Juan Corellano

Aquellos locos ingleses

Louis Robles, Charlie I’Anson y Conor O’Keefe. Tres futbolistas y tres trayectorias distintas pero una cosa en común: todos llegaron desde Inglaterra a España buscando las oportunidades que no tuvieron en casa. Hoy, son de los pocos representantes del fútbol británico en nuestras ligas. Esta es su historia.

El fútbol es un deporte que no conoce límites de ningún tipo. Hace tiempo que muchos futbolistas procedentes de todos los rincones del mundo se atrevieron a hacer las maletas, abandonar sus países y probar suerte en el extranjero. Las grandes ligas se beneficiaron de la llegada de talento extranjero y la Premier no solo fue una excepción, sino que fue una de las grandes favorecidas. Pese a esa multiculturalidad que actualmente representa su liga doméstica, los jugadores del Reino Unido, y más concretamente Inglaterra, no han formado parte de esta globalización del fútbol moderno. Éstos siguen resistiéndose a marcharse y probar suerte en otras ligas. Sin embargo, sigue habiendo unos pocos locos que se atreven a dejar sus islas para probar suerte en nuestro fútbol. Sin más nexo común que el de su origen británico y su pasión por este deporte, cargan a sus espaldas circunstancias, historias y trayectorias completamente distintas.

Ese es el caso de Louis Robles, nacido y criado en Liverpool, pero de sangre española por parte de su padre. Desde los ocho años hasta los diecisiete se formó como delantero en las divisiones inferiores del Liverpool F.C., donde ya tuvo un primer contacto con el fútbol español a través de Pep Segura. Sin embargo, la llegada de un nuevo atacante al equipo, Jerome Sinclair, le dejó sin hueco en el once y prefirió marcharse al Wigan para poder seguir desarrollándose como futbolista. «Allí pasé tres años de los que tengo muy buenos recuerdos. Llegar al primer equipo y debutar en Championship fue el mejor momento de mi carrera» afirma Robles.

Pese a haber logrado grandes cosas en Inglaterra, Robles decidió que necesitaba salir del país para seguir progresando. EE.UU. fue la primera parada, aunque momentánea. En su segunda aventura fuera, decidió viajar a España. «Es un sitio con el que tengo muchas conexiones gracias a mi padre y también muchos amigos porque todos los veranos íbamos a veranear a Alicante. A través de esos contactos conseguí fichar por el Atlético Baleares», comenta el hispano-británico. Tras una temporada exitosa en la que disputó los playoffs de ascenso, llegó un nuevo cambio de equipo y un nuevo fichaje: el San Roque de Lepe, un equipo de Tercera División para el que juega en la actualidad. 


«Llegar al primer equipo con el Wigan y debutar en Championship fue el mejor momento de mi carrera». Louis Robles


Sus orígenes y su dominio del español, gracias a los veranos pasados en Alicante durante su infancia, le hicieron más fácil la adaptación al nuevo entorno a nivel personal. «Quería probar en España porque soy distinto a un delantero típico español, más físico, más directo. Pensé que podría tener éxito y ofrecer algo distinto. Sin embargo, en las divisiones en las que he jugado la defensa es muy lista, está siempre bien colocada y cuesta mucho meter goles«, afirma Robles. Pese a las dificultades, anima a otros compatriotas a jugar en España. Él admite que, a pesar de llevar un tiempo ya jugando en el país, apenas ha conocido a otros jugadores británicos. «Solo me crucé con uno. Un central inglés que jugaba en el Valencia Mestalla, no recuerdo como se llamaba», comenta.


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Louis Robles en el San Roque de Lepe, el club de la tercera división andaluza en la que milita en la actualidad (Alberto Domínguez).


El nombre de ese central no era otro que Charlie I’Anson. A pesar de lo que su nombre pueda sugerir, su español no es solo perfecto, sino que además incorpora acento andaluz. Al contrario que Louis, Charlie no tiene orígenes españoles, pues sus padres son ambos británicos. Él se crio aquí, en Málaga. «Mis padres vivían en Londres y pensaron que no era la mejor zona para criarnos a mí y a mi hermano, así que cogieron las maletas y nos fuimos a Málaga» comenta I’Anson.

A Charlie, el fútbol siempre le ha llevado de aquí para allá. Tras disputar un torneo con la selección malagueña en tierras británicas, el Nottingham Forest le invitó a realizar unas pruebas para el equipo. Sin embargo, una de las condiciones de ese contrato le obligó a rechazarlo. «Me dijeron que no era lo suficientemente alto para ser central, que tendría que jugar como lateral y yo no estaba dispuesto. Por suerte, en uno de los partidos de prueba con el Forest jugamos contra el Grimsby Town, les gusté y finalmente puede firmar por ellos» afirma I’Anson. «Mi vida ha sido siempre de idas y venidas y por ello he tenido que madurar más rápido. He vivido mucho en poco tiempo y he estado en muchos sitios. Eso es algo que también ha influido en mi forma de jugar, pero desde el primer día me siento afortunado por poder dedicarme a esto» comenta Charlie.  


«Mi vida ha sido siempre de idas y venidas y por ello he tenido que madurar más rápido. Desde el primer día me siento afortunado por poder dedicarme a esto». Charlie I’Anson


Aunque su vuelta a Inglaterra fue positiva, finalmente decidió volver a España sin tener equipo, llegando incluso a rechazar un contrato en firme en las islas. Su objetivo era volver a la que realmente era su casa y finalmente encontró un lugar donde poder hacerlo, Elche. Allí, tras capitanear al segundo equipo y ascender a Segunda B, gozó del mejor momento de su carrera, al debutar en Primera División con el primer equipo. Desde entonces, ha pasado por varios clubes en España, hasta acabar en el que milita actualmente, el Real Murcia. «La vida profesional de un futbolista es muy corta, tenemos que aprovechar. Yo he demostrado jugando aquí que se puede hacer, espero que la gente se vaya animando y vaya viniendo más a esta liga» comenta I’Anson. 

A Conor O’Keefe no le hizo falta ni jugar en Primera ni siquiera dedicarse profesionalmente al fútbol, algo que sigue siendo su gran objetivo. En su caso, no es que sus rasgos delaten su procedencia, más bien no dejan lugar a dudas. Su apellido proviene de ascendencia irlandesa por parte de padre. Nacido y criado en Mánchester en el seno de una familia devotamente ‘red devil’, desde pequeño su lugar siempre estuvo bajo palos. Sin embargo, su vocación de guardameta profesional se vio truncada por circunstancias ajenas a su voluntad. Desde los 14 años los ojeadores siempre repetían la misma frase: «Tienes todo lo que hay que tener, pero no eres lo suficientemente alto».


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Charlie I’Anson disputa un partido con el Real Murcia (G19 Peñas).


Por esa misma razón, siempre se fijó mucho en el fútbol español, donde veía a porteros no excesivamente altos como Casillas, Valdés o Bravo triunfar en la élite. En cuanto tuvo la mínima oportunidad, decidió hacer las maletas y probar suerte en España. «Siempre quise ser un futbolista profesional así que pensé que sería difícil compaginar el fútbol con las prácticas. Me decanté por el Erasmus y vi que tenía la posibilidad de estudiar en la Universidad Carlos III de Madrid. Así, ya tenía la excusa perfecta para tratar de encontrar un equipo y jugar en España» comenta O’Keefe.

Tras intentar sin éxito encontrar un agente que facilitara esta tarea, O’Keefe decidió pluriemplearse y hacer ese trabajo él mismo. «Busqué todos los clubes que había en un radio de una hora en coche desde Madrid. Desde La Liga hasta Preferente o Regional. Creé una lista de excel con todos estos clubes, sus nombres, cómo de lejos estaban de mi universidad, todos sus detalles. Después empecé a llamarles, a mandar emails y cartas escritas a mano en sobres dorados para evitar que las desecharan antes de leerlas» afirma el inglés. Su esfuerzo de nuevo fue en vano, pues no recibió respuesta alguna. Sin embargo, Conor no desistió y decidió realizar una última intentona

Fue en las del Rayo Vallecano en las que sus esfuerzos tuvieron recompensa. «Estuvimos en un entrenamiento, hablamos con el secretario e intentamos que hablara con el entrenador de porteros, pero nos dijo que estaría ocupado. Justo en ese momento vi al entrenador de porteros, a quien lo reconocí por las fotos de la página web, lo detuve y le hablé con el poco español que tenía por aquel entonces. Me cogió la carta, me dijo que se la daría al entrenador y que volviéramos al día siguiente. Volvimos y me comunicaron que podría entrenar con el B, que empezaba la pretemporada la semana siguiente. Estaba encantado, era una gran oportunidad en un equipo grande en España» comenta O’Keefe. Sin embargo, el Rayo solo contaba con un portero para el primer equipo y finalmente el fichaje de un nuevo guardameta a última hora dejó a Conor sin sitio en el equipo y con apenas tres días para encontrar un nuevo club antes del cierre del mercado.


«Si no estás dispuesto a salir a jugar fuera y no encuentras una oportunidad dentro, entonces es que no deseas jugar lo suficiente». Conor O’Keefe


Finalmente tuvo suerte y pudo encontrar sitio en el Fuenlabrada. Allí estuvo desde finales de agosto hasta febrero aprendiendo junto a compañeros de portería de nivel como Pol Freixanet y Jordi Codina, y su entrenador de porteros Manolo Rubio. En Fuenlabrada llegó incluso a vivir la experiencia cumbre de su carrera al visitar el Bernabéu con su equipo en una eliminatoria copera. «Fue una experiencia increíble, algo que jamás pensé que iba a vivir este año. Personalmente me dio mucha motivación», asegura O’Keefe. En febrero, tras no haber disputado ningún partido, desde el club le animaron a unirse al Móstoles hasta final de temporada para poder contar con más minutos y coger experiencia.

Mirando al futuro, asegura que le gustaría seguir jugando y aprendiendo en España, y espera encontrar un equipo de Segunda B para el año que viene. También ocupa su tiempo con un canal de YouTube, donde comparte y trata de explicar cómo es la experiencia de intentar hacerse un hueco en el fútbol profesional español. «Siempre vemos las historias de aquellos que lo consiguen y tienen éxito. Eso es importante, pero también lo es ver la historia de la gente que está en el camino, lo consigan o no. Estoy tratando de hacerlo con la mía «, comenta O’Keefe. Él confiesa que volver a Inglaterra como jugador profesional es uno de sus sueños, pero no se cierra ninguna puerta.«Si no estás dispuesto a salir a jugar fuera y no encuentras una oportunidad dentro, entonces es que no deseas jugar lo suficiente» asegura el inglés. 

Esta es historia de tres ingleses que, desde el anonimato que caracteriza al fútbol modesto, llegaron desde su país a España persiguiendo un balón. Tres historias completamente distintas, pero con un denominador común. Somos muchos los que se dejan subyugar por la locura de un deporte que, un buen día hace ya más de cien años, crearon unos pocos locos en una isla al norte del Océano Atlántico. Aquellos locos ingleses dando patadas a un balón. 

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Juan Corellano