Primer título de la temporada en juego
Arsenal y Manchester City disputan este domingo la final de la infamemente denominada Carabao Cup, antigua Copa de la Liga. La situación de los Sky Blues en la Premier League, donde lideran con amplia autoridad, podría hacer pensar que la necesidad acucia más a los Gunners, que en el campeonato doméstico se encuentran ubicados en una decepcionante sexta posición. Sin embargo, la reciente eliminación del Manchester City en la FA Cup a manos del Wigan ha propiciado que en la plantilla de los citizen haya ganas de reivindicarse y llevarse a sus vitrinas el primer título del año —y que sería, además, el primero de Pep Guardiola en el club celeste—. El Arsenal, también eliminado en el otro torneo copero, se agarra a esta final y a la Europa League para salvar su temporada. Así, los londinenses esperan prolongar su idilio con el estadio de Wembley, en el que ganó sus tres últimas finales disputadas, todas ellas de FA Cup, para ganar el único título nacional que le falta a Wenger: la última vez que los Gunners lo consiguieron fue en la temporada 1992-93.
Distintas sensaciones, mismo resultado
Manchester United y Chelsea cosecharon sendos empates en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, si bien las sensaciones difirieron notablemente: mientras los Blues fueron superiores al Barcelona y solo un error defensivo les impidió irse con ventaja al segundo envite, los Red Devils sufrieron para amarrar el 0-0 tras realizar un partido eminentemente defensivo en el Sánchez Pizjuán. Este fin de semana, ambos se verán las caras en Old Trafford, y los dos llegan a este enfrentamiento directo tras sumar únicamente tres de los últimos nueve puntos en juego, lo que ha permitido a Liverpool y Tottenham aproximarse a ellos. De este modo, en el encuentro de este domingo habrá más en juego de lo que podría esperarse hace algunas semanas. En el United, habrá que ver si José Mourinho devuelve a la titularidad a Paul Pogba, cuyo rendimiento en las últimas semanas ha sido extremadamente discreto.
Un partido para aferrarse a la Premier
La situación del West Brom en liga es, cuanto menos, delicada. Tras sumar una única victoria en Premier League en los últimos seis meses y tener al club a siete puntos de la permanencia, a los Baggies se les ocurrió una gran idea para reconducir su nefasta dinámica: hacer una pequeña e incomprensible concentración Barcelona y hacer el garrulo en proporciones grotescas. Tras emborracharse y robar un taxi, toca volver a la aburrida e insustancial vida real. El conjunto dirigido por Alan Pardew recibe en The Hawthorns al Huddersfield, uno de los equipos más tiernos de la categoría, y todo lo que no sea lograr un triunfo supondría un obstáculo para sus ya depauperadas opciones de salvación. Las características de juego que necesita el West Brom están claras, pero esta temporada no están sabiendo imponer su dominio en el juego aéreo ni en la gestión de segundas jugadas, en las que otrora habían encontrado una fuente inagotable de puntos. Volver a las raíces del pulismo es el único método mediante el cual este equipo pueda alcanzar la permanencia.
El águila empieza a planear
La temporada del Crystal Palace se asemeja bastante al irregular vuelo de un águila drogada. El conjunto londinense fichó a Frank de Boer con el objetivo de darle un aspecto sofisticado al ave, pero pronto prescindieron de él para poner en su lugar un pájaro de hojalata con Roy Hodgson a los mandos. El equipo tardó ocho jornadas en sumar sus primeros puntos, pero cuando al fin consiguió despegar, fue capaz de recolectar puntos y ascender puestos de forma meteórica. La excelsa dinámica de los Eagles dio pie a pensar que, a poco que la mantuviesen, lograrían alcanzar un cómodo puesto en mitad de la tabla. Pero el águila ha comenzado a perder estabilidad y se ha puesto a planear en un momento crucial. Con dos puntos de los últimos doce posibles, el Palace aventaja al descenso en una sola unidad. Este fin de semana reciben a un Tottenham que llega en uno de sus mejores momentos de la temporada, y que espera seguir creciendo en detrimento de sus rivales conciudadanos.
Rencillas y otras cosas
Cuando el Watford despidió a Marco Silva, el club publicó un comunicado en el que dejó un recadito para el Everton, a quien acusaba de haber interferido en la armonía de los Hornets con los cantos de sirena con los que pretendieron engatusar al entrenador portugués. Al final, la situación acabó con Silva lejos de ambos equipos, que se ven las caras este fin de semana. El Watford, ahora dirigido por Javi Gracia, espera repetir su última actuación en el Vicarage, donde destrozó al Chelsea, para ampliar su ventaja con las posiciones de descenso. El Everton, por su parte, sigue buscando la séptima plaza que le permita acceder a competiciones europeas la próxima temporada. Sin embargo, para conseguirlo deberá mejorar sus registros a domicilio, pues solo ha conseguido ocho pírricos puntos lejos de Goodison Park, además de haber encajado varias goleadas (5-1 en el Emirates y 4-0 en Wembley, en sus dos últimas salidas).