1. Ya están aquí
El Sheffield United logró su tan deseada primera victoria de vuelta en la Premier League. Lo hizo en su estreno como local, ante una hinchada expectante y exultante. Y ante un no tan exultante Crystal Palace. “Sólo hubo un equipo que pareció ser un establecido club de la Premier League”, reseñaba el soberbio @blades_anlaytic en Twitter tras el partido. Un partido que vio a las “águilas” sin el más fijo de los rumbos, patinando frente a unos locales que tanto tiempo llevaban esperando este momento. Para poder maximizarlo. Y lo hicieron. Con orden y finura, con plena vivacidad. Y en el gol con sus centrales exteriores ircoporándose por banda al ataque, siendo clave Jack O’Connell, como luego Luke Freeman conduciendo dentro del área y, por encima de todos, John Lundstram. Jugadores con más habilidad de lo que algunos pensarían, pero desconocidos y de un improbable éxito en la Premier League.
Nadie más que el mencionado Lundstram, teórico suplente del equipo, titular en los dos primeros partidos ligueros y hoy posiblemente el más brillante de todos. Aunque si alguien se lo puede negar es Oliver Norwood. Canterano del Manchester United este último, “Fergie me dijo que llegaría aquí [a la Premier League]… Aunque no sé si lo decía en serio”. Nunca lo sabremos, pero tuvo razón. Norwood, tras dos ascensos como figura rotativa de sendos equipos (Brighton y Fulham), con las “espadas” lo hizo como piedra angular, para demostrar acto seguido, que también puede serlo en la élite. Donde el Sheffield United superó a los ya habituados chicos de Roy Hodgson. Con destreza y brillantez, los Blades ya están aquí. Y veremos hasta dónde logran llegar.
2. Una vez más
Fue un poco esa misma reacción. Lo que estaba en juego no era tan gigantesco como en los cuartos de final de la Champions League. Y sin embargo, otra vez, después de un intercambio de golpes surrelista ya que el dominio casi siempre fue local, el Manchester City marcaba ese gol ganador en los últimos suspiros. Pensabas: “Claro, por supuesto que han acabado marcando. Son demasiado buenos”. Otra vez, acto seguido, todo giró como nadie apenas podía comprender. De forma tan hilarante, no por ser el Manchester City en sí, sino porque es ese equipo tan dominante, que tanto ha merecido la victoria nuevamente, vea todo evaporarse cuando tan sólo un momento antes había recibido la garantía de que había marcado y había ganado. Un fenómeno, una rama tan irónica de humor, que no te es completamente nueva si sigues deportes donde la repetición de las jugadas ya estaba instalada para los árbitros.
En la NFL, por ejemplo, he visto Touchdowns revertidos porque el jugador que recibió el balón en la End Zone aterrizó con dos dedos de su mano tocando fuera de la línea. Y ahora está también en el fútbol; el precio a pagar por intentar acercarse un poco más a la verdad absoluta, a la justicia absoluta. Como digo hay algo muy gracioso en ello, porque un equipo estaba dominando y dominando y dominando. Y se le acabó escapando. Ante un Tottenham cada vez más duro, cada vez más voraz, cada vez más innegablemente competitivo. Marcó Lamela (!), marcó Lucas Moura a los 14 segundos de salir. Se mantuvieron ahí hasta el final y las diferencias más marginales cayeron a su favor.
3. El mejor jugador de la Premier League
Finalmente, el Tottenham redujo prodigiosamente al Manchester City a un empate y a un punto; Guardiola montó el numerito con Agüero; pudimos descubrir que el propio Agüero y Otamendi no son la misma persona. Pasaron muchas cosas. Y como los Cityzens fracasaron, ya que aquí, con el ritmo que ellos han marcado, no hay empate que valga, no se recordará lo suficiente, pero el partido en el Etihad, en una soleada pero más que agradable tarde de sábado en verano, volvimos a ver en su máximo esplendor (o casi) al mejor jugador de la Premier League. Lo sé, sé que esta visión no será unánime entre yo y todos quienes léais esto (podéis hacérmelo saber abajo en los comentarios). Hay otros candidatos, dignos y merecedores a tal etiqueta… Ninguno es Kevin de Bruyne.
Esa voracidad competitiva que antes mencionábamos del Tottenham, y que es una de las claves de que ellos puedan competir en estas cotas, la personifica nadie mejor que de Bruyne en los Sky Blues. Da al Manchester City otra dimensión, otro ritmo. Es distinto. Y no indispensable como vimos la temporada pasada. Y lo gracioso es que lo más seguro es que “empeoren” sumando menos de 98 puntos, pero de Bruyne mejora incostablemente a este equipo. Con movimientos que tantas veces están un paso por delante del resto, con absurdas asistencias arqueadas y sin mirar para que Sterling marque. Y una capacidad para mover a su equipo, para marcar el tempo, para desequilibrar a diferentes alturas del campo, para imprimir su excelsa calidad a casi todo. Kevin de Bruyne ha vuelto. Ha vuelto el mejor futbolista de la liga.
4. En el hábitad natural de Mané el Liverpool suma y sigue
Después de hacerse un nombre en Salzburgo, Austria, Sadio Mané ha hecho de las costas del mundo su hábitat natural, allá donde marca goles con mayor facilidad y regularidad. Es de hecho, a una distancia de una dos millas o menos de la costa inglesa, donde el bueno de Sadio ha marcado el 81% de sus goles en la Premier League. 82% si cuentas Craven Cottage, como bien sugería el artífice de esta recolección, Duncan Alexander. Y “algunos especialistas en mareas probablemente lo harían [contarían CC]”, según él. Y por tanto, no es de extrañar que hiciese lo propio en Turquía también. En la conquista del Liverpool de la Supercopa, Mané marcó los dos goles que les llevaron a la tanda y al enventual alzamiento del trofeo en el Vodafone Park, situado a tan sólo unos pasos del agua. Y en Southampton los muchachos de Jürgen Klopp se sobrepusieron al hecho del partido entre semana en el continente asiático para ganar nuevamente en liga y así aprovechar el subsiguiente tropiezo del Manchester City.
Dos puntos ya por delante y la carrera está en un estado más vivaz que nunca. Aunque sigue siendo solamente la segunda semana de competición. Y un férreo competidor tuvieron en su visita a Southampton los Reds. Como ya lo hicieron la última vez que visitaron la antigua casa de Sadio Mané (en abril), donde Ralph Hasenhüttl tiene montada su propia versión de la casa de los horrores; sobre todo para el Liverpool. Una primera parte en la que los supercampones europeos nunca pudieron meter segunda marcha, antes de acabar dando en la diana en la segunda a través de su futbolista más costero, aumentando el marcador con Roberto Firmino y venciendo finalmente pero no antes de una sufrida recta final, en la cual vimos a Adrián conceder un gol atronadoramente atroz a los Saints antes de que estos se quedasen a la orilla (donde curiosamente siempre están en un sentido geográfico) con una ocasión final. Y con sufrimiento, pero el Liverpool tiene ya dos puntos más que su gran rival.
5. No se puede decir que no lo esperásemos
Empezar contra equipos peores que tú -bastante peores que tú en este caso- es algo que siempre es bienvenido siempre y cuando no la líes y pierdas contra dichos equipos. Afortunadamente para sus intereses, el Arsenal venció; en el primero y en el segundo partido de la temporada. Sin enamorar en Newcastle, pero con mejores jugadores sobre el campo, sí haciéndolo hasta cierto punto en casa frente al Burnley. Con el Arsenal nada tiende a ser garantía de durar. Un par de derrotas en el siguiente par de encuentros y la alarma de incendios sonará tan alto como lo ha hecho nunca. Pero de momento, lo esperado, ya que eran el Newcastle y el Burnley. Un Burnley que, no obstante, siempre presenta un reto duro. Nunca parece ser fácil y lo sorprendente es que el Burnley de Sean Dyche no haya sacado jamás un sólo punto contra el Arsenal. Y con el brillante debut de Dani Ceballos, pudiendo usar a Alexandre Lacazette y a Pierre-Emerick Aubameyang, todos salieron ganando.
“Twitter Arsenal” perdió los estribos ante la deslumbrante actuación del perla española, perdido, en el limbo de alguna manera en la galaxia del Real Madrid, pero que como tantos veían venir, aquí ha venido a elevar al Arsenal y a sí mismo a nuevas cotas. No todo fue de incontestable brillo y eficacia, pues Ashley Barnes –el demonio favorito del diablo como explicamos aquí la semana pasada– empató antes del descanso y Sean Dyche como siempre estaba por ahí gritando instrucciones. Pero, finalmente, la calidad del Arsenal les empujó a ellos a la derrota y a los de Emery a la victoria, habilitando el hecho de irse de vacío a Dyche para su performance post-partido, luciéndose con su cruzada contra los piscinazos y las trampas en el fútbol (como bien apuntaba el gran Andrew Mangan –@arseblog– las «despectivas» faltas, las rodillas en la espalda de los rivales, empujar a los oponentes y dar rienda suelta general a Barnes no pasa nada). *Suspiro de sastisfación*: ah, qué bien que en la Premier League ya vuelve a estar todo en su sitio.
6, La nueva ¿gran? rivalidad de la Premier League
Pues no, probablemente no. Porque por mucho que se intentó animar externamente en las horas preliminares, el ambiente de batalla más tarde sobre el césped no fue tal, más allá de que Yerry Mina y Roberto Pereyra casi llegan a las manos en un momento dado. Pero aun así, el partido que enfrentó a los muchachos de Marco Silva y los ex-muchachos de Marco fue un apropiadamente entretenido partido de Premier League. En el que se vislumbraron cosas, tendencias que dan la sensación de que podrían durar. Aunque, al mismo, también estamos sólo en la jornada dos de competición. La lupa, sin embargo, está sobre los Toffees de Liverpool. No tienen realmente centrales más allá de los titulares Mina y Keane, tienen a un montón de mediapuntas cada uno con sus particulares vicios y a un entrenador en plena misión de demostrar que pertenece en estos niveles de la Premier.
Y después de un año en el que las taras pesaron demasiado y las virtudes no lo hicieron lo suficiente, y un estreno liguero de lo más insulso en campo del Crystal Palace, este partido (que supuso la suma de ya seis porterías a cero como locales en sus últimos seis partidos de liga) fue un soplo de aire fresco y el recordatorio de que muchas veces, cuando dejas a las cosas, a los proyectos, crecer y desarollarse, los beneficios llegan; a pesar de que el camino sea rocoso. Pero rocoso, esta vez, fue sobre todo la defensa del equipo. En un encuentro que significaba el debut de Jean-Philippe Gbamin como titular (el sustituto de Idrissa Gana Gueye) y en el que, pese a tener a un Watford muy peleón enfrente, siempre supieron marcar el tempo desde la defensa, con hasta André Gomes notablemente entregado y efectivo en labores de custodia. Y el temprano gol de Bernard, alguien que necesita dar un personal paso al frente este año, les ayudó sobremanera a poder a hacerlo. Para finalmente dejar al Watford cansarse en busca del empate y casi, casi, sentenciar con la ilusionante aparición desde el banquillo de Moise Kean. Es extremadamente pronto, pero ¿será esta una verdadera gran temporada de los… “muchachos de Marco Silva»?
7. Este sí y este desde ya
Una temporada con momentos de exasperación fue la pasada para el Brighton, los cuales respondían a la frustración porque nunca terminasen de despegar sus prometedores jugadores de ataque: Alireza Jahanbakhash, Jürgen Locadia, José Izquierdo, incluso Florin Andone… Ninguno terminaba de rematar y fueron dos eficientes pero tampoco brillantes (la temporada pasada) Anthony Knockaert y Solly March, además de Glenn Murray, quienes más terminaron haciendo por sacar las castañas del fuego. Ante esto, y la marcha de Knockaert este verano, sabían que no era lo ideal volver a gastar mínimo otra docena y pico de millones en otro jugador como con los que no habían dado en la diana.
Sin embargo, lo hicieron porque sabían que la diferencia marcada en esa zona del campo puede determinarlo todo. Y porque Leandro Trossard tenía una pinta innegablemente buena. De esa misma parte del mundo de donde llegaron Jahanbakhash, Locadia e Izquierdo (Bélgica/Países Bajos) es de donde partió Trossard para recalar en el Brighton. Como campeón de liga con el sorprendente Genk. Y con una calidad tan desbordante que en Brighton estaban dispuestos a jugársela de nuevo. Y parece que esta vez sí, que este sí es el bueno de verdad. Como lo demostró este fin de semana, con su equipo contra las cuerdas, un gol de Chicharito Hernández en desventaja y Trossard la empalmó desde fuera del área para arrancar un punto a favor de las “gaviotas” y efectuar una declaración de intenciones, no sólo personal sino grupal. El Brighton está creciendo.
8. Lo que Douglas te quita, Douglas te lo da (pero sigue ganando el Bournemouth)
Es difícil descifrar qué es lo que deberíamos extraer exactamente de los primeros dos partidos del Aston Villa. Básicamente porque ambos han sido derrotas, 133 (estimados) han sido los millones de libras gastados y lo del Fulham está tan presente todavía que son sombras lo que se ciernen sobre los “villanos”. Porque si bien contra el Tottenham resistieron contra el temporal (el Fulham también perdió en las primeras jornadas por 3-1 ante los Spurs el año pasado), contra el Bournemouth lo que tocó fue nadar contra viento y marea. Que sí, que sí, que el problema del Fulham es que ficharon todo en Deadline Day, pero es que luego el Aston Villa empieza contra los chicos de Eddie Howe comentiendo un penalti torpísimo de su nuevo portero Tom Heaton y con una “asistencia” de Douglas Luiz para acabar 0-2 abajo a los doce minutos. A los doce.
Marcó de penalti Joshua King y marcó con un disparo de larga distancia (el cedido por el Liverpool) Harry Wilson. Con armas para llevar la iniciativa, para desmarar al propio Bournemouth, el resto del partido dio la sensación de ser compuesto por una especie de explosiones que la paridad entre ambos equipos, no obstante, impidió que se tradujesen en un dominio sostenido. Trezeguet, John McGinn, un cuestionado Jack Grealish… Tuvieron todos sus momentos, pero tuvo que ser quien dejó pasar el balón entre sus piernas (pensando que tenía a un compañero al lado) para habilitar el segundo gol del Bournemouth, Douglas Luiz, quien se redimió con un golazo desde fuera del área. Pero la derrota se quedó, marchando los tres puntos con las “cerezas”.
9. Historia viva y finlandesa de la Premier League
La carrera de Teemu Pukki no ha sido la más ortodoxa de las carreras. Fue fichado como un adolescente por el Sevilla, jugó un puñado de partidos con el Sevilla Atlético, volvió a Finlandia, se lució con el HJK Helsinki en su enfrentamiento con el Schalke 04 en una previa de la Champions League. Llegó a Alemania, hizo las maletas para irse al Celtic años más tarde, fue a parar de nuevo a Escandinavia después de eso recalando en el Brondby. Ahora es un delantero titular en la Premier League y en la segunda jornada probablemente protagonizó el partido que significó el cénit de su carrera hasta ahora. Una carrera que si algo ha demostrado tener es un nuevo giro a la vuelta a la esquina.
Pero a la vuelta de la esquina de su entrada al campo estaba el Newcastle: listo para tener Pukki un día absolutamente estelar. Marcó, volvió a marcar y marcó una tercera vez para firmar un hat-trick, el primero en la Premier League del Norwich desde los noventa. Un hat-trick que llegaba después de mantener una racha de nada menos que ya 8 temporadas (con Schalke, Celtic, Brondby y ahora Norwich) conviertiendo en gol su primer disparo a puerta. Y con este hat-trick se convirtió en el tercer jugador de la historia de la Premier en marcar uno en los dos primeros partidos de la temporada, tras Robbie Fowler y Gianluca Vialli; ambos hace mucho, mucho tiempo. Y además de todas estas anécdoticas estadísticas, es que Pukki, para la fortuna del Norwich, parece equipado para ser lo que fue para ellos en segunda: su mejor jugador.
10. Dos semanas de absurdez en la portería del Liverpool
Alisson era el titular. Uno de los mejores porteros del mundo, bajo palos para el Liverpool. Y este pasado fin de semana a punto estuvieron de tener que jugar con Andy Lonergan (de 35 años) de titular. Un nómada de las porterías inglesas en segunda y tercera división que al borde se quedó de defender una de las porterías más prestigiosas de la actualidad en el mundo. En la Community Shield todo era normal, con Alisson ahí, Mignolet de suplente. A lo que ya estábamos todos acostumbrados. Pero esa misma noche el bueno de Simon puso rumbo de vuelta a su Bélgica natal para firmar por el Brujas, salir de la sombra del apuesto arquero brasileño y refrescar el estado de su carrera. El Liverpool colaboró, actuó acto seguido para fichar a Adrián San Miguel como su reemplazo y todo estaba de nuevo básicamente en su sitio.
Hasta que Alisson sintió que le habían tirado algo desde la grada a su pierna. Pero nadie lo había hecho; rotura muscular era lo que había sucedido. Mignolet en Bélgica y Adrián nuevo portero titular para el próximo par de meses en Anfield. O no, pues después de una decente actuación ante el Norwich y días más tarde contra el Chelsea en Estambul, parando el penalti decisivo que vio al Liverpool proclamarse ante el mundo supercampeón de Europa, casi se lesiona de gravedad. Tan sólo unos segundos después de ganar, apareció, personificado un diabólico giro del destino en un “aficionado” del equipo, con menos control de sus emociones que un bebé de cuatro meses, saltó al campo para resbalarse sobre el tobillo de Adrián. Pero el sevillano pudo reponerse a tiempo para hacer acto de presencia en Southampton. Y dejarnos sin el icónico momento de Lonergan jugando para el Liverpool. Casi, casi.