Ander Iturralde

10 reflexiones tras el fin de semana en la Premier League

El Manchester City está un paso más cerca del título de la Premier League a pesar de los incesantes intentos del Liverpool por revertir el cauce de las aguas; el Brighton quiere salvarse y no va a ser bonito; el Fulham sólo necesitaba bajar para empezar a ganar; y el Manchester United sigue siendo el mismo club sólo que ahora con Solskjaer. Todo esto y más en la colunma de las diez reflexiones.

1. Cuando ganar es la única opción

No hay nada que termine de compararse a estudiar y analizar el sentido y el significado de una palabra, de un concepto, por culpa del fútbol. Esta vez, “fracaso”. Porque claro, una cosa es hablar sobre Guardiola después de un partido del Manchester City en Brighton y otra es hablar sobre Guardiola después de una eliminatoria de Champions League, sobre todo si pierde, que es cuando todo el mundo y su primo tienen una opinión infranqueable al respecto. Un mundo que gravita con una frecuencia sobre todo molesta a enfermizos extremos hace que la palabra “fracaso” se haya convertido en un tabú insalvable. Pero -y aunque se puede profundizar mucho más al respecto- un resumen simple pero directo es el siguiente: ¿Ha fracasado Guardiola en el objetivo del Manchester City de ganar la Champions League? De momento, tras tres intentos, sí. ¿Es Guardiola, por lo tanto, un fracaso, un fracasado? Evidente y categóricamente no. Pero qué clase de preguntar absurda nos ha llevado el frenesí que es el fútbol a preguntarnos.

Guardiola es una figura polarizante como las hay pocas en este ámbito concreto y gran parte de la culpa es suya. Si tratase de pasar desapercibido, no habría tantos problemas. Y esto no quiere decir que sea una especie de “attention whore” que necesita que todo el mundo hable de él todo el rato. Pero cuando rayas al nivel de excelencia al que él lo hace y quiere hacerlo es normal que estas cosas sucedan. No puedes acostumbrar a la gente a tan obsesiva persecución de un control absoluto del fútbol, de querer obtener semejante grado de perfección y que luego sorprenda cuando no lo consigues, cuando caes antes de lo “mínimamente permitido”. Se vio reflejado en el público del Etihad este pasado sábado al mediodía, cuando ganaban al Tottenham por uno a cero en la revancha y había un innegable nerviosismo. Nerviosismo en el Etihad, donde no pierden nunca. Es lo que ha acostumbrado al mundo del fútbol. El mismo que posiblemente trasladará las antorchas del fracaso hacia Liverpool, cuando posiblemente el Manchester City gane la Premier League y los Reds la pierdan con la inadmisible cifra de noventa y siete puntos.

 

2. El artista callejero del Newcastle

Ayoze Pérez siempre ha sido una figura peculiar en el Newcastle, con fans y detractores para dar y tomar, si bien los primeros han terminado por eclipsar a los segundos. Sin embargo, nunca ha sido algo lineal, una progresión completamente coherente. Llegó después de asentarse ampliamente por encima de sus compañeros de profesión en la segunda división del fútbol español con el Tenerife. Su fichaje fue, ya de salida, algo que no terminaba de cuadrar. Ese movimiento que sospechas que está condenado a no funcionar pase lo que pase. Piensas demasiado en gente como Albert Luque o Xisco. Y lo cierto es que Ayoze vapuleó cualquier cosa que cualquiera de ellos logró en ese mismo lugar. Nunca terriblemente afectado por cambiar Tenerife por Newcastle, fue engullido por un equipo que acabó por deslizarse hasta segunda. Un nivel por debajo, también con la llegada de Benítez, es como que Ayoze pudo establecerse de manera más clarividente.

Pero nunca, terminó de hacer click del todo, de dar ese paso que le convirtiese en la estrella del Newcastle hasta que en algún punto difícil de localizar exactamente, problamente se confirmó que nunca lo daría. Sería siempre ese artista callejero, que te alegra de manera improvisada y fortuita. No depositas necesariamente en él expectivas inalcanzables, pero él te sorprenderá con un esporádico hat-trick como el que produjo el pasado sábado ante el Southampton. Y él, dónde mejor parece desenvolverse es allí, en la calle. Hay quien dice que se convertiría en una “estrella”, si una entidad tipo Sevilla o Valencia fuera el que le diese la oportunidad. Porque él mismo no cree que su mejor versión sólo pueda ser en la calle que representa el Newcastle; reivicándose siempre que tiene la oportunidad ante todos esos ligeros desprecios que de tanto en cuando escucha de pasada. De alguna forma, desde fuera también se puede apreciar que no encaja del todo. Pero al mismo tiempo, de manera extraña, encaja perfectamente.

 

3. El poder del descenso

Quién nos iba a decir que lo único que necesitaba el Fulham para empezar a funcionar era descender. Pero así ha sido. Aunque del mismo modo, si lo analizas, no es para nada sorprendente, pues pocos equipos han mostrado una mayor fragilidad a cada revés al que ha sido expuesto. “¿Que nos mete un gol el Cardiff? Pues nos van a caer tres más. ¿Que estamos peleando dignamente contra el Watford en el partido que puede sellar nuestro descenso y encajamos el dos a uno en contra a través de un golazo? Pues nos terminamos de derretir y perdemos por tres…” Una larga y aciaga temporada a la que sólo había que quitarle la presión para poder descubrir al Fulham, si bien es cierto que poco vas a descubrir sobre la vida, una persona o un equipo de fútbol sin presión.

Aquí no es que todo iba bien y cuando llegó la presión todo se fue a pique. Todo se fue a pique de inmediato y ahora pueden respirar, aunque sea un aire de menos calidad como el que se respira en Championship. Una pena que al Fulham ya no le quede enfrentarse a Liverpool o a Manchester City para poder decidir ellos la liga. “Sólo por fastidiar”. No habla bien del Bournemouth perder contra este Fulham, no obstante, pese a que sólo fuese por uno. De penalti, marcó Aleksandar Mitrovic y encajó Artur Boruc. Si tuviese que adivinar, diría que ninguno va a seguir en sus respespetivos puestos de delantero del Fulham y portero (titular) del Bournemouth la temporada que viene. Pero quien sí, porque ningún manjar sabe mejor que de aquel del que te han privado, sea Scott Parker como entrenador del Fulham.

 

4. Acabando los unos con los otros

Circuló en Twitter hace cosa de un mes un tweet (ilustrado con prueba gráfica) sobre dos serpientes que decía lo siguiente: “Rey cobra muerde a pitón. Pitón contrae a cobra. Cobra muere por constricción. Pitón muere por veneno. 100% santa mierda”. Con más de 27.000 retweets, fue Adam Hurrey, el indispensable @FootballCliches, quien extrajo en toda su gloria la esencia de tan brutal hecho de la naturaleza pero aplicada al fútbol: “Ambos equipos conformándose con un punto”. Y eso es un poco lo que pasó en el London Stadium entre West Ham y Leicester City. Digamos que los capitalinos son la cobra y los antiguos campeones de la Premier la pitón.

Muchas veces, lo que se hace con estos equipos de media tabla, a medio hacer entre proyecto y proyecto, entre entrenador despedido y entrenador contratado, es suponer que son mejores de lo que son. “No son tan malos, en realidad es que no les importa”. Concederles siempre el beneficio de la duda es excesivo. He aquí dos conjuntos con más lagunas que un queso suizo y que en los más básicos términos se vieron empatados después de la señal final del árbitro. Con goles para la “cobra” de Michail Antonio, que se tumbó sobre la nueva moqueta que han puesto sobre los huecos entre el césped y la gradas, y de Lucas Pérez; y de Jamie Vardy y Harvey Barnes para la “pitón”. Más que serpientes, quizás a través de una imagen de dos cachorros persiguiendo su propia cola sea mejor ilustrar a estos conjuntos.

 

5. Todo otra vez en la palma de su mano

Cuando nos referimos a Gerard Deulofeu, ¿es esto algo bueno o algo malo? Es espectacular el momento que, por fin, Deulofeu ha creado para sí mismo. Ya iba siendo hora. Lo cierto es que él siempre ha sido una figura difícil de entender, si bien al mismo tiempo caía con facilidad -y con razón- bajo la etiqueta de típico jugador irregular como una carretera rural. O no tan rural en según qué partes de los suburbios de una ciudad como Detroit, por ejemplo. No es, en todo caso, este su primer “gran momento”. Probablemente no será el último. La pregunta sigue permaneciendo en si será capaz de mantenerlo. Los otros desaparecieron como si fuese si de Criss Angel en uno de sus shows de ilusionismo se tratase.

Antes de debutar en el Barcelona, unos meses en el Everton con Lukaku, y su estancia en el Milan. Le tenemos ya más visto que visto, y sin embargo, hay un gran desparpajo impregnado en este nuevo gran momento de forma. No es nuevo y aun así parece serlo. En Huddersfield se exhibió con dos goles, sobre todo con el primero, en el que amaga, prácticamente planta el balón dentro del área, y termina de humillar a Terrence Kongolo con un fabuloso latigazo dirigido al interior del palo. Si siguiese así y el Watford no se convierte en ese equipo frustrante incapaz rodear a su mejor jugador con materia primera (ejemplo rápido: el Stoke de Shaqiri), juntos no descenderán. Deulofeu lo tiene, al fin, todo en su mano.

 

6. La fealdad de una salvación

El Brighton está intentando salvarse. Por favor, mirad hacia otro lado. Por vuestro bien. La forma en la que el equipo ha caído al barro, siendo incapaz de recomponerse tras un primer tercio de temporada de lo más loable, es alarmante. Al igual que también su situación puede estar despertando a fantasmas del pasado para Chris Hughton, quien tras una brillante primera temporada en el Norwich en la Premier League, sufrió una decaída final que acabó con el despedido a un mes de terminar y el equipo descendiendo igualmente. Para el Brighton, cualquier resquicio de la energia e inercia positiva generada el año del ascenso, al igual que el pasado, en el cual se salvaron, parece haber desaparecido. Como Pascal Gross, por lesión, desapareció de las alineaciones y de repente se originó un boquete en el equipo de proporciones bíblicas.

Teniendo una serie de tres partidos parejos en sus anteriores cuatro comparecencias (Southampton, Bournemouth y Cardiff), fue humillante no marcar un mísero gol; además de no ser capaz de arrastrar a su rival a su mismo nivel, pues encajó ante todos ellos. Ante el Wolverhampton, Hughton dobló la apuesta: encerró a su equipo atrás de la forma más antiestética posible. “Y que la suerte nos acompañe”, se podría elucubrar que pensó. El Wolverhampton les pasó por encima, dio marcha atrás y volvió a hacerlo. Y sin embargo la suerte terminó cayendo del lado del que quizás no lo merecía, pero sí de quien lo buscó. Vapuleado en todos los registros, pero no en el de los goles, el culmen de la fealdad fue probablemente el que reseño Michael Caley en Twitter: utilizar a Florin Andone (un delantero que quizás podría haber ayudado a marcar un gol, quizás) como cambio para perder tiempo después de que Glenn Murray (aparentemente) fingiese una lesión en la cabeza para que el juego tuviese que detenerse. Es muy posible que el Brighton lo acabe logrando, que se acabe salvando, pero no da la impresión de que será bonito de ver.

 

7. Ellos son los siguientes

De la guerra entre Sheffield United y Leeds United, según el consenso general, sólo parece que saldrá uno al otro “lado”; también conocido como la Premier League. El Norwich, sin embargo, quien ya parecía escapado, estaba siendo derrumbado por el Sheffield Wednesday el viernes (aunque jugándose en unas horas una nueva jornada, mucho de esto quizás quede desbaratado). Dos veces distintas fue golpeado: cuando Fernando Forestieri marcó uno de los goles del año y, tras recuperarse y empatar los locales, Steven Fletcher anotar uno de los goles más “Steven Fletcher” imaginables. Con 1-2, estos seguían siendo dos equipos que tenían que ganar para que ninguna de sus respectivas misiones empezase a agrietarse.

El Norwich la de asegurarse ascender y no empezar a tropezar hasta que llega la última jornada y de alguna manera Sheffield United y Leeds les han superado. Al Sheffield Wednesday sólo una victoria le reenganchaba a la caza por el último puesto de play-off. Con mejores jugadores de lo que sus dos últimas temporadas sugieren, el Wednesday contuvo al Norwich con relativa facilidad y destreza. Hasta que en el minuto 96, con el descuento ya superado, cometen una falta en la frontal del área. Lo probable era que quedase en nada, pues se fallan infinidad más de esas faltas de las que se marcan. Pero el Norwich, a través de un recién incorporado Mario Vrancic, demostró ese factor que sólo se vislumbra en aquellos equipos encaminados al ascenso. Vrancic marcó, la locura se desató y las pruebas expuestas indicaron con un poco más de firmeza todavía que los “canarios” son los siguientes.

 

8. Contra Shkodran, hasta Christian

El orgullo competitivo es algo que se desestima demasiado a menudo, pero es ello lo que hizo al Crystal Palace arrollar al Arsenal cuando nadie lo veía venir. Incluso con Mohamed Elneny, Carl Jenkinson y Konstantinos Mavropanos (por favor, que Mavropanos se convierta en un buen jugador; su nombre merece ser mencionado cada semana), nadie esperaba al Arsenal cayendo de forma tan estrepitosa. Porque el Crystal Palace no ganó arañando un gol en la más aislada y fortuita de jugadas; marcó tres goles y el Arsenal hizo poco más que maquillar el resultado con un segundo tanto obra de Pierre-Emerick Aubameyang. Ante una defensa de circunstancias, echando en falta a tres titulares en James Tomkins, Mamadou Sakho y Patrick van Aanholt, Mesut Özil, Alexendre Lacazette y el mencionado Aubameyang pudieron haber dejado un sello distintivo en el partido. Y se podría decir que lo hicieron con un total de dos goles. Pero no sólo el Palace marcó tres goles, es que hasta Christian Benteke marcó.

358 días después de hacerlo por última vez en la Premier League, en unos tiempos más felices, más esperanzandores, cuando nadie pensaba que Benteke se tiraría tal masa de tiempo hasta volver a anotar. Entonces, apareció Shkodran Mustafi. De cuya presencia y mala toma de decisiones se beneficiaría también Wilfried Zaha. Pero lo de Mustafi empieza a convertirse en un problema para el Arsenal. “Mustafi probablemente no es el peor defensa de la historia moderna del Arsenal, pero teniendo en consideración sus tres años como titular en el equipo, sí es probablemente el más perjudicial”, comentaba Oscar, uno de los mejores analistas en lo que al mundo “Arsenal” se refiere. Esta incapacidad para pasar página, para desligarse de tan horrendas intervenciones; de no haber podido construir sobre las esperazandoras señales que mostró al principio, hacen de Mustafi, de cara al futuro y sobre todo como defensa titular en el equipo, una pregunta que hay que hacerse.

 

9. El Manchester United sólo que ahora con el amigo noruego

Se acerca otro verano largo y tortuoso para el Manchester United. Qué emoción. La buena dinámica ya ha terminado de perderse, pero esto sobre todo es la diferencia entre jugar contra malos y buenos equipos. Ole Gunnar Solskjaer solamente perdió un partido de los diecisiete primeros en los que dirigió al equipo. Desde entonces, ha perdido seis. El nivel, simplemente, ha subido. Pero claro, que el Everton te meta cuatro sin respuesta ya es estirar mucho el chicle de esa teoría. No son el Huddersfield los Toffees, pero sí que venían de perder 2-0 contra el Fulham. Apaleados por la crítica sin piedad hace una semana, los únicos apaleados esta vez fueron los “diablos rojos”. Y quizás, después de todo, el Everton sí tenga futuro en su presente encarnación con Marco Silva.

Los dos primeros goles por su parte, ejemplificaron de algún modo dos problemas concretos del equipo: Richarlison gustándose en exceso y Gylfi Sigurdsson disparando desde dónde sea, sin preocupación alguna. Pero esta vez el Everton obtuvo el fruto de la parte positiva de ambos, golazo atlético de Richarlison y un zapatazo desde la frontal de Sigurdsson que se encontró con la red. Serían Lucas Digne y Theo Walcott, con otros dos goles de bella factura, los que acabarían por humillar a un Manchester United encarando otra vez un oscuro futuro; otro monólogo de Gary Neville sobre el estado de la nación; más debates sobre la integridad y el juego de Paul Pogba, que siempre acaban siendo uno; más análisis sobre la reconstrucción que tienen que hacer en el club. Y lo cierto, al final, es que con los mismos dueños y una tendencia de dejadez marcada por ellos, el United difícilmente dé ese paso que todos esperan que dé.

 

10. Una absurda carrera por la Premier League

Tres pruebas restantes y con un liderato todavía en su haber. Uno que, no obstante, nadie cuenta como legítimo, pues es sólo una circunstancia puntual del calendario. El miércoles, el Manchester City probablemente superará al Manchester United y el Liverpool perderá ese primer puesto. Esta última jornada puede que haya sido la última que vea al Liverpool ocupando el primer puesto. Una agradable tarde de sol en Cardiff fue bajo la cual los Reds sumaron otros tres puntos en una lucha que se refuerza como una de las luchas por la liga inglesa más absurdas que jamás se han visto. Las carreras por un título tienden a acabar plagados de fallos; Manchester City y Liverpool, en cambio, van a ser primero y segundo, o segundo y primero, todo hace indicar con más de 95 puntos cada uno.

Es ridículo se mire por donde se mire. Habrá quien no pueda absorber la magnitud de esta excelencia, quien le heche en cara al equipo que termine segundo el no haberla ganado. Porque es imperdonable que cualquiera de los dos se haya dejado un punto por el camino. Como más de uno ha sugerido tratando de compreder esta incesante batalla por la supremacía definitiva en el fútbol inglés, “ambos merecen ganarla”. Y es cierto, pero solamente uno lo hará, siendo la épica arrastrada hasta el final. Parece que será en la última jornada en la cual se confirme, si bien es probable que se llegue a ella con el campeón decidido. De alguna forma, ya lo está ahora. Pero la absurdez (en el mejor sentido de la palabra) ofrecida será digna de aplauso, gane quien gane.

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Ander Iturralde