1. El inquebrantable espíritu de supervivencia del West Brom
El West Brom recibió el sábado al Tottenham con la certeza de que solo una victoria le valdría para mantener sus escasas opciones de salvar la categoría. Durante 91 minutos, los Baggies estuvieron descendidos, hasta que Jake Livermore (un excanterano del Tottenham, claro), culminó un barullo en el área para poner el definitivo 1-0 en el marcador y desatar la locura en The Hawthrons. Pero por si no era suficiente con un acto de escape, el West Brom hizo el segundo un par de horas más tarde. Para seguir con vida, los Baggies necesitaban que el Southampton no ganara al Everton en Goodison Park. En el minuto 56, los Saints se adelataron por mediación de Nathan Redmond, condenando al West Brom al descenso. Pero en el minuto 95, los locales igualaron el partido. En total, los Baggies estuvieron descendidos durante dos horas y diez minutos pero aquí siguen. Lo que viene ahora parece más complicado: para llegar a la última jornada con vida, deben esperar un empate entre Southampton y Swansea el martes (¿no es tan difícil, verdad?). Si eso pasa, en la última jornada los Saints deben perder en casa ante el Manchester City (¡eh, no es tan complicado!), ganar en casa del Crystal Palace y recuperar una diferencia de goles de -4 respecto al Southampton (tampoco es imposible ganar 0-4, ¿no?) y esperar que el Swansea pierda en casa ante el Stoke (vale, dejémoslo estar). Si Darren Moore hubiera sido nombrado en lugar de Alan Pardew…
2. Una victoria de prestigio para sellar la salvación
El Brighton certificó el viernes su salvación con una merecida victoria ante el Manchester United. Ya sin nada por lo que jugar, José Mourinho hizo rotaciones y su equipo fue inferior ante un Brighton que se ha convertido en el modelo a seguir para muchos clubes. Desde que Tony Bloom compró el club, ha preferido invertir en infraestructuras (un flamante estadio que necesitará una ampliación en breve y un centro de entrenamiento de vanguardia) que en fichajes y el tiempo le ha dado la razón. Las gaviotas ascendieron a la Premier League tras años haciendo merecimientos y, una vez que lo han logrado, los cimientos construidos durante años han servido para que el club no sufra para retener la categoría. El autor del único tanto del encuentro, Pascal Gross, es el mejor ejemplo de la inteligente política de fichajes del club. Contratado en verano del Ingolstadt, descendido de la Bundesliga, ha encajado en el estilo del equipo como anillo al dedo y se ha erigido en uno de los fichajes de la temporada.
3. El primer descendido de la temporada
Este era un honor que el West Brom parecía destinado a conseguir pero su inesperada resurrección bajo el mando de Darren Moore y la catastrófica gestión del Stoke City han permitido a los Potters ser los primeros en descender. La derrota por 1-2 ante el Crystal Palace certificó una debacle que se llevaba labrando desde hace meses. Para encontrar la raíz de este desenlace, nos tenemos que remontar algunos años atrás, cuando los Potters decidideron prescindir de Tony Pulis, el técnico que había ascendido al equipo y lo había asentado en la categoría, en busca de un fútbol más moderno. Dejen paso a Mark Hughes, que logró llevar el club a tres novenos puestos consecutivos. Ahí acabó el progreso. A partir de ese momento, una errática política de fichajes provocó que Hughes fuera despedido y llegara Paul Lambert tras varias malas experiencias en los banquillos de segunda división. Sería injusto culpar a Lambert del desastre porque ya no tuvo margen para remodelar una plantilla envejecida y repleta de futbolistas que algún día creyeron que iban a ser estrellas y se quedaron por el camino: Ibrahim Afellay, Bojan Krkic (cedido en el Alavés), Xherdan Shaqiri, Joe Allen, Charlie Adam, Erik Pieters, Stephen Ireland… Ahora el reto será evitar que el club siga los pasos del Sunderland y acabe con sus huesos en tercera división dentro de doce meses.
4. Un argentino se impone en el duelo de españoles
En Vicarage Road se enfrentaron dos equipos sin nada por lo que pelear. Y, como era de esperar, se notó. Tras siete partidos sin ganar, el Watford de Javi Gracia sumó tres puntos tras imponerse por 2-1 al Newcastle de Rafa Benítez. En el choque entre dos técnicos españoles, el mejor fue un argentino. Roberto Pereyra marcó el tanto que abrió el marcador y fue el jugador más destacado del partido. Ha sido una temporada mediocre para el media punta del Watford, en especial considerando las altas expectativas generadas. Pero Pereyra parece estar recuperando su mejor forma en esta recta final, como demuestras sus tres goles y una asistencia en cinco partidos. El argentino ha tomado el relevo de Richarlison como principal fuente creativa de su equipo y el próximo entrenador de los Hornets (no, no tiene pinta de que vaya a ser Gracia) hará bien en cuidarle.
5. La cama King Size de Claude Puel
El Leicester de Claudio Ranieri protagonizó la hazaña más inesperada del fútbol inglés pero ese triunfo comportó algunos efectos colaterales. El más notorio (y grave) es que el poder deportivo dentro del club se trasladó desde la dirección deportiva y el cuerpo técnico hacia los jugadores. Convertidos en héroes, los jugadores más experimentados de la plantilla se hicieron con el poder de forma casi imperceptible. Ellos fueron los que acabaron con el propio Ranieri y apostaron por Craig Shakespeare, su segundo. Cuando resultó evidente que el entrenador inglés no estaba capacitado para liderar al equipo a largo plazo, la directiva optó por Claude Puel sin la aprobación de los pesos pesados del vestuario. Puel, un buen entrenador que ganó la Ligue 1 con el Mónaco, llevó al Lyon a unas semifinales de Champions, jugó una final de Copa de la Liga con el Southampton e incluso recuperó para el fútbol a Hatem Ben Arfa en Niza, ha visto cómo sus jugadores le daban la espalda en las últimas semanas. Solo así se explica que los Foxes hayan sumado un punto de los últimos quince y hayan perdido duelos como el del West Ham del fin de semana. Es momento de que la directiva recupere el poder.
6. El Swansea desaprovecha todas sus oportunidades
El Swansea cayó al descenso después de perder 1-0 en Bournemouth y ahora se jugará la vida en casa ante Southampton y Stoke. Los galeses se quedaron sin marcar una vez más. El equipo de Carlos Carvalhal es el menos goleador de la categoría con 27 tantos. A efectos comparativos, son los mismos que Harry Kane y cuatro menos que Mohamed Salah. Los Swans han sido incapaces de sumar puntos ante equipos que ya no se juegan nada, como el Everton (1-1 en casa) o el propio Bournemouth y ahora deberá jugárselo todo a una carta. Si pierden ante el Southampton, a los Swans solo les valdrá ganar al Stoke y esperar que el Huddersfield pierda sus dos últimos partidos. Si gana, en cambio, estará a un paso de la salvación. La resolución, el martes.
7. El público de Goodison se pronuncia
Sin nada por lo que jugar, el encuentro entre Everton y Southampton se convirtió en un plebiscito sobre la continuidad de Sam Allardyce en el banquillo de los Toffees y la gestión del dueño Farhad Moshiri. Y el resultado no dejó lugar a dudas. Los aficionados cantaron durante el partido en contra de Allardyce y abandonaron Goodison Park antes de que los jugadores reaparecieran tras el encuentro para la tradicional vuelta de honor. El hastío de los aficionados es comprensible. Los últimos diez partidos como local han llegado al descanso con los siguientes resultados: 0-0, 0-0, 0-0, 0-3, 0-0, 0-0, 2-0, 0-1, 0-0 y 0-0. Allardyce estabilizó un equipo a la deriva y lo alejó del descenso pero las aspiraciones de sus aficionados son otras. Desean ver un equipo que no solo gane sino que además produzca fútbol ofensivo y genere entretenimiento. Y Sam Allardyce no parece la persona idónea para hacer eso.
8. El Emirates, legado y fosa de Wenger
El Emirates rindió su último homenaje a Arsène Wenger. A pesar de la eliminación europea del jueves ante el Atlético de Madrid, los aficionados llenaron el estadio londinense para despedirse del que ha sido su entrenador durante casi 22 años. La victoria por 5-0 ante el Burnley y el día soleado contribuyeron a trazar un adiós casi perfecto. Casi porque Wenger se marcha a su pesar del club y del estadio que él ayudó a construir. De hecho, el Emirates Stadium marca el punto de inflexión en la carrera de Wenger en Londres. Antes de su inauguración en 2006, ganó tres ligas y cuatro Copas, además de disputar dos finales europeas. Desde entonces, sus únicos logros han sido tres Copas. Las estrecheces financieras que provocó la construcción del Emirates impidieron al Arsenal competir en igualdad de condiciones durante un lustro. Cuando el club acabó de pagarlo, el panorama competitivo había cambiado drásticamente, con el Chelsea y el Manchester City convertidos en potencias financieras y deportivas. Así que el estadio, que es el mayor legado de Wenger, ha acabado también siendo su fosa.
9. El Chelsea le muestra el camino al Real Madrid
El primer entrenador que dio con la clave para frenar al Liverpool fue Carlos Carvalhal. Tras derrotar a los Reds en Swansea, el portugués afirmó que «ellos son como un Fórmula 1, para evitar que te hagan daño con su velocidad, lo mejor es crear un atasco como los de Londres en hora punta». Aquel día, su equipo defendió muy cerca de su portería e impidió que los jugadores del Liverpool, sobre todo Mohamed Salah y Sadio Mané, pudieran correr. El Chelsea empleó una táctica similar este domingo para imponerse, curiosamente, por idéntico resultado, 1-0. Los Blues cedieron el balón al rival (el Liverpool tuvo más del 68% de posesión) y se centraron en contraatacar y utilizar la habilidad aérea de Olivier Giroud. A pesar de tener más el balón, los Reds dispararon menos a portería (12-9 a favor del Chelsea). El Liverpool es un Ferrari que luce cuando puede poner la quinta marcha. Si está obligado a circular en primera, pierde parte de su belleza y todo lo que le diferencia. Ahora, los Reds deberán ganar al Brighton en la última jornada si quieren asegurar su puesto en la próxima Champions. Luego, deberán esperar que Zinedine Zidane no haya tomado nota de los partidos del Liberty y Stamford Bridge.
10. La insuperable (y barata) defensa del Huddersfield
En el Etihad se enfrentaron el campeón de la Premier League con un recién ascendido que sigue en busca de la salvación. Pep Guardiola alineó a sus jugadores titulares en busca de los récords de puntos, victorias y goles a favor pero esta vez sus pupilos, privados de tensión competitiva, no le respondieron. El modesto Huddersfield arrancó un empate sin goles que puede marcar la diferencia entre salvación y descenso. Un meritorio punto considerando la diferencia de presupuestos entre ambos y que solo un equipo había logrado hasta ahora mantener su portería a cero ante el Manchester City (Crystal Palace, también 0-0). Mientras los tres atacantes del City (Raheem Sterling, Gabriel Jesus y Leroy Sané) costaron al club 135 millones de libras. Mientras, los cinco defensas de los Terriers más su portero (Jonas Lossl, Tommy Smith, Zanka, Christopher Schindler, Terence Kongolo y Chris Löwe) costaron al Huddersfield 4,5 millones (dos cedidos, dos jugadores libres, solo dos fichados). Una diferencia que permite comprender la extraordinaria prestación de los Terriers en el Etihad.