1. Justificar lo injustificable
Existe un método sencillo para detectar un entrenador: es un tipo que sería capaz de encontrar cosas positivas incluso de un ataque alienígeno que arrasara a la Humanidad. “Nos hemos defendido bien considerando su superioridad y ya tenemos la vista puesta en la próxima batalla”, diría el entrenador superviviente. La victoria del Arsenal por 2-0 ante el Manchester United significa que ambos equipos tienen muchos números de quedarse fuera de los cuatro primeros lugares de la liga. José Mourinho se escudó en sus bajas y en las rotaciones del equipo, y recordó que una victoria en Europa League les conduciría a la Champions League de todos modos y a través de un título europeo. Arsène Wenger por fin pudo vencer a Mourinho en liga tras trece intentos, una pequeña victoria personal, y su equipo sigue matemáticamente aspirando a los puestos de Champions y está en la final de la FA Cup. Vamos, que la temporada de ambos ha sido un éxito según sus entrenadores. La realidad es que este partido fue un tostón entre dos equipos que acabarán quinto y sexto en la liga a menos que se produzca una catástrofe.
2. Defensas de porcelana barata
Hace ya semanas que Arsène Wenger apostó por la defensa de tres para frenar la sangría defensiva de su equipo. El alsaciano debió pensar que si sus defensores no tenían calidad suficiente, quizás acumular a varios de ellos resolvería el problema. Ante el United, su teoría volvió a demostrar sus fallas. Solo la falta de puntería impidió a Wayne Rooney aprovechar una cesión desastrosa del joven Rob Holding hacia Petr Cech. Holding acusa cierta falta de seguridad en estos partidos, Nacho Monreal no es un defensa central y Laurent Koscielny no puede sostener todo el engranaje. En el caso del United, la cosa no estaba mucho mejor. A causa de las bajas, José Mourinho alineó en el eje a Chris Smalling y Phil Jones, que jugaron su primer partido como titulares tras sus respectivas lesiones. En la derecha debutó en la liga Axel Tuanzebe mientras el diestro Matteo Darmian ocupó la contraria. Solo las buenas actuaciones de David De Gea y Petr Cech ocultaron las carencias defensivas de ambos contendientes y provocaron que el partido se fuera al descanso sin goles.
3. Hallazgos colaterales
La defensa de tres de Wenger tal vez no haya logrado su objetivo inicial, a saber, solidificar unos cimientos defensivos fabricados con flan de huevo. Pero ha provocado un efecto colateral sorprendente: hemos descubierto finalmente cuál es la posición idónea para Alex Oxlade-Chamberlain. Fichado del Southampton como una versión 2.0 de Theo Walcott, es decir, un extremo derecho rápido y hábil, Wenger lo reconvirtió en medio centro antes de hallar finalmente acomodo como carrilero derecho. The Ox, que ya hizo un gran partido en Middlesbrough en liga y ante el Manchester City en Wembley en las semifinales de Copa, demostró una vez más que es el principal beneficiado del nuevo sistema con dos asistencias, que se suman a la que ya dio ante el Boro. Hace semanas, su futuro en el club parecía en entredicho. Hoy, no renovarle sería una decisión catastrófica.
4. Mourinho se disfraza de Van Gaal
La temporada pasada, ante la falta de efectivos, Louis van Gaal recurrió a la cantera del Manchester United, durante muchos años considerada la mejor del país (hasta que el Chelsea se puso a fichar a adolescentes a granel cual niño en una tienda de golosinas con un billete de cien libras, pero esa ya es otra historia). Mourinho es otro perfil de entrenador, que prefiere a los tipos con coronilla que a niños con acné. Ante el Arsenal, sin embargo, Mourinho no tuvo más remedio que hacer un Van Gaal y dio la alternativa a dos jóvenes. El central Axel Tuanzebe jugó en el lateral derecho mientras que el delantero Scott McTominay disputó los últimos cinco minutos. El primero realizó un partido notable considerando que le tocó bailar con la más fea (disculpas, Alexis). Lo interesante ahora será comprobar si Mourinho sigue confiando en Tuanzebe o la cosa se quedó aquí.
5. Wenger lo hace todo al revés… pero funciona
La semana pasada ante el Tottenham, Olivier Giroud fue el delantero centro del Arsenal. El francés protagonizó una floja actuación y acabó siendo sustituido. Este domingo, el titular fue Danny Welbeck, que logró el segundo tanto del Arsenal con un preciso remate de cabeza. Más allá de las prestaciones individuales, la impresión es que Arsène Wenger debió haberles alineado al revés. Ante el Tottenham, un equipo que presiona muy arriba y ante el cual el Arsenal buscó balones en largo para aprovechar el espacio que deja la defensa de los Spurs a su espalda, habría tenido más lógica usar a Welbeck, un delantero rápido que prefiere moverse al espacio que a recibir en apoyo. En cambio, ante el Manchester United habría sido preferible disponer de Giroud, un tipo capaz de emular el rol de una pared, que devuelve cualquier balón de cara por potente o impreciso que sea. En cualquier caso, los goles mandan y el de Welbeck da la razón a Wenger. Al menos en el partido ante el Manchester United.