Ilie Oleart

10 reflexiones tras la jornada en la Premier League

El clásico inglés fue decepcionante pero el Crystal Palace nos regaló la sorpresa de la temporada. Además, el capítulo final de Andy Carroll en West Ham, la enésima pifia del Arsenal y el momento de la verdad para Ayoze Pérez.

1. Mourinho contra la historia

El clásico inglés entre Liverpool y Manchester United acabó sin goles tras hora y medio de aburrimiento. Jürgen Klopp lo achacó al técnico rival. “Estoy seguro de que si jugáramos así, no nos lo permitirían en el Liverpool pero parece que el United sí puede”, dijo el alemán en referencia al planteamiento defensivo de José Mourinho. El portugués ordenó a su equipo replegarse cerca de su portería y centrarse en mantener su portería a cero. Romelu Lukaku fue una isla en ataque y apenas participó en el juego. El Manchester United se ha caracterizado históricamente por su estilo ofensivo, desde la época de Sir Matt Busby con la santísima trinidad formada por George Best, Dennis Law y Bobby Charlton hasta los equipos de Sir Alex Ferguson. Pero las exigencias actuales del club, que no levanta cabeza desde la marcha de este último en 2013, obligan a renunciar al estilo en pos de la victoria. Si Mourinho logra resultados, nadie osará criticarle en Old Trafford.

2. El Man City alcanza su cénit

Pep Guardiola no escatimó en elogios hacia su equipo tras la contundente victoria por 7-2 ante el Stoke City. “No perdimos balones fáciles, jugamos rápido y fácil. Por eso estoy satisfecho. Es el mejor partido desde que llegué aquí”, dijo el catalán. El City mostró en 90 minutos sus mayores virtudes: velocidad, verticalidad y contundencia. Guardiola tiene a su disposición la plantilla más completa y con más talento de la historia del club. Solo dos obstáculos se interponen en su camino. Por un lado, la escasez de laterales. La grave lesión de rodilla de Benjamin Mendy ha dejado la plantilla con solo dos laterales naturales: Danilo y Kyle Walker. Por otro, habrá que ver cómo llegan a la recta final los jóvenes considerando la intensidad y la carga de partidos a partir de Navidad. Pero a día de hoy, el City se erige como el rival a batir.

3. La flexibilidad de Clement beneficia a Abraham

Paul Clement llevaba varias semanas apostando por un 4-4-2 que no había dado buenos resultados al Swansea. Para recibir al Huddersfield, el técnico inglés optó por un 4-3-3 que ofrece mayor amplitud y se adapta mejor a los jugadores de los que dispone. Clement usó la pausa internacional para entrenar el nuevo sistema y el resultado no pudo ser mejor. El incombustible Leon Britton dio equilibrio al equipo desde su posición delante de la defensa, Luciano Narsingh y Jordan Ayew ocuparon las bandas, y Tammy Abraham fue la referencia atacante. Este dispositivo benefició al joven delantero cedido por el Chelsea, cuyos caóticos e imprevisibles movimientos requieren de espacio. El resultado fueron dos goles que le colocan ya con cuatro en liga. Por cierto, Renato Sanches fue baja por lesión y su equipo no pareció notarlo en lo más mínimo. Ejem.

4. Defoe el banquillo en su reencuentro con los Spurs

Hace semanas que venimos advirtiendo sobre el bajo rendimiento de Jermain Defoe en su regreso a Bournemouth. El veterano delantero ha anotado tan solo un gol en liga esta temporada, un pobre retorno para un jugador que el curso pasado anotó 15 con el Sunderland, uno de los peores equipos que se recuerdan en la historia de la liga. Eddie Howe tomó la drástica decisión de sentar a Defoe en su reencuentro con su exequipo, los Spurs. Pero tampoco así los Cherries lograron evitar que el Tottenham ganara por fin su primer partido de liga en Wembley al cuarto intento. Defoe salió en el minuto 75 ya con el marcador en contra pero su participación fue testimonial. El Bournemouth ha sumado 4 puntos de 24 posibles y solo el Crystal Palace está por detrás. La prioridad para Defoe es ya evitar sufrir un segundo descenso consecutivo en la Premier League.

5. Bye-bye, Andy

No está siendo un arranque de temporada plácido para el West Ham. Los dueños David Gold y David Sullivan llevan meses rumiando la destitución de Slaven Bilic. Así que el equipo llegó a Burnley con la obligación de sumar. Y las cosas no pudieron comenzar mejor cuando un pelotazo largo de Joe Hart superó a la defensa de los Clarets y Michail Antonio se quedó solo ante Nick Pope para poner el 0-1 a los 19 minutos. Pero nadie contaba con el minuto de locura de Andy Carroll. Dos tarjetas amarillas en los minutos 25 y 27 por sendos codazos acabaron con Carroll prematuramente en el vestuario. Los Hammers aguantaron su ventaja durante una hora pero Chris Wood acabó por igualar el encuentro. Carroll le costó dos puntos a los Hammers y esa expulsión le puede costar a él el traspaso. Los dueños y Bilic están cada vez más hartos de un delantero propenso a las lesiones que genera más titulares por sus aventuras fuera del campo que dentro de él. El futuro de Carroll en el estadio olímpico parece cada vez más en entredicho.

6. Zaha hunde al campeón

Roy Hodgson podría haberse convertido ante el Chelsea en el segundo entrenador de la historia de la Premier League en perder sus cuatro primeros partidos con su nuevo equipo sin marcar ningún gol. El primero fue precisamente su antecesor en el cargo, Frank de Boer. Pero el viejo Roy se sacó de la chistera la mejor actuación del Crystal Palace esta temporada, liderado por Wilfried Zaha. El marfileño, recuperado justo a tiempo de una lesión, ocupó la punta de ataque de las águilas ante la baja de Christian Benteke y volvió loca a toda la defensa del Chelsea. El decisivo 2-1 fue un compendio de las virtudes que llevaron en su día a Sir Alex Ferguson a convertirle en su último fichaje como entrenador del Manchester United: regate, velocidad y precisión en el remate. Cuando parecía desahuciado, el Palace encontró a Wilfried Zaha y, de repente, todo parece posible. Hasta la salvación.

7. El Arsenal arsenalea en Watford

El Arsenal perdió en Watford un partido que parecía tener ganado a falta de veinte minutos. Por supuesto, los aficionados del Arsenal no tardaron en enarbolar sus pancartas contra Arsène Wenger y le dedicaron incluso un “You don’t know what you are doing” cuando sustituyó al lesionado Laurent Koscielny por Rob Holding en lugar de Jack Wilshere. Pero lo cierto es que Wenger tiene poca culpa en alguno de los males de su equipo. Con 0-1 a favor, Mesut Özil desperdició una ocasión de oro para poner el 0-2 y liquidar el partido. En la jugada siguiente, el colegiado Neil Swarbrick señaló un más que dudoso penalti de Héctor Bellerín sobre Richarlison. Tan dudoso que el jugador brasileño podría convertirse en el primer jugador castigado a posteriori por sacar ventaja de una simulación. En el 2-1 definitivo de Tom Cleverley, Granit Xhaka se quedó petrificado al borde del área viendo cómo el jugador al que supuestamente debía seguir marcaba a placer. Lo que sí es culpa de Wenger, en cambio, es permitir que algunos de esos jugadores sigan en el equipo. Si algo ha perdido el alsaciano con los años es su capacidad para tomar decisiones duras. En verano se deshizo de Alex Oxlade-Chamberlain pero debería haberse desprendido de unos cuantos más.

8. Bruno simboliza el enfoque del Brighton

El Brighton es un equipo hecho a imagen y semejanza de su ciudad: alegre, luminoso, despreocupado. Ante el Everton, las gaviotas apretaron en la recta final y se lanzaron con alegría hacia la portería de Jordan Pickford, envalentonados con la entrada de José Izquierdo. Fruto de su insistencia llegó el tanto del 1-0 tras una excelente jugada del lateral español Bruno por su banda derecha que acabó con un remate bloqueado de Izquierdo y el posterior gol de Anthony Knockaert. Pero el Brighton pecó entonces de falta de pragmatismo. A falta de diez minutos y con ventaja en el marcador, el equipo de Chris Hughton no supo bajar las revoluciones y liquidar el partido. En lugar de eso, siguió planteando un intercambio de golpes del que solo podía salir perjudicado. Bruno, un tipo que gusta más de correr hacia delante que hacia atrás, permitió varias incursiones por su banda y acabó cometiendo un clarísimo penalti por un codazo sobre Dominic Calvert-Lewin que Wayne Rooney transformó en el definitivo 1-1. Y todavía habría podido ser peor si Matt Ryan no hubiera realizado una espectacular doble parada en el tiempo de descuento con los pies. El entusiasmo del Brighton es contagioso pero no necesariamente bueno para sus aspiraciones de salvación.

9. Ayoze debe dar un paso adelante

El español Ayoze Pérez anotó su primer gol en liga de la temporada en el empate a dos entre Newcastle y Southampton. Desde que llegó a la ciudad norteña en 2014, Ayoze no tardó en hacerse un hueco en el once del equipo de las urracas a pesar de su juventud. Su rendimiento desde entonces ha sido aceptable. Anotó 7 y 6 goles en sus dos primeras temporadas en Premier League y 9 el curso pasado en segunda división, a los que sumó seis asistencias. Pero con 24 años ya cumplidos y tres de experiencia en el fútbol inglés, ha llegado el momento de que Ayoze dé un salto en su rendimiento. Aunque no es fácil destacar ofensivamente en un sistema precavido como el de Rafa Benítez, Ayoze debería esta temporada fijarse los dobles dígitos como objetivo. En especial considerando que Joselu, el jugador que se encuentra delante de él no es precisamente un goleador. Así que la aportación del canario es imprescindible.

10. El camino se allana para los Foxes

Este lunes, el Leicester recibirá al West Brom en zona de descenso. El calendario fue caprichoso con los Foxes y les condenó a un complicadísimo inicio de temporada, con duelos ante Arsenal, Manchester United, Chelsea y Liverpool en los primeros seis partidos. Pero superado este Everest, el camino se allana y el equipo de Craig Shakespeare está obligado a comenzar a ganar partidos. Tras el empate en Bournemouth de la semana pasada, los Foxes están obligados a ganar en casa a los Baggies de Tony Pulis. Después, visitarán Swansea, recibirán al Everton y viajarán a Stoke antes de recibir al temible Manchester City. Si quiere conservar su cargo, Shakespeare debería ganar al menos nueve de sus próximos quince puntos en liza.

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