1. Los caballos de Mourinho
Tras la contundente victoria por 0-4 en Swansea, José Mourinho atribuyó la goleada a la velocidad de su equipo al contragolpe. “Dejé a los caballos galopar libremente y estuvieron magníficos”, dijo el técnico portugués. Lo cierto es que el resultado de su equipo, que acumula dos 4-0 consecutivos en este arranque de liga, puede ser algo engañoso. A pesar de acumular la posesión, el United no fue capaz de vencer la resistencia del Swansea hasta que aprovechó un saque de esquina cuando moría la primera parte. A partir de ahí, el United penetró en la defensa del Swansea como un cuchillo afilado en mantequilla fundida. Da la impresión de que el equipo de Mourinho tiene tres planes. El plan A, es derrotar a los rivales a través de la posesión y el fútbol más o menos asociativo. El plan B consiste en el balón parado, que este año promete dar muchos puntos al United. Y el plan C radica en correr cuando es el rival quien controla la posesión. De momento, el B y el C parecen controlados. El A todavía hay que trabajarlo un poco más.
2. La nefasta política de fichajes del West Ham
En el mercado de fichajes, el West Ham es como un coche pilotado por un chimpancé borracho: no tiene rumbo fijo y puede estrellarse en cualquier momento. Los Hammers perdieron por 3-2 en Southampton principalmente porque su único buen fichaje en años (Chicharito) marcó un doblete pero su fichaje más caro del verano (Marko Arnautovic) se había hecho expulsar a la media hora de partido. No es que sea precisamente una sorpresa. El austriaco es la versión blanca de Mario Balotelli. Díscolo, indisciplinado, irascible y, sobre todo, sobrevalorado. Los Hammers pagaron 20 millones de libras por un futbolista que tiene 28 años y que solo ha tenido una buena temporada en sus cuatro años en Stoke. Ah, y Joe Hart, el flamante fichaje para la portería, es el portero más goleado de la liga con siete tantos.
3. No hacer nada para que todo siga igual
El principal mérito de Craig Shakespeare desde que tomó las riendas del Leicester City fue volver a los principios que permitieron al equipo conquistar la liga. Tanto desde el punto de vista del modelo de juego (4-4-1-1, repliegue, contragolpe, balón parado) como desde la ética de trabajo y la unión del grupo. Además, los Foxes han tenido un excelente verano: además de incorporar a Harry Maguire, Vicente Iborra y Kelechi Iheanacho, han retenido (de momento) a Riyad Mahrez. Precisamente, un envío del argelino para Maguire permitió al equipo marcar el definitivo 2-0 ante el Brighton. Los Foxes perdieron in extremis ante el Arsenal en la primera jornada pero han demostrado en estos 180 minutos de liga que su zona es la alta de la clasificación.
4. Poco duró la ilusión
Cada año, el Arsenal tarda menos en desencantar a sus aficionados. La victoria en la FA Cup, los fichajes de Sead Kolasinac y Alexandre Lacazette, y la continuidad de Mesut Özil y Alexis Sánchez habían generado un clima de optimismo en el Emirates pero la derrota por 1-0 en Stoke reveló todas las carencias del equipo. Sin Alexis, el ataque del equipo está cojo. Lacazette estuvo desaparecido, Danny Welbeck no tiene el nivel para un equipo grande y solo Özil mantuvo el tipo. Las cosas no anduvieron mejor en defensa. Kolasinac, Monreal y Mustafi tuvieron la solidez de un flan de huevo, y la comparación con Alex Oxlade-Chamberlain, carrilero derecho, dejó en evidencia una vez más a Héctor Bellerín, carrilero por el lado contrario. Cuarto lugar, allá vamos.
5. Eficiencia pulisiana
Tony Pulis debe estar radiante tras el inicio de liga de su equipo. El verano ha sido decepcionante, con la marcha de Darren Fletcher y la llegada de un desconocido central egipcio (véanse las reflexiones de la semana pasada) pero a Pulis le da igual. Él tiene a su grupo de fieles luchadores que siguen confiando en sus métodos. El sábado, el West Brom venció por 0-1 al Burnley, lo cual significa que suma dos victorias, dos goles a favor y ninguno en contra en este arranque. A eso se le llama eficiencia. Pulis no es un hombre de florituras sino de resultados. Y el galés sabe cómo conseguirlos.
6. Este Watford apunta alto
Marco Silva demostró el año pasado su inteligencia táctica al frente del Hull City. Y el portugués está haciendo maravillas con el Watford en este arranque. Tras el 3-3 ante el Liverpool en el estreno, los Hornets vencieron por 0-2 en Bournemouth. Algunos de los fichajes del club parecen haber sido un acierto total. El joven brasileño Richarlison anotó un gol y se erigió en la principal fuente de peligro ofensivo. Mientras, Nathaniel Chalobah brilló con luz propia en el centro del campo. El centrocampista inglés abandonó el Chelsea para volver a Watford, donde ya había estado cedido años atrás y vivió los mejores momentos de su carrera. Su decisión parece haber sido la correcta para reconducir su carrera, que amenazaba con estancarse en las categorías inferiores del Chelsea.
7. La pesadilla de Wembley
Después de cada derrota en Wembley, Mauricio Pochettino se esmera en restar importancia al escenario como fuente de las desdichas del Tottenham. Pero lo cierto es que cada vez quedan menos argumentos para negar la influencia del estadio en las derrotas del equipo. La pasada Champions League fue una pesadilla para los Spurs, que también cayeron goleados por 4-2 ante el Chelsea en la semifinal de la FA Cup. Y su estreno en Premier League en Wembley no fue mucho mejor. Ante un Chelsea diezmado, sin los sancionados Gary Cahill y Cesc Fàbregas, con un renqueante Tiémoué Bakayoko, con Antonio Conte más preocupado por los fichajes que por otra cosa, los Spurs se estrellaron una y otra vez contra el muro construido por el italiano. Sea por las dimensiones del terreno de juego, por ser un espacio extraño a los jugadores o por la lejanía de las gradas, los Spurs no logran adaptarse a su hogar provisional. Lo cual, para un equipo que la temporada pasada ganó diecisiete y empató dos de sus 19 partidos en casa, puede ser un problema. Grave.
8. Guardiola no da la tecla
Si hay un profesional del fútbol inglés que merece cierta compasión, ese es el responsable de la cuenta de Twitter del Manchester City. Tras la mala experiencia de la temporada pasada, ha declarado su absoluta incapacidad para descifrar el sistema del Pep Guardiola y, en lugar de colocar a los jugadores sobre el césped en el tweet que anunciaba el once, a partir de esta temporada se limita a enumerar a los jugadores. Para recibir al Everton, Guardiola recurrió a una especie de 3-1-4-2, con Fernandinho como ancla delante de la defensa, Gabriel Jesus y Sergio Agüero en punta, y Leroy Sané y Kyle Walker como carrileros. El invento fue un desastre. Walker fue expulsado (rigurosamente, es cierto), Sané no logró descifrar cuáles debían ser sus movimientos, y Gabriel Jesus y Agüero demostraron una vez más que son incompatibles. Los únicos que rindieron al nivel fueron David Silva y Kevin De Bruyne, curiosamente, los únicos que mantuvieron sus posiciones como interiores.
9. Los fichajes a granel funcionan
Uno de los aspectos más delicados de una política de fichajes es acertar el número de incorporaciones. Fichar a muchos jugadores puede ser problemático a la larga: exceso de jugadores, atasco en la operación salida, falta de continuidad, ruptura de la cultura del vestuario, etc. El Huddersfield ha incorporado a diez jugadores este verano. David Wagner era consciente de que necesitaba reforzar su plantilla si quería aspirar a mantener la categoría. De momento, su plan ha sido un éxito. Dos victorias de dos y con un papel estelar de los recién llegados. Elias Kachunga y Aaron Mooy combinaron para el gol de la victoria ante el Newcastle, dos jugadores cedidos la temporada pasada y fichados permanentemente este verano por menos de diez millones de libras. Steve Mounié no marcó esta vez pero volvió a liderar el ataque de los Terriers con acierto. El central danés Zanka fue un pilar de la defensa y Jonas Lössl fue imbatible bajo palos. El equipo que partía como gran favorito al descenso antes de arrancar el torneo parece destinado a cotas más altas.
10. Las rotaciones de Klopp
Ante el Crystal Palace, Klopp dio descanso a algunos titulares con la vista puesta en el Hoffenheim y sufrió para derrotar a uno de los peores equipos de la liga, el Crystal Palace de Frank de Boer, del que ya hablamos la semana pasada. El alemán remodeló la defensa con Ragnar Klavan, Andy Robertson y Joe Gomez, y lo cierto es que la retaguardia rindió a un nivel aceptable. Especialmente positivo fue el debut del lateral izquierdo Robertson, que podría enviar a Alberto Moreno al banquillo a corto plazo. En cambio, la faceta ofensiva se resintió de los cambios. Sin el rebelde Philippe Coutinho ni el suplente Mohamed Salah, todo el peso recayó sobre Sadio Mané, autor del único gol. Daniel Sturridge demostró por enésima vez que no está para estas cosas (y cuando digo «estas cosas» me refiero al fútbol profesional). Klopp entra en los últimos diez días del mercado de fichajes con la necesidad imperante de añadir piezas a su plantilla para afrontar una exigente temporada en cuatro competiciones.