1. El Leicester llega al final de la pista de despegue
Después de que el Leicester City se alzase campeón de la Premier League, sucedió una cosa: se asumió que lo acontecido en aquella campaña había sido algo excepcional e irrepetible. Es posible que sea así, y que su lugar natural está más próximo a la zona media de la tabla que a los puestos nobles… pero el rendimiento de los Foxes en Premier League durante el último año y medio ha sido inferior al que la plantilla puede ofrecer. La llegada de Claude Puel ha revitalizado al equipo (17 puntos de 24 posibles con el técnico francés), que se ha distanciado del grueso de clubes que campan por la zona media y ya vislumbra cotas algo más elevadas. Este fin de semana, el Leicester recibe la visita del Crystal Palace. Los Eagles han mejorado de la mano de Hodgson y ya no son ese equipo ridículo y pusilánime de principios de temporada, pero todavía no han logrado anotar ni un solo gol fuera de casa. Así, parece un encuentro propicio para que los Foxes sigan acercándose a los puestos de acceso a competiciones europeas. Ya han llegado al final de la pista: ahora les toca despegar.
2. En busca de la pólvora perdida
A riesgo de sonar reiterativo, quería aludir a esa exasperante tendencia tan intrínsecamente humana que nos lleva a intentar simplificarlo todo, también el fútbol. Esto sucede cuando metemos a un equipo/jugador/entrenador en una categoría y desechamos realizar análisis más profundos y enriquecedores. Por ejemplo, se dice habitualmente que el Liverpool es un equipo desequilibrado que ataca muy bien y defiende muy mal. Pues bien, en los últimos ocho partidos de Premier, el equipo dirigido por Jürgen Klopp ha encajado cuatro goles, lo cual supone una ostensible mejoría en este apartado. Los Reds venían inmersos en una buena dinámica, pero sus dos últimos empates en Anfield, ante Everton y West Brom, han sido francamente decepcionantes. El Liverpool vuelve a chocar con sus dificultades para generar ocasiones ante rivales replegados. Tuvo el balón (73% de posesión ante los Toffees, 71% ante los Baggies) y el dominio territorial, pero solo ha sacado dos puntos de estos enfrentamientos. Futbolistas como Mohamed Salah (pese al nivel excelso del egipcio) o Sadio Mané se encuentran incómodos en espacios reducidos, mientras que Firmino no es un rematador puro. Este fin de semana, los Reds visitan Bournemouth y tendrán que hacer frente a sus fantasmas.
3. Una jornada más, una jornada menos
El Manchester City sigue a su bola: una jornada más que se acerca y una jornada menos para que sean campeones de la Premier League. Tras pasar por un pequeño bache de juego (tres victorias in-extremis consecutivas), el triunfo en Old Trafford y la goleada en el Liberty han servido para que los Sky Blues dejasen claro que no quieren sorpresas y que, este año, la liga inglesa es de color celeste. Este fin de semana, los pupilos de Guardiola reciben al Tottenham de Mauricio Pochettino, recuperado ya de una mala racha de resultados que le había hecho perder puestos. De todos modos, el nivel actual de los citizen y su cantidad de recursos ofensivos hace que este encuentro, entre primer y cuarto clasificado, parezca relativamente sencillo para un City absolutamente enchufado. Los Spurs se encontrarán con un escenario al que no están acostumbrados, pero eso no significa que tenga que ser irremediablemente negativo: con Harry Kane, Dele Alli o Heung-Min Son tienen armas peligrosas para poder hacer daño al contrataque.
4. Las peras y el olmo
“No le pidas peras al olmo” es una de mis frases hechas favoritas. Revisando los resultados de las últimas jornadas vi que, desde la llegada de Alan Pardew al West Brom, estos todavía no han marcado ningún gol. Y ahí pensé que quizás ya iba siendo el momento de que los Baggies estrenasen su cuenta goleadora bajo la batuta del carismático entrenador inglés, pero luego vi que su próximo enfrentamiento es ante el Manchester United, el equipo que menos goles encaja del campeonato. Y ahí pensé que exigirle goles a Pardew es ser injusto con él, aunque no tanto como pedirle peras al olmo. No es estrictamente necesario anotar goles para lograr la salvación, desde un punto de vista aritmético, pero evidentemente los Baggies necesitan encontrar el modo de hallar portería si no quieren caer a posiciones de descenso. No es necesario que sean goles bonitos, los aficionados del West Brom no son gente de paladar fino: ellos quieren celebrar un tanto. Da igual que sea en una falta lateral sacada deficientemente tras la cual el balón sea víctima de múltiples rebotes y acabe entrando en la portería rival tras pegar en el culo de Claudio Yacob. Ellos lo celebrarán igual. Pero en el partido de este sábado ante el Manchester United, probablemente firmen otro 0-0 para la colección.
5. La subida de la marea
Los equipos que empezaron relativamente bien y luego no fueron tan bien vivían, hasta hace unas semanas, relativamente tranquilos. Miraban hacia el fondo de la clasificación y veían a rivales languidecentes como el Crystal Palace o el West Ham y llegaban a la conclusión de que no tenían demasiado sobre lo que preocuparse. Pero han llegado dos héroes con gabardina, Hodgson y Moyes, cogieron a Eagles y Hammers, les quitaron la botella de whiskey, los metieron en la ducha contra su voluntad y se han esforzado en darles un aspecto medianamente respetable. Y lo han conseguido. La mejoría de ambos clubes ha provocado que la línea que marca el descenso fuese aumentando semana tras semana, y de repente hay varios equipos que ven como el nivel de la marea está bastante más alto de lo que ellos mismos pensaban. Es el caso del Newcastle, en pleno derrumbamiento, pero también el de Stoke o Bournemouth, que solo tiene dos puntos de ventaja con respecto a los puestos que llevan a Championship. La lucha por la salvación se abre y, ahora mismo, parece más igualada que en cualquier otro momento de la temporada.