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1. Demasiadas carencias
El Hull City no mereció perder ante el Manchester City. Pero lo hizo. El Hull City mereció ganar ante el Everton. Pero no lo hizo. El fútbol no es un deporte de merecimientos. No existe un jurado en la banda que levante sus cartones para puntuar las actuaciones de cada equipo al final del encuentro. Son los goles los que deciden. Y en ese apartado, el Hull tiene demasiadas carencias. Los Tigers comenzaron la temporada con Abel Hernández, Dieumerci Mbokani y Will Keane como delanteros, más el joven Jarrod y el polivalente Adama Diomandé. Entre los cinco, suman tres goles. Robert Snodgrass, máximo goleador del equipo, suma seis. Normal que el bueno de Snoddy esté desendo hacer las maletas.
2. La única buena noticia del Leicester…
… se llama Islam Slimani. El delantero argelino es el máximo goleador del equipo en liga, empatado con Jamie Vardy (aunque el inglés anotó tres de sus cinco goles ante el mismo equipo, el Manchester City), tras marcar el gol de la victoria del fin de semana ante el West Ham. Slimani se entiende a la perfección con su compatriota Riyad Mahrez y es el único fichaje que está rindiendo al nivel que se esperaba de él. Ahmed Musa, Papy Mendy y Luis Hernández pasan más tiempo en el banquillo que fuera de él, y Ron-Robert Zieler ha tenido suerte de las lesiones de Kasper Schmeichel para tener minutos. Slimani es el único fichaje que se ha ganando un lugar en el once. Los Foxes le echarán de menos este mes.
3. ¿El siguiente en la lista?
En esta primera vuelta de liga, Crystal Palace y Swansea son los únicos equipos que han echado a sus entrenadores (de hecho, los galeses han echado a dos, Francesco Guidolin y Bob Bradley). El Sunderland podría ser el siguiente. Sobre todo si desea respetar su círculo virtuoso de pésimo inicio-despido-recuperación milagrosa-salvación de las últimas temporadas. David Moyes ha hecho lo posible, incluyendo la sorprendente reconversión de Victor Anichebe en jugador de fútbol, pero este Sunderland está más allá de la salvación. Sin el lesionado Jordan Pickford, el Burnley desnudó todas las carencias de los Black Cats, a los que goleó por 4-1. La cuestión ahora es saber si el nuevo entrenador será capaz de salvar a un equipo que parece haber agotado todas sus vidas.
4. El futuro de la Masia
Hubo una época en que Bojan Krkic y Gerard Deulofeu parecían estar llamados a erigirse en la respuesta catalana a Leo Messi. De dimensiones similares, ambos fueron escalando por el fútbol base del Barcelona asombrando a entrenadores y ojeadores. Deulofeu brilló con el filial de Luis Enrique pero acabó cedido ante la falta de oportunidades en el primer equipo. Bojan llegó a instalarse entre los mayores y a sentar a Zlatan Ibrahimovic pero también acabó saliendo, harto de la suplencia. Ambos recorrieron la geografía europea tratando de hallar su lugar en el mundo y acabaron reencontrándose en la Premier League. Un inicio prometedor ha acabado con ambos en el banco una vez más. Deulofeu hará las maletas en enero. Bojan parece que seguirá intentando hacerse un hueco en Stoke. Pero no será fácil. Hasta Peter Crouch tiene más minutos que él.
5. ¿Eres tú, United?
Sir Alex Ferguson acudió a Old Trafford el día de su 75º cumpleaños y debió gustarle lo que vio. Porque el Manchester United que derrotó por 2-1 al Middlesbrough exhibió alguna de las virtudes del viejo United de Fergie. Sin necesidad de llegar al «Fergie time», los jugadores de José Mourinho remontaron el tanto inicial de Grant Leadbitter a base de tesón, insistencia y, sobre todo, juego. Ander Herrera fue crucial en el centro del campo, disfrazando la tosquedad de Marouane Fellaini (ya ha empezado enero, ¿qué hace este tipo todavía por aquí?) y liberando a Paul Pogba para que haga lo que mejor sabe hacer, ocupar la zona de tres cuartos. El francés marcó el definitivo 2-1 tras un centro de Juan Mata, aparecido en la segunda parte. Aunque el mejor fue Anthony Martial, al que Mourinho envió un recado tras el partido: «Debería escucharme más a mí y menos a su agente».
6. El West Brom, como los grandes
Uno de los síntomas inequívocos de que un equipo es grande, es su capacidad para ganar partidos sin sus estrellas. En Southampton, Tony Pulis decidió prescindir de Salomón Rondón para reducir la carga física del venezolano. El estado de forma de Rondón esta temporada ha sido una de las claves para que el West Brom esté pugnando con el Everton por la séptima plaza, la primera de los mortales. Sin embargo, los Baggies no echaron de menos a Rondón y su suplente, Hal Robson-Kanu, marcó un gol de bandera para poner el 1-2 final en el marcador. El delantero galés, autor de un fantástico gol en la Eurocopa nominado al premio Puskas, es capaz de lo mejor y de lo peor. El Reading de segunda decidió no renovar su contrato por su bajo rendimiento, el West Brom le acabó fichando gratis y, en su primera titularidad en liga, le dio tres puntos. Cuando las cosas van bien…
7. Un regalo envenenado
Entrenar en la Premier League es un reto al alcance de pocos. Solo hay veinte equipos. Si descontamos a los grandes, quedan catorce. Son muy pocos puestos para la gran cantidad de entrenadores que aspiran a ellos. Sin embargo, el banquillo del Swansea se ha convertido en una trampa mortal. Esta temporada ya se ha llevado por delante a Francesco Guidolin y Bob Bradley. Normal que Chris Coleman, seleccionador galés, rechazara la propuesta del club, y que Ryan Giggs esté dudando. El único que parecía interesado en el cargo es Harry Redknapp. Si hay dinero de por medio, Harry estaría dispuesto a entrenar a los juveniles del Cheltenham los martes por la tarde. Así las cosas, Paul Clement parece el elegido. Un tipo cuya única experiencia como primer entrenador se reduce a los ocho meses que aguantó en el Derby de segunda antes de que le despidieran. Así están las cosas en el sur de Gales.
8. El City fracasa ante los grandes
El Manchester City ha sufrido esta temporada para derrotar a equipos que practican un fútbol directo como Sunderland (ganó en casa con gol en propia puerta de Paddy McNair), West Ham, Leicester (le ganaba 4-0 antes de que el City maquillara el resultado), Hull City (no abrió el marcador hasta el minuto 70 con un penalti) o Burnley. Pero contra los grandes no le ha ido mucho mejor. El Chelsea venció en el Etihad por 1-3, sucumbió en White Hart Lane ante el Tottenham por 2-0 y este fin de semana cayó en Anfield por 1-0. En sus cinco partidos ante rivales del top-6, el City ha sacado seis puntos (victorias ante Manchester United y Arsenal, las tres derrotas ya mencionadas), mientras que el Liverpool, su rival de turno ha sumado once puntos (los Reds han ganado tres y empatado dos de sus cinco enfrentamientos con el top-6). En enero, el City deberá recibir al Tottenham y viajar a Goodison Park, además de recibir al Burnley. El equipo de Guardiola no puede dejar escapar más puntos si quiere aspirar a la liga.
9. Otro gran inicio de año
El Tottenham arrancó 2015 ganando por 5-3 al Chelsea. La victoria de Año Nuevo por 1-4 ante el Watford guarda ciertas reminiscencias de aquella: un equipo en plenitud física, una presión asfixiante y un Harry Kane estelar. Los Spurs, una vez dejadas atrás sus desdichas europeas, han recuperado su mejor nivel de 2016 y encaran el año con renovado optimismo. Los Spurs, por primera vez en semanas, vuelven a estar entre los cuatro primeros. Este miércoles reciben al Chelsea con la esperanza de confirmar ese momento y reeditar su duelo de hace dos años.
10. La genialidad de Giroud
El delantero francés abrió el marcador en el Emirates con un golazo de tacón similar al que creó Henrikh Mkhitaryan semanas atrás con el Manchester United. Giroud es un jugador extraño. Es como una obra de arte contemporáneo: hay que saberla entender para apreciarla. Y eso pasa por ser consciente de sus virtudes y sus limitaciones. Esperar que Giroud conduzca un contraataque es utópico. Pero te podría devolver una pared aunque le lanzaras un ladrillo. El regate no es lo suyo. Pero es capaz de rematar de cabeza cualquier objeto que pase volando en un radio inferior a veinte metros de su cabeza. El éxito o fracaso de Giroud depende de su entorno. Los extremos centradores le benefician. Los que tienen tendencia a circular hacia el interior, no. En ocasiones, el plan de Wenger no le ayuda. El técnico le convierte en una cafetera… a la que sus compañeros echan té.