1. Desgracia por partida doble
Tenemos que remontarnos dos meses para presenciar una victoria de West Bromwich o Stoke City. Desde que los Potters ganaron 2-0 al Huddersfield el 20 de enero, ninguno de los dos equipos ha sumado tres puntos. Y la cosa comienza a pintar mal (muy mal en el caso de los Baggies). El fin de semana, ambos confirmaron sus tendencias con sendas derrotas. El Stoke perdió a Charlie Adam por roja directa en la primera parte y aunque igualó el tanto inicial de Cenk Tosun a pesar de la inferioridad, acabó suicidándose bajo la nieve que cayó copiosa en Stoke-on-Trent. Un segundo gol del delantero turco selló el 1-2 definitivo. A los Baggies no les fue mucho mejor. Tras adelantarse en el marcador (lo sé, lo sé, resulta difícil de creer pero sigue leyendo), los Baggies encajaron dos goles en el último cuarto de hora. Alan Pardew fue el asistente en ambos: sustituyó al defensa central Jonny Evans por el extremo Matt Philipps en el minuto 77 con 0-1 a favor. Quince minutos después, el Bournemouth ganaba 2-1. Ya avisé de que siguieras leyendo.
2. Animales duros de roer
El Chelsea ha derrotado a cuatro animales del este inglés en esta edición de la Copa: los canarios (Norwich), las urracas (Newcastle), los tigres (Hull City) y los zorros (Leicester). Mientras tigres y urracas no presentaron batalla, canarios y zorros fueron huesos duros de roer. Vamos, que la participación del Chelsea en esta Copa no ha tenido mucho sentido zoológicamente hablando. En cuartos de final, el Chelsea mostró la cara gris que ha venido exhibiendo en las últimas semanas y, aunque se adelantó mediante un contraataque culminado por Álvaro Morata (no, no es un error tipográfico), jamás pareció tener el partido controlado. En la segunda parte, sobre todo a partir de la entrada de Shinji Okazaki por el indescifrable (sobre todo para sus compañeros) Kelechi Iheanacho, el Leicester fue mejor y fue creciendo en el partido hasta empatar por mediación de Jamie Vardy. Con 1-1, el Leicester buscó la victoria con más ahínco que su rival, que se topó con ella de bruces en la prórroga gracias a un error clamoroso de Kasper Schmeichel. El Chelsea está más cerca de un título pero Antonio Conte no está más cerca de seguir siendo entrenador del club la próxima temporada.
3. El Palace no descenderá
El Crystal Palace visitó Huddersfield con la obligación de ganar. Tras cuatro derrotas consecutivas, las águilas se habían metido de nuevo en problemas en la clasificación y sumar los tres puntos ante un rival directo era imperativo. El equipo de Roy Hodgson no defraudó y venció por 0-2. En las últimas semanas, el equipo londinense ha sido víctima de las lesiones y de un calendario caprichoso que ha encadenado los choques ante Tottenham, Manchester United y Chelsea. A pesar de las bajas, el equipo del veterano técnico inglés perdió esos partidos por la mínima y dejó la impresión de que, a poco que recuperara algunos efectivos, saldría del entuerto en que se había metido. Dicho y hecho. Volvió Wilfried Zaha y el Palace volvió a la senda de la victoria. La impresión es que el equipo del sur de Londres acabará salvando los muebles una temporada más.
4. Los Spurs sobreviven sin Kane
De acuerdo, el Swansea no es el equipo más difícil de batir de Europa. Pero en la victoria por 0-3 en Gales en cuartos de Copa, el Tottenham demostró que tiene argumentos más que suficientes para alcanzar sus objetivos a pesar de la lesión de Harry Kane, que estará de baja hasta el mes que viene. Los cuatro futbolistas de ataque, Christian Eriksen, Heung-min Son, Erik Lamela y Lucas Moura intercambiaron sus posiciones sin cesar y volvieron loca a la defensa galesa. Eriksen marcó dos goles, Lamela marcó uno y dio otro, y Lucas también sumó una asistencia. Además, el calendario es favorable a los Spurs, cuarto en liga, que tienen cinco puntos de ventaja sobre el Chelsea, quinto. A excepción de la visita al Chelsea del 1 de abril, los Spurs tienen partidos asequibles en liga y no disputan las semifinales de Copa hasta el 21-22 de abril, cuando Mauricio Pochettino espera disponer ya de su goleador. Tras la eliminación en la Champions, el objetivo del argentino es finalizar entre los cuatro primeros en liga para estrenar el nuevo White Hart Lane al son de la pegadiza melodía de la máxima competición continental y ofrecer a sus hinchas el tan ansiado título para consagrar este equipo.
5. Una semana difícil
No ha sido una semana fácil para ser jugador del Manchester United. Tras caer eliminado de la Champions League en Old Trafford, José Mourinho afirmó que varios futbolistas del Sevilla entrarían en su equipo. Bueno, eso y que el Manchester United no era muy bueno en todo este asunto de la Copa de Europa. El sábado, los Red Devils recibieron al Brighton en cuartos de Copa y la victoria por 2-0 no eximió a los jugadores de nuevas críticas de su entrenador. El luso afirmó que Nemanja Matic había sido una isla en el equipo rodeado de futbolistas sin deseo, personalidad y carácter. Su blanco favorito fue Luke Shaw, sustituido al descanso, del que dijo que “parecía como si quisiera que le sustituyera”. Mourinho sigue sacando conejos de su chistera como si esto fuera 2005 y todavía nunca hubiéramos visto sus trucos: criticar a sus futbolistas, al rival, al árbitro o al calendario para desviar la atención. La realidad es que el Sevilla fue mejor en los dos partidos de la eliminatoria y el Brighton mereció más que un 2-0 en contra. Ahora el tema es ver cómo reaccionan sus jugadores: en el Chelsea, optaron por dejarle caer.