Joaquín Pérez

Construido por Shankly, ¿arruinado por los estadounidenses?

Un reciente informe de la UEFA coloca al Liverpool como el club con más ganancias de la historia. ¿Cómo ha sido esto posible?

El 21 de enero la UEFA dio a conocer un reporte dónde se estima que el Liverpool ostentará la mayor ganancia contable de la historia de los clubes de fútbol una vez que el club presente su balance contable. Repito: de la historia de los clubes de fútbol. Este dato pasó como uno más en el ciclo de noticias de la Premier League pero me gustaría explicar por qué considero que es uno de los hitos más importantes acontecidos en el club de Merseyside en este siglo.

Built by Shanks, broke by yanks

Para empezar, propongo un #NineYearChallenge: nos transportamos al veinticinco de septiembre de 2010. El Liverpool de Roy Hodgson recibía al Sunderland en Anfield. Los Reds salían al campo plagados de figuras, entre las que se destacaban Christian Poulsen – quién aún no lo sabía pero iba a ser la figura del partido – Paul Konchesky y Joe Cole. El encuentro comenzaba bien para el local, ya que se ponía al frente con un gol de Dirk Kuyt a los 4 minutos. Sin embargo, no tardaría en empezar el show del bueno de Poulsen, quién luego de cometer un penal en el minuto 25, fallaría un cabezazo vital al borde del área en el minuto 48. Ambas ocasiones fueron aprovechadas por Darren Bent, dejando el marcador con un 2-1 para la visita. El Liverpool acabó logrando el empate con un cabezazo de Gerrard a centro de Torres. Los Reds agonizaban pero salvaban los muebles gracias a los jugadores de calidad que aún quedaban en el club.

El partido terminaba en empate pero los problemas del Liverpool no se agotaban ahí. Tampoco con las protestas que realizaron los fans al finalizar el encuentro, pidiendo la salida inmediata de los dueños del club: los estadounidenses Tom Hicks y George Gillette. Y es que las protestas estaban justificadas, sólo unos días después aparecería el mayor obstáculo que la institución tendría que atravesar en su historia reciente.

Para entender de qué se componía este obstáculo voy a hacer un resumen de la  trayectoria de Hicks y Gillette en el Liverpool: compran el club en 2006 con los antecedentes de ser especialistas en buyout (comprar barato con dinero prestado y vender caro, acumulando una pequeña fortuna en el proceso) bajo la promesa principal de construir un nuevo estadio. Su reinado comienza bien. Bajo la batuta de Rafa Benítez y con la adición de Javier Mascherano se logra llegar a una final de Champions en 2007, luego de la cual se ficharía a Fernando Torres. Al año siguiente Hicks y Gillette recibirían la oferta de sus vidas, el jeque Mansour les propondría la compra del Liverpool por £500 millones, oferta que es rechazada por insuficiente. El 2009 parecía que les daba la razón ya que el Liverpool realizaría la mejor campaña en Premier League desde comienzos de siglo, quedando segundos. Sin embargo, mientras el jeque tomaba las riendas de su segunda opción (el Manchester City), un fantasma comenzaba a recorrer Europa, el fantasma de la crisis financiera global.

Este fantasma había puesto su mira en un Liverpool hundido en deudas producto del modelo de negocios de Hicks y Gillette. Financiado principalmente con préstamos bancarios con la excusa de la construcción del nuevo estadio. La crisis financiera significó un cambio drástico en la política del club y tuvo su impacto en los fichajes – ejemplo ilustrativo: se vende a Xabi Alonso para comprar a Alberto Aquilani –  y a medida que el flujo de dinero en el club se comenzó a secar, también lo hizo la relación de la directiva con Rafa Benítez. Una saga larguísima termina con la dimisión del CEO Rick Parry, dando pie a que ingrese uno de los actores principales de esta historia: el Royal Bank of Scotland (RBS), institución a la que el Liverpool tenía que pagarle 30 millones de libras anuales en concepto de intereses y que impone un nuevo CEO para lograr cobrarlas.

Los problemas de Benítez con la directiva no hacen más que intensificarse y, un año después dimitiría. Su atinadísimo reemplazo sería Roy Hodgson, ícono de los peores años del Liverpool. Así y con la llegada de los Poulsen, Knochesky, Cole y Jovanovic, regresamios al principio de esta historia, a ese ínfame punto de partido ante el Sunderland.

Los Reds se enfrentaban al iceberg y no tenían forma de frenar, debían pagar sus obligaciones antes del 15 de octubre o declarar la quiebra y entrar en administración directa. Cabe destacar que la administración de Hicks y Gillette había sido tan desastrosa que en una encuesta realizada en el momento a los hinchas, el 97.6% había declarado que preferían la administración (que hubiese significado también penalidades deportivas) a que continúen los americanos.

El Royal Bank of Scotland, dueño de la mayor parte de la deuda del Liverpool, ya había impuesto a Martin Broughton como CEO del club con un solo objetivo: encontrar nuevos dueños que puedan hacerse cargo de semejante compromiso. Hicks y Gillette seguían reacios a vender y utilizaron todos los medios legales en su poder para evitar que RBS y Martin Broughton logren su cometido, llegando a remover dos directivos a favor de la venta y amenazando el puesto del mismo Broughton.   

Finalmente, la salvación llegaría sobre la hora, el viernes 15 de octubre de 2010 de la mano de New England Sports Ventures (NESV), después llamado Fenway Sports Group (FSG), y su cabecilla John W. Henry, dueños de los Boston Red Sox. La compra del club le costó al grupo inversor unas £300 millones, £200 millones de las cuales fueron a parar directamente al Royal Bank of Scotland.


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Henry en su primer día en su «nueva» oficina. (John Powell/Liverpool FC via Getty Images)


What do you think they’re smoking over there at Anfield

John W Henry tenía una tarea titánica por delante. Debía, sin tener experiencia en el manejo de clubes de fútbol, encauzar financiera y deportivamente a un club perdido en la intrascendencia. Y lo cierto es que esa inexperiencia le costó cara los primeros años. 

En el plano futbolístico, hay que destacar que Roy Hodgson sólo duraría tres meses en la dirección del equipo y se le daría lugar a la historia del club con la llegada de Kenny Dalglish. También hay que destacar la venta de Fernando Torres y la llegada de Luis Suárez y Andy Carroll. Estas transferencias marcarían la tendencia de las siguientes dónde un hit and miss constante traerían jugadores en una gama de calidad tan variada como Stewart Downing, Jordan Henderson, Charlie Adam, o ya con Brendan Rodgers Joe Allen, Oussama Assaidi o Philippe Coutinho.

Pero no es en lo futbolístico dónde me quiero detener, sino en lo financiero. FSG vio rápidamente que lo que había que hacer era aumentar los ingresos de un club que daba pérdidas todos los años. En ese aspecto también tuvieron ideas que fueron de hit and miss, por un lado la expansión de las redes comerciales y los patrocinios (sobre todo con compañías estadounidenses y asiáticas), por el otro ideas de marketing como el documental Being: Liverpool que, por lo que sea, no fue un éxito en la afición Red.


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Fuente: Joaquín Pérez con datos de The Guardian y Companies House


Lento pero seguro fueron aumentando los ingresos comerciales. La otra área que había que atacar era la de los ingresos por entradas los días de partido. FSG se encontró con un estadio completamente desactualizado con respecto a sus competidores. Anfield en el momento en que desembarcaron los americanos tenía capacidad para cerca de 45.000 personas, mientras que en el Emirates entraban 60.000 y en Old Trafford 75.000.

Henry coqueteó con la construcción de un nuevo estadio pero hubo dos obstáculos principales por los que decidieron que expandir Anfield era la opción más viable. Primero por la relación sentimental con el estadio, segundo y más importante, porque el modelo de FSG es un modelo de auto sustentabilidad económica y la construcción de un nuevo estadio hubiese implicado un nuevo ciclo de endeudamiento y malos resultados financieros.

La expansión de Anfield se realizará en etapas, pero ya lograron aumentar la capacidad a 54.000 con la nueva Main Stand y esto se refleja en las cifras. Aparte de aumentar la capacidad, se construyó una nueva mega tienda y se planea expandir la tribuna de Anfield Road. Los ingresos de TV y broadcasting fueron lo que más aumentaron pero el mérito no es de Henry, sino de la Premier League.

Si quiero que quede algo de esta nota es la idea de auto sustentabilidad. El modelo de negocios de FSG se basa en que el club se genera sus propios ingresos y con esto invierte para lograr éxitos deportivos. Teniendo en cuenta la historia que presenté más arriba queda claro por qué para un aficionado del Liverpool esto tiene una importancia vital.

Para esto también se cambió la política de fichajes, prefiriendo jugadores jóvenes que puedan desarrollar su valor. Si bien en un principio el club optaba por venderlos una vez que llegaban a un valor máximo (casos Suárez y Coutinho), ahora que se logró una situación financiera estable se está tomando un camino de renovación para asegurarse que en un futuro las figuras del equipo continúen ligadas al club.

 Y ahora sí: llegamos a la ganancia récord en la historia de los clubes de fútbol.


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Fuente: Joaquín Pérez con datos de The Guardian y Companies House


¿Qué son esas líneas? Bueno, lo que nos marca en la línea azul es con qué se queda el Liverpool al fin de cada año contable. El área naranja es un promedio de los resultados de los 20 equipos de Premier League de cada temporada. ¿Y qué podemos ver? Que el Liverpool empieza en una posición horrorosa, terminando cada año con una pérdida de más de 40 millones de libras y que logran luego de la temporada 2012/13 revertir esta tendencia y tener ganancia, gracias en parte a la gestión de NESV, y en parte a las condiciones que afectan a toda la liga.

La temporada 2017/18 es la que tendría el récord. La UEFA en su reporte predijo un mínimo de 100 millones de libras de ganancia para esa temporada. Esta superaría las ganancias récords anteriores: 92 millones de libras del Leicester en la temporada 2016/17 y 80 millones de libras del Tottenham en la 2013/14. 

Las tres cifras son consecuencia de condiciones extraordinarias. En el caso del Tottenham, la venta de Gareth Bale, en el Leicester la hazaña de la Premier League. El nuevo récord del Liverpool sucede después de la conjunción de dos situaciones extraordinarias: la venta de Philippe Coutinho y el subcampeonato en Champions League.

Aquí se encuentra el pero de esta cuestión: el Liverpool debe aprovechar estos sucesos extraordinarios para seguir construyendo su futuro. Es claro que las temporadas de mucha bonanza económica en un club de fútbol dependen de la venta de un jugador (en el cuadro reconocemos fácilmente cuándo entró el dinero de Luis Suarez, por ejemplo) pero el Liverpool tiene que demostrar – y lo está logrando – que esa entrada de dinero se reinvertirá en el club para lograr aún mejores resultados financieros y, sobretodo, deportivos, para lograr depender solamente de sí mismo.

Comparando con los otros equipos del top 6 podemos ver como el Liverpool entra en lo que llamaremos el grupo de los sustentables: Arsenal, Tottenham y en menor medida el Manchester United. Faltan aún los datos para la temporada 2017/18 pero según UEFA van a marcar que los Reds, aparte de ser líderes en la Premier, son los líderes en ganancias por sobre sus competido. Y todo gracias a la buena gestión tras un periodo absolutamente crítico. 

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