La imbatibilidad en juego
Chelsea, Manchester City y Liverpool han protagonizado un hecho sin precedentes en Inglaterra: los tres conjuntos han llegado imbatidos hasta la décima jornada. Esta jornada, Blues y Citizens recibirán a Crystal Palace y Southampton, por lo que su imbatibilidad parece intacta al menos una semana más. Mientras, el Liverpool quizás se caiga de este exclusivo club de tres, ya que esta jornada viajan a Londres para enfrentarse a un Arsenal que viene de ganar 11 partidos consecutivos. Los Gunners han perdido sus dos partidos ante rivales del Big-6 (Manchester City y Chelsea), por lo que este encuentro se presenta como la primera prueba de nivel en un tiempo. Pese a ello, los Reds no han empezado bien la temporada respecto al juego -que no a los resultados-. Una victoria significaría mucho para cualquiera de los dos equipos, que además de tener en juego su imbatibilidad, pueden dar un golpe sobre la mesa con tres puntos importantes de cara al final de temporada.
Echar al United del Top-6 no pasa todas las jornadas
La semana pasada equilibre las fuerzas del gafe en torno al Bournemouth. O bueno, al menos eso intenté. Esta jornada, por el título, parece que me he propuesto volver a desequilibrar las fuerzas místicas en torno al club del sur inglés. Los Cherries, a día de hoy, son sextos en la clasificación, ocupando así la vacante del Manchester United, que va octavo. Esta jornada se enfrentan ambos conjuntos en el Vitality Stadium, teniendo Eddie Howe y sus muchachos la remota posibilidad de echar tierra de por medio con unos Red Devils en plena remontada hacia el lugar que les corresponde. Qué diablos, vamos a imaginar cosas chingonas, como diría Chicharito. El Bournemouth tiene en su mano echar al United del Top-6 (por el momento), y esta jornada lo va a hacer. Puede que esté desequilibrando las fuerzas del gafe, pero un equipo tan amigable como el de Howe merece que me venga arriba. Y si no sale lo que he dicho, siempre tenéis mi twitter para llamarme gafe.
Va por ti, presidente
Vichai Srivaddhanaprabha pasó a mejor vida la jornada pasada en un accidente trágico. El presidente del Leicester deja un legado enorme en el conjunto dirigido por Claude Puel, habiéndolo cogido en Championship y dejándolo asentado en la Premier League con un milagro de por medio. Ahora, los Foxes, tras el shock que implica perder a su líder, tienen que levantarse. Este fin de semana el fútbol en Inglaterra no para, y pocas formas mejores se me ocurren de honrar al bueno de Khun Vichai que con tres valiosos puntos. En esta jornada viajan a Gales para visitar al Cardiff de Neil Warnock, uno de los equipos más débiles de la competición, siendo así un rival propicio para ir recuperando la sonrisa a base de victorias.
Malos tiempos en la era Pochettino
Hay poco a lo que se pueda agarrar el Tottenham a día de hoy: el inicio de temporada no está siendo tan bueno como dicen los números, el nuevo estadio no para de retrasar la fecha de su inauguración, y, para poner la guinda, no ha habido fichajes en este último mercado de fichajes. Tras la derrota ante el Manchester City y los malos tiempos que rodean al conjunto del norte de Londres, los puntos son necesarios para revertir la situación desde el terreno de juego. Los Spurs no se han desenganchado de los primeros puestos de la clasificación, por lo que su situación no es tan catastrófica como parece. Esta jornada visitarán a los Wolves de Nuno Espírito Santo, uno de los equipos más duros de la competición, por lo que Mauricio Pochettino y los suyos no lo tendrán fácil para seguir sumando en unos tiempos tan (o no tan) convulsos.
Bienvenidos al Fulhámetro
En el último “Carroll Hates Mondays!” hablamos de la posibilidad de medir la poca calidad de un equipo o jugador en función de los goles que sea capaz de meterle al Fulham, por lo que pocas maneras mejores se me ocurren de estrenar el denominado por un mí como Fulhámetro que en el apoteósico partido que cierra la jornada: el Huddersfield (cuatro goles anotados) recibirá al equipo de Slavisa Jokanovic (28 goles recibidos). O lo que es lo mismo, el peor ataque de la liga se enfrenta a la peor defensa en un encuentro que no tendrá término medio, siendo un atentado al buen gusto o un enfrentamiento en el que no habrá dígitos suficientes para contar los goles. Eso sí, pase lo que pase, nos vamos a divertir.
