Ander Iturralde

Apuntes del play-off de Championship

Los partidos de ida de las semifinales del play-off de Championship fueron decepcionantes. Nadie concedió un respiro al rival. Fulham y Reading lograron dar un golpe cada uno, para empatar finalmente. El Huddersfield maniató a un Sheffield Wednesday que, sin embargo, no accedió a nada.

Fulham 1-Reading 1

Los dos equipos con los dos estilos de toque más pronunciados de toda la liga. Midieron fuerzas con lo que más querían en juego, el pase a la final. Bueno, la primera mitad del pase a la final. Fue una partida de ajedrez entre dos de los estrategas más meticulosos de la liga: Slavisa Jokanovic y Jaap Stam. Sabiendo que el Fulham no iba a andarse con contemplaciones al ser el local, el Reading fue a morder de inmediato. Presionaron con agresividad a unos Cottagers que poco a poco pudieron imponer su deseo. Minimizaron el daño causado por sus rivales y pronto de ellos fue la contienda. Una en la que el Reading jamás desapareció pero en la que nunca tuvieron un dominio sostenido. Querían ganar, obviamente, pero había que ser cautos y saber leer el escenario que se les había presentado. Uno que ya habían previsto.

A ambos les gusta mover y mover la pelota, aunque es el Fulhan quien ha desplegado a lo largo de la temproada una carácter más directo y ofensivo. Un equipo al que le gusta atacar cuanto más mejor y que coralmente pocos le ganan. Nueve jugadores de su plantilla han anotado por lo menos cinco goles en esta campaña. Sus armas son muy variadas y no por ello menos peligrosas. Stam lo sabía y plantó una defensa de tres (para ellos atípica) que defendió como la situación requería que defendiese. Creó las mejores ocasiones el Fulham, pero no lograban que pasasen de ser sólo eso, ocasiones. Menos había tenido un Reading que, para la segunda parte, volvió a salir como un tornado. Levantaron exponencialmente el ritmo de un partido estratégico en el que nadie quería cometer errores. Aumentar el tempo hizo que se produjesen errores. De lo más disparatada fue una jugada. Una jugada que llevó al gol del Reading. Faltas de cada bando y una carrera del corpulento central Paul McShane, que pasó el balón, recibió una falta que el árbitro convirtió en ley de la ventaja y que Jordan Obita exprimió con el 0-1. Alguien tenía que romper la monotonía, que despojar a un equipo de sus miedos para así encontrar recompensa.

Al Fulham esto no le hizo gracia. Habían sido mejores y lo sabían. Jokanovic quitó al delantero referencia, Chris Martin, para mandar a su equipo hacia un ataque más móvil todavía con la entrada del extremo congoleño Neeskens Kebano. Con un hombre de nombre inspirado en la leyenda del fútbol holandés, Johan, quería vencer a uno de los mejores técnicos de la actualidad de esa zona del mundo. Todo media puntas, extremos e interiores para igualarlo todo de nuevo. Cuatro minutos después, y tras varios avisos, el Fulham empató. Lo hizo su gran estrella, su jugador más diferencial: Tom Cairney. Todo volvió a la normalidad, una que todos aceptaron para volver a intentarlo otra vez el martes en Reading. Nadie dijo que sería fácil.


https://www.youtube.com/watch?v=YZo9pWI0I-o
public://video_embed_field_thumbnails/youtube/YZo9pWI0I-o.jpg
a:1:{s:7:»handler»;s:7:»youtube»;}


Huddersfield Town 0-Sheffield Wednesday 0

De las orillas del río Támesis a las del río Colne. Otro partido muy medido pero de diferentes características. Aquí no hubo arrolladores comienzos ni goles nacidos de ellos. Aquí hubo un dominador y un dominado. Pero paradójicamente el mismo resultado, sólo que sin los goles del otro. Dos a cero en disparos a puerta pero cero a cero donde más importa. El consenso general era que el Huddersfield llegaba fundido a este final de temporada y que el Wednesday, por el contrario, aterrizaba lanzado, en su mejor momento del año. Y que ello se vería reflejado en este duelo que a ambos enfrentaba. Ni idea de fútbol, que diría aquel. A fin de cuentas esto es el play-off.  Y encima, esta semifinal, un derbi del condado de Yorkshire. Más carne en el asador, si cabe.

Desde el primer instante, el guion dictaminó que el Huddersfield esposaría al Wednesday. Pero por más control que tuviesen sobre ellos, éstos últimos no les daban lo que querían, no les concedieron lo más mínimo en los últimos metros. No han forjado los “búhos” la quinta defensa más férrea de la competición por casualidad. Tanto colectiva como individualmente en defensa el conjunto dirigido por Carlos Carvalhal es un hueso tan duro de roer como el que más. El Huddersfield lo siguió intentado, trenzando jugadas por todo el frente de ataque. Pero ninguna desembocó en aquello por lo que más suspiraban en ese momento: un gol. La joven perla cedida por el Chelsea, Izzy Brown, tuvo una de las mejores. No obstante, la dejó escapar con una pobre ejecución. La tónica se mantuvo. Balones largos, ya fuesen dirigidos por el centro o hacia las bandas, que jamás dañaron a los locales fue un arma que el Wednesday intentó hacer funcionar.

No mostraron fisura alguna atrás. Sin embargo, todo tiene un precio. La mejor de las defensas a cambio de un nulo ataque. Una nulidad en la que tuvo mucho que el ver el Huddersfield. Mucho se podrá caer en las típicas críticas a un equipo que domina pero no marca. La eficacia con la que los Terriers cortaron todo intento de contragolpe fue excepcional. En la zona central el australiano Aaron Mooy pero sobre todo Jonathan Hogg rayaron a un altísimo nivel. Pararon ataques y los generaron. No llegó ese gol, pero los chicos de Dave Wagner demostraron que están aquí. Un Wednesday tratando de vencer a sus demonios del año pasado, en el que cayeron en la final del play-off, contra un Huddersfield que este miércoles contra el miércoles jugará su partido más importante en 45 años.


fulham_v_reading_-_sky_bet_championship_play_off-_first_leg
El túnel de Craven Cottage (Harry Hubbard/Getty Images).

Sobre el autor

Ander Iturralde