La hegemonía en el norte de Londres
Si analizamos los palmareses de Arsenal y Tottenham, las cifras indican inequívocamente que los Gunners superan a los Spurs en la intensa rivalidad existente en el sector septentrional de Londres. Durante la época de Arsène Wenger el dominio se acentuó todavía más, propiciando que, desde 1994, el Arsenal haya quedado por delante del Tottenham en todos los campeonatos domésticos, durante más de dos décadas… hasta la temporada pasada. La tiranía de los Gunners llegó a su fin y los Spurs se auparon al trono del North London Derby. Ahora, estos esperan convertir la excepción en cotidianeidad. Este sábado visitarán el Emirates con el objetivo de dar un golpe sobre la mesa y aumentar la distancia sobre su rival conciudadano, que ahora mismo es de cuatro puntos. Mauricio Pochettino cuenta con la duda de varios jugadores importantes, como Hugo Lloris, Harry Winks, Dele Alli o Harry Kane, si bien aguarda que todos ellos puedan ser de la partida. Por su parte, el Arsenal tratará de reponerse de su derrota en el Etihad para no perder comba con el grupo de equipos teóricamente llamados a luchar por estar en la próxima Liga de Campeones.
Azul, rojo, azul
Manchester City, Manchester United y Chelsea partían como los tres principales candidatos a alzarse con la Premier League. Tras tres meses de competición, los Sky Blues se han erigido como el gran rival a batir, puesto que ya aventaja a sus perseguidores en ocho puntos, una suma nada desdeñable teniendo en cuenta las alturas de liga en las que nos encontramos. Los Citizens, que encadenan nueve victorias consecutivas, intentarán llegar a la décima este fin de semana en su visita al Leicester City, mientras la cifra de trece victorias seguidas alcanzada por el Chelsea la pasada campaña flota en su horizonte. El United, que se ha desinflado preocupantemente durante el último mes (cuatro puntos de doce posibles), recibe a un Newcastle que tampoco pasa por su mejor momento. Por último, el Chelsea viajará a West Bromwich. El equipo de Tony Pulis siempre es un rival incómodo, pero últimamente se parece más a un barril de madera que rueda vertiginosamente por la ladera de una montaña, aproximándose a una colisión que parece inevitable e inminente.
Una hermandad venida a menos
Más o menos durante el último lustro, el Southampton y el Liverpool han establecido un vínculo que consistía en lo siguiente: los Saints vendían a los Reds a cualquier señor de la ciudad que supiese pegar patadas a un balón (este último no era requisito indispensable, ejem, Dejan Lovren), y estos daban a aquellos suculentas cantidades de dinero a cambio. Fruto de esta asociación fueron traspasados, además del central croata, Nathaniel Clyne, Adam Lallana, Rickie Lambert o Sadio Mané. A esta lista pudo unirse Virgil van Dijk si no hubiese sido por las prisas del Liverpool, que contactó con el holandés antes que con el club, lo cual imposibilitó la contratación. Este fin de semana, ambos clubes se enfrentan en la costa sur de Inglaterra, si bien a ninguno de los dos les va excesivamente bien. Los pupilos de Jürgen Klopp ceden un puñado de puntos con respecto a sus rivales directos, mientras que los de Mauricio Pellegrino transitan por la zona media de la tabla, sin dar hasta ahora sensación de poder aspirar al séptimo/octavo puesto, lugar por el que se acostumbraron a merodear en los últimos años.
Dejar Holanda atrás
Los caminos del Crystal Palace y el Everton coinciden en un par de aspectos esta temporada. El primero es que los dos comenzaron la misma con un holandés en sus banquillos, y el segundo es que ambos han optado por destituirlos debido a los malos resultados cosechados. Los Eagles han mejorado con Roy Hodgson, aunque lo cierto es que un chimpancé ciego también podría haber supuesto alguna mejoría con respecto al esperpento de equipo que era antes. No obstante, todavía son colistas, y no les vendría mal sumar tres puntos para acercarse un poco más a la permanencia. Por su parte, el Everton continúa dirigido por David Unsworth tras la incapacidad del club para encontrar un entrenador dispuesto a tomar los mandos de la nave. La apoteósica remontada de los toffees en su último partido de Premier League les permitió salir del descenso, pero una nueva derrota en Selhurst Park volvería a incrementar las críticas del respetable de Goodison.
Banquillos en movimiento
Durante las últimas semanas hay varios entrenadores que se han convertido en el epicentro de diversas especulaciones. Los motivos también son disímiles: algunos han llegado (David Moyes, West Ham), otros parecen estar en el disparadero de salida debido a la mala dinámica de su club (Paul Clement, Swansea), y otros han sonado para abandonar sus equipos debido a su buen hacer y los correspondientes cantos de sirena entonados desde otros conjuntos (Sean Dyche, Burnley; Marco Silva, Watford). Este fin de semana, hay varios enfrentamientos en los que los entrenadores acaparan los focos. El Burnley de Dyche, por ejemplo, tratará de mantenerse en la pomada y llevarse los tres puntos ante un Swansea que, en caso de perder, podría despedir a Clement. Por su parte, el ínclito David Moyes volverá a la Premier League tras su fantástico año con el Sunderland, y curiosamente cumplirá su partido número 500 en el campeonato inglés. El nuevo técnico del West Ham tendrá enfrente al Watford de Marco Silva, que también podría salir de los Hornets, puesto que sigue siendo el principal candidato a ser el próximo manager del Everton.
