1. White Hart Lane pone a prueba al líder
El derbi londinense entre Tottenham y Chelsea, encargado de bajar el telón de la vigésima jornada, será seguido intensamente por el resto de aspirantes a ganar la Premier League. Liverpool, Arsenal y los dos equipos de Mánchester esperan que los Blues encuentren en White Hart Lane el fin de su colosal racha de trece partidos consecutivos venciendo. Existen pocos estadios más difíciles de asaltar que el feudo de los Spurs, inexpugnable en lo que va de campeonato —siete victorias locales, dos empates y ninguna victoria visitante—. Los de Pochettino vienen de superar un pequeño bache de juego y resultados, Harry Kane ha recuperado el olfato goleador y Dele Alli se encuentra en su mejor momento desde que arrancó la temporada. Hay motivos para pensar que un pinchazo de los de Antonio Conte este miércoles es factible. Aunque también hay uno para pensar que no: Diego Costa.
2. Un caramelo para quitarse el mal sabor de boca
La dolorosa derrota que sufrió el Manchester City en Anfield ha colocado a los Sky Blues fuera de posiciones de acceso a Champions League. Sin embargo, tanto o más importante que el puesto en la tabla son las sensaciones transmitidas por el conjunto de Pep Guardiola. El estilo de juego que propugna el técnico catalán requiere de un periodo de adaptación, de pruebas y ensayos que permitan perfilar ciertos matices del mismo… pero el City, más que progresar, va hacia atrás. Ante el Liverpool fueron incapaces de conseguir establecerse siquiera en campo contrario hasta bien entrada la segunda parte. Y cuando eso sucede, todas sus carencias quedan ampliamente expuestas. Sin embargo, los celestes tienen un caramelo en el menú para comenzar el año con buen sabor de boca: el Burnley. Los de Sean Dyche están haciendo una temporada de sobresaliente… en Turf Moor. Lejos de su estadio, son uno de los peores equipos de Europa. El típico partido en el que el Kun Agüero marca cuatro goles, vaya.
3. Las consecuencias de la paciencia
A finales de noviembre incluí este mismo partido en la previa de la decimocuarta jornada. En esta comentaba que, pese a que los resultados del Manchester United seguían siendo mediocres, cada día estaba más cerca de tener una identidad reconocible, y que eso era lo realmente importante. José Mourinho, en su infinita sabiduría, consideró coherente hacerme caso y continuó apostando por la misma idea y el mismo esquema. Poco más de un mes después los Red Devils suman cinco victorias consecutivas, algo que no lograban desde abril de 2015. Pero lo mejor para los mancunianos es que han recuperado la ilusión por ver a su equipo hacer cosas grandes. Después de que Paul Pogba certificase la remontada ante el Middlesbrough, el narrador de la televisión británica exclamó: “it’s just like the Old Manchester United”. Los de Mourinho todavía siguen sextos, pero se han reenganchado a la lucha por clasificarse para la próxima Champions. Algo que parecía imposible hace dos meses.
4. La vida sigue igual aunque los protagonistas sean otros
El encuentro que enfrentó al Swansea y al Crystal Palace en la primera vuelta fue, sin duda alguna, el mejor peor partido de lo que llevamos de Premier League: remontada, contra-remontada y contra-contra-remontada final para júbilo de los locales. Sin embargo, aquel enfrentamiento también sirvió para dejar claro que ambos equipos tenían mucho que mejorar. El devenir de las jornadas no ha resultado satisfactorio para ninguno de los dos, tanto que ni Bob Bradley ni Alan Pardew son ya los integrantes de sus respectivos banquillos. El Swansea, de hecho, todavía sigue enfrascado en la búsqueda del próximo inquilino del suyo. En el Crystal Palace han optado por el pragmatismo, personificado en la figura de Sam Allardyce, si bien su llegada al club londinense todavía no ha tenido un impacto positivo. Este martes, los Eagles reciben a los cisnes, y el efecto Allardyce debería hacerse notar. De hecho, no ganar a este Swansea sería realmente dramático.
5. Última jornada antes de la Copa de África
El 14 de enero comienza en Gabón la Copa Africana de Naciones, que se extenderá hasta principios del mes de febrero, con el inconveniente que esto supone para los equipos ingleses que cuentan con algún futbolista africano en sus filas. Los jugadores se incorporarán a sus selecciones a finales de esta semana, por lo que esta jornada supone su despedida temporal. El equipo más afectado por el torneo continental será el Leicester City, que perderá a los argelinos Riyad Mahrez e Islam Slimani. Las ausencias de Sadio Mané (Liverpool), Eric Bailly (Manchester United), Wilfried Zaha (Crystal Palace) o Cheikhou Kouyaté (West Ham) también supondrán un contratiempo para sus respectivos clubes, mientras que David Moyes tendrá que alquilar dos muros de hormigón para suplir la marcha de Lamine Koné y Didier Ndong. La otra cara de la moneda la representa Mark Hughes, que se librará de Wilfred Bony durante unas semanas, por lo que no descartamos que el Stoke City entre de lleno en la lucha por la Premier League.
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