. Lo único que nos falta por saber es cuántos puntos acaba sumando el Chelsea a final de temporada y si redondeará su triunfo con un doblete en FA Cup. El equipo de Antonio Conte ya ha igualado los puntos que sumó el Leicester la temporada pasada (81) y si gana sus últimos cuatro partidos alcanzará los 93, lo cual le situaría en la historia de la Premier League como el segundo equipo que más puntos ha logrado en una temporada tras el propio Chelsea en 2004-05 cuando alcanzó los 95 con José Mourinho al frente. El Chelsea solo tiene ya un rival en esta liga: él mismo.
8. Se estropeó el lavavajillas
El consumidor de hoy en día está tan acostumbrado a ciertas comodidades que cualquier interferencia le resulta prácticamente insoportable. Si la lavadora o el lavavajillas se estropean en pleno funcionamiento y comienzan a expulsar agua como si fueran las cataratas de Iguazú, es poco menos que un drama doméstico. ¡Por Dios, ¿cómo lavaremos los platos ahora?! Hace cincuenta años, los platos se lavaban a mano y la ropa también. En ciertas partes civilizadas del planeta, todavía iban en carro de caballos hace setenta años y hoy el pinchazo de la rueda del coche constituye una avería intolerable en un aparato que no admite fallos. James Milner es esa lavadora, ese lavavajillas, ese coche. En el empate sin goles ante el Southampton, James Milner erró su primer penalti desde 2009 cuando todavía jugaba en el Aston Villa. Los quince que había lanzado desde entonces habían acabado en gol. El polivalente jugador inglés ha sido una de las piezas más fiables del Liverpool esta temporada, incluyendo sus siete penaltis anteriores. Pero hasta las lavadoras de marca se estropean…
9. Se acabó una era en Old Trafford
La interminable lista de lesiones y la rotación por la disputa de la Europa League ha provocado que Wayne Rooney dispusiera de más minutos en Premier League estas últimas semanas. Ante el Arsenal, el capitán inglés disputó su duodécimo partido como titular en liga y su actuación sirvió para confirmar que su futuro está lejos de Old Trafford. Con 0-0, Rooney desaprovechó una clara ocasión ante Petr Cech que podría haber cambiado el curso del encuentro. Pero Rooney ya no está para estos trotes. El máximo goleador de la historia del United y de la selección inglesa ya no corre por el campo sino que se dedica a deambular por el centro del campo con la vana esperanza de dar un par de pases intrascendentes y, básicamente, pasar desapercibido. En el Emirates lo logró con creces.
10. Hay que atinar en la portería correcta
El Burnley empató a dos ante el West Brom gracias a un doblete de Sam Vokes. El internacional galés ha alcanzado ya los ocho goles en liga a pesar de haber jugado casi los mismos partidos como titular que como suplente (19 y 16, respectivamente). Sus cifras contrastan con las del francés Lys Mousset, que fue titular en liga con el Bournemouth por primera vez esta temporada ante el Stoke. El jugador fichado del Le Havre el verano pasado por 7 millones de euros no solo no logró abrir su cuenta goleadora sino que marcó en su propia portería el 0-1 del Stoke. Aunque el Bournemouth acabó igualando el partido a dos, Mousset ya hacía rato que no estaba sobre el césped, sustituido en el minuto 58 por Ryan Fraser. La temporada pasada, Mousset marcó 14 goles en 28 partidos de la segunda división francesa pero en la costa sur no ha logrado reeditar sus prestaciones. Aunque a sus 21 años, es probable que Eddie Howe le conceda más tiempo para hacerlo.