Aaron Cabado

Cinco cosas que podrían pasar en el Boxing Day

Llega la jornada más especial de la Premier League. Harry Kane tiene la oportunidad de superar el récord de Alan Shearer, el efecto Marco Silva pierde fuelle y Hodgson sigue construyendo su palacio medieval, entre otras cosas.

La diferencia son los otros diez

Tras igualar a Shearer, Harry Kane se encuentra ante la posibilidad de convertirse en el máximo goleador en un año natural en la Premier League. Para ello, deberá batir al menos una vez la meta de Fraser Forster en el último partido del año de los Spurs. El crecimiento del ariete inglés, que va camino de sumar su cuarta temporada consecutiva anotando más de veinte tantos en liga, está fuera de toda duda. No sucede lo mismo, no obstante, con respecto a sus compañeros. Ubicados en el ecuador de la temporada, es sencillo hacer comparaciones. El año pasado el Tottenham consiguió 86 puntos, este lleva una progresión de 68 al finalizar la campaña. Curiosamente, esas cifras se repiten en los goles marcados (86 la última campaña, estimación de 68 en la presente), y en cuanto a los goles encajados, de los 26 recibidos en la 2016-17 subiría a 36 en esta. Así, parece bastante claro que, estadísticamente, el Tottenham ha experimentado una reducción de sus prestaciones, a excepción de la aportación anotadora de su estrella, igualmente efectiva en la calma que en la tormenta.  

Presagio de tedio

Aunque todavía queda una mitad de la competición, solo una hecatombe histórica podría evitar que el Manchester City no se alzase con la Premier League. Un escalón por debajo, parece claro que Manchester United y Chelsea ocuparán la segunda y tercera posición. De este modo, los focos de interés se trasladan a otras zonas de la clasificación, como la disputa por el cuarto puesto o por la permanencia. Sin intención alguna de quitar emoción a estas luchas, lo cierto es que es una lástima que los partidos que involucran a los mejores equipos carezcan ya de ese componente de interés que le infiere la igualdad en la tabla. Este Boxing Day, el City visita al Newcastle, el United recibe al Burnley y el Chelsea acoge al Brighton, pero lo cierto es que la arrolladora temporada de los Sky Blues ha derrumbado la incertidumbre, que ha demudado en cierto tedio.

El desvanecimiento del Watford

El buen inicio de temporada del Watford de Marco Silva le llevó a presentar su solicitud a equipo revelación de la temporada, pero los Hornets se han ido desinflando progresivamente. Sus últimos once partidos de Premier League se han saldado en dos victorias, un empate y ocho derrotas, unos resultados francamente decepcionantes. La décima posición que ocupan en la tabla transmite tranquilidad, pero lo cierto es que los puestos de descenso están a seis puntos. El Watford no ha tenido suerte con las lesiones (su enfermería está más plagada que la del Arsenal unas Navidades cualquiera), y cuando han faltado ciertos jugadores se han destapado las carencias de una plantilla escueta e ineficiente. André Gray, que llegó para ser el goleador del equipo, solo ha marcado dos tantos, los mismos que Troy Deeney. Además, los Hornets son los terceros que más encajan: es lo que sucede cuando tus baluartes defensivos son Kaboul, Kabasele o Mariappa. Este martes reciben al Leicester City. Sería exagerado decir que Marco Silva tiene el agua al cuello, pero el técnico portugués no debería confiarse.

El palacio se reconstruye                                                                           

Reconozco de antemano que establecer una analogía entre el Crystal Palace y un palacio no es lo más original del mundo. Dicho esto, la obra de Roy Hodgson ha sido, indudablemente, una edificación exprés: solo necesitó tres partidos para hacer probaturas y confeccionar los planos, y a partir de ahí el equipo no ha parado de crecer. Es cierto que el listón estaba bajo, puesto que los Eagles perdieron sus siete primeros partidos, pero se han repuesto de aquel nefasto inicio hasta el punto de haber abandonado ya los puestos de descenso. De hecho, solo han perdido uno de los últimos diez partidos. El Crystal Palace no es un bello y proporcionado palacio renacentista, más bien es algo así como un palacete medieval: feo y achaparrado, pero fuerte, sólido y compacto. En el Boxing Day, Hodgson y compañía reciben a un Arsenal inmerso en la pelea por el cuarto puesto. Podrán perder, pero está claro que este equipo ya no se parece en nada al de principio de temporada, por lo que no se lo pondrán fácil a los Gunners.

Dos británicos con diferente perspectiva

En una Premier League en la que el número de entrenadores británicos mengua cada temporada, Eddie Howe y David Moyes representan dos formas de resistencia distintas pero igualmente válidas. En la costa sur, el proyecto de Howe frente al Bournemouth es ya una insignia: no en vano, fue él quien llevó a los Cherries a la máxima categoría. Así, a pesar de que el equipo haya caído al descenso y encadene ocho encuentros sin ganar, el técnico cuenta merecidamente con la confianza de los suyos. No es la primera vez que pasan por una mala dinámica, y en todas las ocasiones anteriores, Howe halló el modo de solucionar el entuerto. El choque ante el West Ham en el Boxing Day llega en un momento idóneo para hacerlo otra vez, pues serviría para devolver a los Hammers al hoyo. Los londinenses vienen de caer ante el Newcastle en un enfrentamiento directo, pero la mejoría desde la llegada de David Moyes es tangible y objetiva. Así, intentará reencontrarse con la victoria en este duelo entre técnicos británicos pero antagónicos.

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