1. En la alineación estuvo la diferencia
Los que esperaban que el derbi de Mánchester fuera un compendio de innovaciones tácticas, con laterales haciendo desplazamientos imposibles, centrales por delante de los medio centros o falsos nueves, cincos y dieces se quedaron con un palmo de narices. El derbi se decidió en las alineaciones. José Mourinho quiso revolucionar a su equipo con la entrada de Jesse Lingard, que volvió tras la lesión sufrida en la Community Shield un mes atrás, y Henrikh Mkhitaryan, suplente en este arranque de temporada. En cambio, dejó en el banquillo a Juan Mata y Anthony Martial, los dos titulares hasta ahora y que tan buen rendimiento habían ofrecido, y también a Marcus Rashford, a pesar de su decisivo cameo en Hull City (con gol decisivo en el descuento incluido) y su hat-trick en su debut con la selección inglesa sub-21. Mientras, Pep Guardiola optó por reemplazar al sancionado Sergio Agüero con el joven Kelechi Iheanacho y mantener su equipo intacto. El resultado lo conocemos todos. Mourinho reconoció tras el partido que lo único que evitó que sustituyera a Lingard y Mkhitaryan a los veinte minutos fue que “no quería matarlos” (así que esperó al descanso y les señaló tras el partido…). Por su parte, Iheanacho coronó otras prometedora actuación con el gol del 0-2, a la postre decisivo. En la previa de un partido, la decisión más determinante de un entrenador es la alineación porque luego solo puede cambiar a tres piezas de su once inicial. En este caso, como reconoció Mourinho, “me habría gustado cambiar a cinco o seis”.
2. El futuro inglés se llama Adam
Del excitante Southampton que ascendió a Premier League con Nigel Adkins y luego alcanzó nuevas cotas con Mauricio Pochettino, destacaban en la faceta ofensiva dos jugadores de banda: Jay Rodríguez y Adam Lallana. Aunque el primero acaparó más portadas gracias a sus goles, el segundo siempre pareció tener más posibilidades de alcanzar la élite. Lallana es un jugador tan inteligente que no parece inglés. Percibe lo que sucede a su alrededor, toma decisiones razonadas en cuestión de centésimas de segundos y aporta criterio al juego colectivo. Solo un pero ha frenado su ascendencia a la cima: la falta de gol. Una carencia que parece estar en proceso de corregir. En el estreno de Sam Allardyce como entrenador inglés en Eslovaquia, marcó el tanto de la victoria en el descuento. Y este fin de semana, marcó un hermoso gol ante el Leicester en el estreno del ampliado Main Stand de Anfield. Como decía Michael Cox en el Guardian hace unos días, Big Sam no debería construir su nueva selección en torno a Wayne Rooney. Debería hacerlo en torno a Lallana.
3. Debacle en el London Stadium
El verano presagiaba grandes hazañas en el East End londinense. Los copropietarios del West Ham lanzaron la casa por la ventana y trajeron a jugadores contrastados como Gokhan Tore, Simone Zaza, Sofiane Feghouli o Havard Nordtveit. Sin embargo, todo lo que podía salir mal, ha salido mal. El club quedó eliminado por segundo año consecutivo de la Europa League por el Astra Giurgiu rumano. Y esta vez ni siquiera existe la excusa de haber jugado con los suplentes. Y el arranque en liga tampoco ha sido precisamente prometedor. A las esperadas derrotas en los campos de Chelsea y Manchester City se ha sumado este fin de semana una debacle en casa ante el Watford. Los dos goles de Michail Antonio quedaron en nada ante los cuatro que encajó acto seguido. Para poner las cosas en perspectiva, en sus tres primeros partidos de liga, los Hornets habían sumado solo tres goles. El equipo de Slaven Bilic está descompensado. La zaga muestra carencias evidentes en todos sus flancos, mientras que en punta Michail Antonio se ha convertido en el máximo goleador del equipo en 2016. Un futbolista que ha pasado la mitad de ese tiempo jugando como lateral derecho. Bilic tiene todavía amplio crédito pero el equipo no puede permitirse más derrotas como esta o los nervios se apoderarán del entorno, como ya sucedió ante el Watford cuando un grupo de aficionados del West Ham se pelearon entre ellos en el recién estrenado London Stadium.
4. El delantero del Arsenal
La temporada pasada supuso la consagración de Lucas Pérez a los 27 años. El Deportivo de La Coruña optó por un estilo adaptado al delantero español y este explotó. En 2015-16, el Depor fue el segundo equipo de la Liga que lanzó más balones en largo por partido (81, solo por detrás del Eibar) y fue el equipo que marcó más goles al contraataque (7, empatado con el Real Madrid). El estilo de contraataque y transición rápida es el idóneo para Pérez, comparado ya con Jamie Vardy en numerosas ocasiones, otro delantero que Arsène Wenger quiso fichar en este mercado estival, lo que parece apuntar a un cambio de estilo en el Arsenal, más directo. Sin embargo, ese estilo puede funcionar ante los grandes equipos que están dispuestos a asumir el peso del partido, como el Manchester City pero difícilmente lo hará ante equipos de media tabla que acudan al Emirates a refugiarse cerca de su portería. Para esas situaciones, la presencia de un delantero como Olivier Giroud quizás resulte más fructífera, como fue el caso el sábado ante el Southampton. El delantero francés acabó decantando la balanza en el descuento al provocar el penalti que supondría el 2-1 definitivo. La cuestión no es si Giroud es mejor que Pérez o viceversa. La cuestión es elegir qué tipo de delantero es mejor ante cada rival.
5. Here comes the Son (disculpas)
Este verano, la prensa inglesa, que es casi más impaciente que algunos clubes de fútbol, se aprestó a encontrar un destino para Heung-min Son lejos de White Hart Lane tras una sola temporada. Mauricio Pochettino, que sabe algo más de fútbol, jamás dudó del jugador surcoreano. Son tiene solo 24 años y una temporada en la Premier League que estuvo lejos de resultar decepcionante. Pero su presente inicio de curso indica que lo mejor está por venir. Tras cuatro goles y una asistencia en su temporada de debut en Premier League, este curso ya suma la mitad de esos goles y las mismas asistencias en solo cuatro jornadas. Christian Eriksen y Dele Alli parecen tener su lugar asegurado pero Erik Lamela haría bien en mantener su rendimiento si no quiere ver cómo el surcoreano le arrebata su lugar en el once.
6. Con goles es más fácil ganar
En el campo del Middlesbrough, el Crystal Palace marcó el doble de goles que sumó en las tres primeras jornadas de campeonato. Y, de paso, logró su primera victoria de la temporada en liga. Alan Pardew echó el resto para fichar a Christian Benteke (30 millones de libras, nada menos) porque sabía que el gol era la gran carencia de su equipo. Y el delantero belga comenzó a mostrar el sábado que está a la altura del reto. Su asociación con Wilfried Zaha, en concreto, resultó una amenaza constante para la portería de Víctor Valdés. El plan de Pardew es simple pero, bien ejecutado, es casi infalible. En Zaha y Townsend tiene a dos extremos habilidosos y rápidos, y en Benteke tiene a un rematador insaciable. Si esa conexión funciona (y todo apunta a que lo hará), el Palace no tardará en acomodarse en la mitad alta de la tabla.
7. La insistencia y la fe tienen premio
Callum Wilson arrancó imparable la temporada pasada. En sus primeros seis partidos de Premier League anotó cuatro goles. Sin embargo, a los 17 minutos del séptimo, en Stoke, se lesionó la rodilla de gravedad y no reapareció hasta abril, casi siete meses más tarde. Falto de forma, no logró anotar en ninguno de los seis partidos de liga que disputó desde ese momento hasta el final de la liga. Esta temporada, Eddie Howe siguió confiando en él, consciente de que el delantero que fue clave en el ascenso a la élite seguía ahí, escondido bajo una tupida capa de falta de autoconfianza y temor a una recaída. Howe perseveró y, en esta cuarta jornada, Wilson abrió finalmente su casillero de la temporada con un hermoso gol de tacón que permitió al Bournemouth vencer la tozuda resistencia del West Brom en el minuto 79. En una situación similar, muchos entrenadores habrían sentado a Wilson y acabado de destrozar su confianza. Howe insistió y ahora vuelve a tener a su disposición al mejor delantero de su plantilla.
8. El fichaje del año
¿Paul Pogba? ¿Ilkay Gundogan? ¿N’Golo Kanté por segundo año consecutivo? Frío, frío. El premio a la mejor contratación del año a estas alturas de temporada debería viajar hacia Burnley. En verano, el modesto equipo de Sean Dyche se hizo con los servicios de Steven Defour, un internacional belga que parecía destinado a más altas cotas pero a quien las lesiones frenaron la proyección. A los 28 años, el centrocampista ha aterrizado en la Premier League y ha impresionado incluso a los conocedores. Ante el Hull City, fue el mejor del partido y su sustitución en el minuto 75 acabó desembocando en el postrero empate de los Tigers. Jugadores como Defour es lo que necesitan los equipos de la zona media-baja y, más en general, la Premier League. Son tipos como él por los que merece pagar una entrada.
9. El declive del Rey León
Las estadísticas demuestran que un delantero acostumbra a iniciar su declive en torno a los 27 años. Pero suele tratarse de un bajón progresivo. O, en todo caso, no tan dramático como el de Fernando Llorente. Entre 2008 y 2012, marcó 63 goles en la liga española con el Athletic Club. En 2012-13, su última temporada en el club vasco, sus desavenencias con el club y con Marcelo Bielsa limitaron su participación y sus goles, pero en su temporada de debut en la Juventus anotó nada menos que 16 dianas en Serie A. A partir de ahí, la debacle. En su segunda, y a la poste última, temporada en la vecchia signora, la producción goleadora de Llorente se redujo a siete goles. El curso pasado, de regreso a España con el Sevilla, esa producción todavía descendió más hasta los cuatro. En Swansea ha recuperado la titularidad y Francesco Guidolin le ha mantenido sobre el césped los 360 minutos que los galeses han disputado hasta ahora. ¿El resultado? Cero goles, cero asistencias. La abrupta pendiente del declive parece conducir a un callejón sin salida.
10. Vuelta al viejo orden
Manchester City, Chelsea, Manchester United, Tottenham, Liverpool y Arsenal ocupan los seis primeros lugares de la tabla tras la disputa de las cuatro primeras jornadas. Cinco de ellos se encuentran entre los ocho equipos con más títulos de liga en la historia del fútbol inglés (Manchester United -20-, Liverpool -18-, Arsenal -13-, Chelsea -5-, Manchester City -4-). En ese grupo están cuatro (Manchester United, Manchester City, Arsenal, Chelsea) de los seis campeones de Premier League (solo faltan Blackburn Rovers y Leicester City). Tras unas temporadas gobernadas por la impredicibilidad, con equipos modestos como Newcastle, Southampton, West Ham o Leicester pugnando por los puestos de Champions League o incluso el título de liga, este verano los poderosos han invertido cantidades desorbitadas para recuperar su antigua hegemonía. Entre Manchester United, Manchester City y Arsenal han invertido casi 400 millones de libras netos. Chelsea y Liverpool han atraído a entrenadores de categoría mundial como Antonio Conte y Jürgen Klopp para pugnar con ellos. La era de las sorpresas parece haber tocado a su fin.