El fútbol en la élite puede estar perdiendo parte de su esencia, de su pureza. Está dejando de ser el juego como se concibió para convertirse en un espectáculo mediático con un nivel de profesionalidad extremadamente radical. Ese aspecto que obliga a reanudar las competiciones. En esto se ha transformado el fútbol hoy en día y, más aún, en Inglaterra. Probablemente la Premier sea la liga más globalizada del mundo, con aficionados de cualquier equipo en Indonesia, Nicaragua o Burkina Faso que pueden provocar perder el foco de las aficiones y las comunidades.
Mansiones de lujo, coches más veloces que los aviones y vestimentas extravagantes. De esta forma estamos acostumbrados a ver a los futbolistas. Convertidos en seres superiores por el mero hecho de dar buenas patadas al balón. Esta crisis sanitaria los ha tirado de ese pedestal en el que a veces se les sitúa para asemejarlos al resto.
Pero, no todos los jugadores de fútbol viven de esta manera. Ni mucho menos. Hay otra clase de futbolista, con una vida más parecida a la nuestra, con preocupaciones a final de mes, con cuentas de Twitter sin verificar y perfiles de Transfermarkt sin completar. Se trata de jugadores que, simplemente, se ganan la vida con el fútbol sin contratos millonarios ni grandes ganancias por publicidad.
Es el caso de Joan Luque (Barcelona, 1992), jugador del Daghenam & Redbridge que, actualmente, milita en la National League, el quinto escalón del fútbol inglés. ”De momento, seguimos entrenando por si se reanudara la liga aunque, en principio, está cancelada”. Esta es la situación que viven los jugadores de los clubes no profesionales en Inglaterra donde, salvo sorpresa, el fútbol ha sido suspendido. “No sabemos si al ser la primera categoría por debajo de la Football League tendremos que volver” comenta Joan.
Entre entrenamiento y entrenamiento, los futbolistas tienen un tiempo que deben destinar a alguna actividad que les permita distraerse: “Creo que la vida del futbolista ahora mismo es parecida con la diferencia de nivel de casa, medios y demás”. El barcelonés ha aprovechado esta situación para profundizar en su hobby favorito: ”Siempre he jugado a la videoconsola y ahora, pues estoy intentando sacarle beneficios con streamings”. Echar mano de lo virtual cuando más se parece a lo real.

Uno de los temas estrella durante este periodo en el mundo del fútbol es la incertidumbre con los contratos de los jugadores. En la élite, el problema es menor por tratarse de jugadores con un bagaje importante tanto deportivo como económico y, normalmente, suelen ser contratos largos. En las divisiones inferiores, es más difícil que la duración contractual sea de más de un año y se suelen añadir cláusulas para ampliarlos. “Yo estoy relativamente tranquilo porque conseguí cumplir una cláusula de mi contrato y renové hasta 2021 pero sí hay mucha incertidumbre en el equipo. Tuve suerte con esto, pero si cambiamos de entrenador y no cuenta conmigo, tendré que irme” asegura Luque sobre su futuro.
“Tengo compañeros que terminan contrato ahora y están con el futuro en el aire: no saben qué va a pasar, cuándo tienen que volver, dónde van a jugar… no tienen un contrato que les asegure nada cuando pase esto”, apunta sobre la difícil situación de futbolistas no tan conocidos. Además, como casi todos los trabajadores ligados al fútbol, han sufrido una reducción del 20% en su sueldo.
En España, el fútbol no profesional (por debajo de las dos primeras categorías) no cuenta con mucho seguimiento mediático ni de afición en su mayoría aunque con excepciones muy notables. Pero, en Inglaterra, la historia es muy distinta: “Tiene mucho reconocimiento y repercusión a nivel nacional, es muy diferente a lo que pasa en España”. Además del aspecto social, ya que la población de una localidad apoya al equipo de la misma, también influye a su favor la estructura del fútbol inglés. Hay que añadir que, incluso, las categorías no profesionales cuentan con un periódico semanal que cubre estas divisiones: The Non-League Paper. “No se puede equiparar, ni a nivel de aficiones ni a nivel estructural” sentencia.
Otro de los factores importantes en las divisiones inferiores de Inglaterra son los estadios. “Hay campos muy chulos en los que te sientes futbolista de primera división cuando juegas”. Y es que, en National League, se encuentran equipos históricos y con gran tradición en categorías más altas como el Notts County, el Chesterfield o el Yeovil Town.
En el fútbol inglés es habitual ver a equipos que, debido a la mala gestión, descienden dos veces consecutivas y, con mala suerte, podrían acabar cayendo a la Non-League: “El fútbol inglés es muy igualado en cada categoría y, por ello, un año malo te cuesta caro, tengas el nombre que tengas”. Este puede ser el caso que ocurriera en divisiones superiores como el Sunderland o el Porstmouth. Así encontramos a los equipos mencionados provocando que “en cada partido hay un mínimo de tres o cuatro mil espectadores en cada estadio. Es brutal” apunta.

En cuanto al estilo de juego en estas categorías, Joan Luque se encarga de desmentir ciertos tópicos arraigados: “Hay equipos como el Barrow que proponen un juego de posesión con salida de balón desde atrás y lo hacen muy bien”. Por lo tanto, hay que desterrar aquel pensamiento del balón largo y el Kick and Run. “No se complican, suelen usar el recurso del balón en diagonal si no encuentran una solución fácil pero han evolucionado mucho” nos argumenta el delantero de 27 años. De hecho, esta concepción de tomar a la National League está lejos de desvanecerse ya que “no se considera profesional por no todos los equipos entrenan full-time que es la diferencia pero, de 24 que hay en la división, a lo mejor, 22 sí que lo hacemos” justifica Joan.
David Silva, Juan Mata, David De Gea… todos ellos son jugadores que aterrizaron en Inglaterra después de forjarse una importante fama en clubes de alto nivel en España. Pero, ¿cómo ficha un jugador desde las divisiones inferiores catalanas por un equipo del fútbol no profesional inglés? “Llegué a través de un antiguo compañero de Barcelona que hizo un draft ‘England The Chance’ que daba la oportunidad a jugadores de todo el mundo de tener la oportunidad de jugar en Inglaterra”. ¿En qué consiste? “Una semana en la que te pagas todo tú mismo pero tienes entrenamientos con un técnico de allí y el fin de semana juegas un partido con ojeadores de muchos equipos” recuerda Joan.
“Le gusté al entrenador con el que estuve esa semana y me quiso llevar al club en el que estaba que, justamente, era también donde estaba el que fue mi compañero”. De este modo tan particular, en el verano de 2017, Joan Luque fichó por el Heybridge Swifts de octava división, donde fue parte activa de la mejor temporada histórica del club con 30 goles, clasificando para la primera ronda de FA Cup, avanzando mucho en FA Trophy y acariciando el ascenso mediante el playoff en el que acusaron la acumulación de partidos “La verdad es que hice un temporadón” reconoce el delantero catalán.
Gracias a esta magnífica campaña en el condado de Essex, Luque atrajo el interés del Newport County de League Two. “Mi presidente pidió más dinero del que ellos estaban dispuestos a pagar y no se hizo” recuerda. Es algo extraño fuera de Inglaterra eso de pensar en que un equipo fiche a un jugador que milita cuatro categorías por debajo, pero en las islas no es nada raro. De hecho, muchos jugadores importantes de la Premier han dado grandes saltos como Vardy o Dele Alli.
Al negársele la opción de entrar en el profesionalismo por la puerta grande, el delantero español decidió realizar una prueba durante la pretemporada con el Lincoln City que, por aquel entonces, era uno de los equipos más fuertes de la National League. “Me ficharon por 6 meses y fue increíble, aunque tuve la mala suerte de no firmar por un año porque habría vivido el ascenso a League Two y el título” lamenta Luque.

Tras no haber disputado los minutos esperados en Lincoln, Joan Luque decidió dar un paso atrás para coger impulso. Recaló en el Concord Rangers de la sexta división para así “recuperar la confianza en mí mismo que había perdido en Lincoln”. En esta etapa, al tener pocos días de entrenamiento, buscó una vía para elevar su nivel de forma y comenzó a entrenar con el Dag & Red de quinta división. “Lo hice para mantener la forma y para darme a conocer con el entrenador”. La estrategia salió a la perfección y se ganó un contrato de un año con el equipo en el que actualmente milita.
Una vez se reanuden las competiciones en todo el mundo, se irán disipando las dudas que mantienen en vilo a los futbolistas, en especial, a los que juegan lejos de la élite. Pero, aún así, Joan lo tiene claro: “Mi intención es seguir aquí porque es la cuna del fútbol y es espectacular vivir cada partido, lo estoy disfrutando mucho”.
El fútbol más allá de los focos, donde te devuelven a la esencia del juego. Esta es la sensación que vive cada semana Joan Luque viajando por todos los campos de la National League, donde se está labrando un nombre. Lejos de las portadas de los periódicos y de los informativos de televisión. Allí donde el fútbol recupera su pureza.