Grandes noticias para la WSL y para el fútbol: La Liga de Campeones Femenina incluirá una fase de grupos para los últimos 16 equipos a partir de la temporada 2021/2022. Además, las seis ligas femeninas europeas principales (calculadas según los coeficientes de la UEFA) serán representadas por tres equipos cada una, lo que comportará que la liga inglesa contará con tres equipos, en lugar de los dos actuales. De tal manera, las ligas de séptima a decimosexta tendrán dos representantes.
Este es un cambio pedido por muchos entrenadores que, además de mejorar el nivel de la competición, supondrá una mejor comercialización del patrocinio y de los derechos televisivos, ya que pasarán a estar controlados por la UEFA desde la fase de grupos, en lugar de únicamente en la final.
En este aspecto, el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, alegaba que estos cambios están «diseñados para impulsar la competitividad y aumentar la exposición del fútbol femenino de clubes». Mientras, el director de competiciones del mismo organismo, Giorgio Marchetti, considera que llegan en el momento oportuno: «Ha sido un proceso largo. Las conversaciones sobre cambiar el formato y crear una etapa grupal comenzaron hace varios años. Lo postergamos porque sentimos que las condiciones aún no se habían cumplido, pero ahora vemos que, con la inversión de la UEFA, las federaciones nacionales y los clubes en los que el juego está creciendo, hay más interés por parte del mercado y los medios y es el momento adecuado para las mujeres para lo que se hizo hace muchos años para los hombres».
Por su parte, entrenadores como Emma Hayes o Joe Montemurro se alegran de estas medidas. «Es justo para los clubes que invierten en el fútbol femenino que se les dé la oportunidad de estar en la Liga de Campeones desde una perspectiva de ingresos […] Y una vez que obtienes un tercer equipo de, digamos, Inglaterra que está en la fase de grupos de la Liga de Campeones, hay un retorno de ingresos. Eso es más dinero entrando en el juego» dijo el técnico Gunner, mientras que su homóloga en el banquillo Blue exponía que «eso tiene que suceder. Sin embargo, lo mismo para Alemania y probablemente para Francia».
Llamadme Beth England
El Chelsea recibía al Manchester City en Kingsmeadow. Hasta ahora, el fantasma de las Citizens había perseguido a la entrenadora Blue, como si de un monstruo se tratase. Como el capitán Ahab, que perseguía obsesionado a su ballena blanca en el ballenero Pequod, junto a Ismael y el arponero Quiqueg, Emma Hayes buscaba también a la suya desde que se subió al timón del Chelsea.
Sin embargo, como en la novela de Herman Melville, la protagonista al final no fue la entrenadora si no su delantera, que le dio la victoria frente a su viejo adversario. 1967 días después de su primer enfrentamiento en julio de 2014, Beth England y Maren Mielde —asistida por la propia England—, dieron la vuelta al resultado y doblegaron a un tímido City.
El Chelsea empezó el partido con más intensidad, pero el City está acostumbrado a soportar la presión en momentos difíciles. Por más que, desde la banda, Emma Hayes alentaba a las suyas y, en el campo, Ji So Yun y Guro Reiten avisasen a las visitantes, fueron las de Nick Cushing las que golpearon primero. La Lioness Kiera Walsh cruzó un centro que remató sutilmente la escocesa Caroline Weir para hacer el 0-1.

Pese al resultado, las Blues no bajaron los brazos y siguieron disparando con tenacidad contra la portería de Ellie Roebuck, que tuvo que lucirse en más de una ocasión, y de la que merecerá la pena hablar en profundidad, en un futuro. A falta de poco más de diez minutos para el final, las locales consiguieron perforar la portería de la internacional inglesa en dos ocasiones en apenas 3 minutos, garantizando la victoria para el equipo de Emma Hayes que, aunque con diferente final al de la novela, terminó por vencer a su temida bestia. Una, que se le resistía desde hacía mucho tiempo.
Emma Hayes, tras el partido, recordó también la victoria frente al Arsenal en liga: «Creo que dice mucho sobre el carácter del equipo […]. Mantienen la calma bajo presión, siguen jugando, se apegan a la tarea, permanecen juntas, todas esas palabras de moda que son importantes dentro de los equipos que ganan cosas. No implosionamos. Este es un equipo que se mantiene frío y creo que fue una gran diferencia en este partido».
Por su parte, Nick Cushing lamentó la falta de agresividad de su equipo. «Pensamos que habíamos hecho lo suficiente, pero el juego se nos escapó», reflexionó. “Simplemente nos faltaba un poco de la agresión que normalmente tenemos. Desde el primer silbido, pensé que a veces teníamos dudas. No deberíamos haber permitido que nos pusieran bajo tanta presión. Me aseguraré de poner un equipo en el campo contra Brighton con el mismo nivel de agresión que mostramos contra West Ham y Brighton».
Con esta victoria, el Chelsea superaba al Manchester City en la clasificación, colocándose en segunda posición —con un partido menos— y obligando al Arsenal a ganar.
Y así fue. Las Gunners continúan liderando la clasificación gracias a su victoria 0-3 sobre el Reading. Tras la exhibición récord de la semana pasada, Vivianne Miedema continúa a lo suyo y anotó dos goles más a su cuenta. Parece fácil. Abrió el marcador a la media hora y, antes del descanso, Kim Little amplió distancias con una volea muy estética. En la segunda mitad, continuó el dominio del Arsenal, aunque sin tanta efectividad como contra el Bristol. En los instantes finales, Daniëlle van de Donk, en quien últimamente recaen tareas no tan lustrosas pero que es la mano de Montemurro en el campo, disparó al palo antes de cruzar un pase largo desde el centro del campo hacia Miedema —su mejor socia—, para que esta batiese a Grace Moloney con una magnífica vaselina.
En el partido que decidía la cuarta plaza, el Manchester United ganó al Everton con Lauren James como protagonista. La mala fortuna hizo que Mary Earps se marcase en propia meta tras un mal despeje en un córner ante el remate de Simone Magill del Everton. Sin embargo, ni diez minutos después, Lauren James y Katie Zelem le habían dado la vuelta al marcador. La propia James, cuyo hermano Reece jugó el sábado con el Chelsea frente al Everton en Premier League, anotó el definitivo 3-1 antes del descanso. Mal partido de las Toffees, aunque siempre es interesante ver jugar a Chloe Kelly.

El Liverpool pudo ganar frente al West Ham. Pese a que las locales salieron a por todas y fueron mejor durante bastantes momentos del partido, las Hammers abrieron el marcador nada más empezar el partido gracias a Adriana Leon. Las Reds no se dieron por vencidas y fueron a por la victoria, aun cuando Melissa Lawley falló estrepitosamente un penalti. La presión y la ansiedad pudieron con un equipo y una jugadora cuyo disparo ni siquiera fue a portería. No obstante, las ganas de salir adelante de este equipo lograron que Lawley pudiera redimirse conectando un centro que Niamh Charles transformaría en el empate final y que, por lo menos, dejaría un punto en Liverpool.
En el resto de partidos, el Tottenham venció al Brighton con un gol de la lateral Ashleigh Neville, mientras que el Birmingham venció a domicilio al Bristol, con goles de Lucy Whipp y Abbi Grant.
La jugadora de la jornada ha sido Beth England. La delantera Blue es el ejemplo perfecto de determinación y confianza, dos cualidades que afloraron después de ser descartada y cedida al Liverpool por la propia Hayes hace dos temporadas. «Rompí a llorar. Dudaba si volvería», dijo ella. “Pero sí, lo hice. Todas las demás jugadoras que han sido cedidas por el Chelsea no han regresado. Soy la única jugadora que se las arregló para irse y volver».
De su experiencia, recuerda que «ir a Liverpool me dio la oportunidad de trabajar en una posición determinada, obtener minutos en el banco y demostrar lo que puedo hacer. Entonces, por mucho que lo odiara en ese momento, fue la mejor decisión, creo, para mí y para mi carrera. Fue más una prueba de si me hundiría o nadaría allí y afortunadamente elegí nadar”.
Antes de sobresalir y fichar por el Chelsea, England comenzó a dar sus primeros pasos como futbolista profesional en las Donny Belles, en las que permaneció 4 temporadas, siendo cedida en su primer año al Sheffield Wednesay. En esa época, seguramente fue cuando se forjó su determinación y su fuerza de voluntad, ya que England compaginaba su carrera deportiva con distintos trabajos: “Hice turnos nocturnos los viernes, sábados y domingos, de 10 p.m. a 6 a.m., en el Chippy (Fish&Chips). Por lo tanto, había momentos en los que dormía dos o tres horas antes de subir al autobús para un partido fuera de casa. O si ibamos a jugar contra un equipo como Yeovil, y volvíamos a las 9 de la noche, me daba una ducha rápida, tomaba mi té y luego volvía a trabajar y hacía un turno de noche. En realidad, solía hacer los pedidos de Navidad en M&S para pasar tres turnos de noche en el congelador. Además de eso, hacer malabarismos con los niveles A fue bastante difícil».
Por fortuna, su esfuerzo y sacrificio se vieron recompensados y a sus 25 años está asentada en el Chelsea y en la selección inglesa. Éxito merecido para la chica de Barnsley.