Héctor Farres

Asombroso Wan-Bissaka

En su particular travesía de 40 años por el desierto el Crystal Palace ha conseguido desarrollar a un jugador determinante en ambos lados del campo.Y más importante aún, capacitado compartir responsabilidades con Wilfried Zaha.

A ningún jugador le gusta que le den minutos porque su competencia directa ha sufrido una lesión, incluso si este es el pretexto para un debut en la Premier League. Una plaga bíblica de lesiones azotó al Crystal Palace a finales de febrero de 2018 para hacer frente al Tottenham. Al igual que un padre tira a su pequeño querubín con manguitos a la piscina para que aprenda a nadar, Roy Hodgson, al no tener mucho entre lo que elegir, echó mano de Aaron Wan-Bissaka para tratar de contener el tremendo potencial ofensivo de los Spurs.

Mientras que el niño suele tragar agua abundantemente cuando bracea para no fracasar delante de su abochornado progenitor, el joven Wan-Bissaka, de ascendencia congolesa, sorprendió gratamente a su entrenador aguantando estoicamente las embestidas de Erik Lamela y ayudando a los centrales en su lucha con Delle Alli y Harry Kane, que acabó dándole la victoria al Tottenham en el minuto 88. Hodgson, directamente, quedó prendado del canterano y continuó apostando por él para los siguientes partidos hasta la recuperación de Joel Ward.

La inexistente experiencia de Wan-Bissaka en el fútbol de alto nivel podría haber lastrado su trayectoria. El canterano no había tenido una introducción progresiva sino que, Hodgson, por pura necesidad, lo había expuesto contra jugadores de talla mundial capaces de retratarlo una y otra vez. No obstante, el lateral brilló contra rivales altamente letales como Chelsea, Manchester United, Liverpool, Huddersfield — este quizás no tan mortífero — y Bournemouth. Pese a que los resultados no fueron buenos, la realidad es que Wan-Bissaka se mostró sólido en el ‘tackle’ y expeditivo en las opciones ofensivas.

La sobriedad del joven jugador en tareas defensivas cobra todavía más valor teniendo en cuenta que a lo largo de su extensa carrera en la estructura del fútbol base del Crystal Palace solamente se había desempeñado en posiciones adelantadas. Sin embargo, en la temporada 2016/17, Kevin Keen necesitaba completar los entrenamientos con un lateral derecho. Acudió al Crystal Palace U23 de Richard Shaw— que tampoco iba muy sobrado de efectivos en esa posición — para escoger a Wan-Bissaka, que por sus características era el comodín del equipo para cubrir varias posiciones.

Keen quedó bastante satisfecho con las prestaciones del canterano y siguió convocándolo para completar los entrenamientos. Uno de los ejercicios rutinarios emparejó a Wan-Bissaka con Wilfried Zaha, el único argumento ofensivo de los Eagles durante las últimas temporadas. Frenar al jugador franquicia iba a ser una prueba de fuego para la valía de Wan-Bissaka. Sin despeinarse ese pequeño recogido de trenzas rematadas en adornos metálicos, tres de ellas cayendo por su frente en un trazado diagonal, consiguió secar a Zaha. “Es uno de los laterales más duros a los que me he enfrentado”, confesó un año después a las cámaras del club.

A partir de ese día Wan-Bissaka dejó de ser un atacante polivalente para ser específicamente un lateral diestro con alergia a defender, como reconoce sin reparos. Pese a tener predilección por atacar, en la presente temporada y con solamente 20 años, ha conseguido ser el único inquilino del carril diestro de los Eagles y se ha consagrado como uno de los grandes talentos del fútbol inglés. Hodgson, que ha visto de todo en su extensa carrera como entrenador y seleccionador, tiene claro que el canterano — entró en el fútbol base del Crystal Palace con once años — reúne todos los elementos para sobresalir: “Es un defensor muy obstinado, disciplinado y acertado en situaciones de uno contra uno. Un gran atleta ansioso por ir hacia arriba. Aprovechó su oportunidad tras la lesión de Joel Ward. Debería de estar sorprendido por cómo jugó partidos de tanta envergadura pero no tenía duda alguna que podría con ello”.

El joven Aaron, con solamente diecisiete partidos a sus espaldas, ya ha comenzado a labrarse un nombre. A base de no querer abarcar más de lo que puede ha ido construyendo una buena media, que le permite ser uno de los alumnos aventajados de Hodgson. Sus largas piernas la confieren una zancada de avestruz muy útil en fase defensiva: si el rival le sobrepasa es capaz de situarse a rebufo para lanzarse al césped pulcramente y rebañar el balón con precisión quirúrgica. Al contragolpe también ha sabido sacarle partido a su atlético tren inferior con unas habilidades para el regate poco pulidas en el aspecto técnico pero muy efectivas por la cantidad de adversarios que deja con la cintura descolocada.

En muy poco tiempo en la Premier League ya ha captado la atención de grandes equipos como el Manchester City, que ya ha contactado con los Eagles para interesarse por la situación de su perla, que tiene contrato hasta 2022. Wan-Bissaka ya ha presentado su candidatura para ser una de las revelaciones de la temporada y ahora queda por ver si tiene techo y, en caso afirmativo, dónde lo tiene. 

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Héctor Farres