«Los goleadores son una especie en peligro de extinción» es un mantra que suele repetirse durante la época estival, en especial en boca de directores deportivos perezosos, faltos de curiosidad por ligas exóticas o con reticencia a viajar en avión. En su época, Yakubu Aiyegbeni era sin duda uno de los más determinantes.
Vistiendo las camisetas de Portsmouth, Middlesbrough, Everton, Leicester City (qué vueltas da la vida) y Blackburn Rovers tuvo momentos de verdadera brillantez. Un delantero fuerte, potente como pocos y que llegó a cautivar a propios aficionados y prensa especializada por igual. Si bien no fue capaz de replicar el superlativo rendimiento que exhibió en Portsmouth o Middlesbrough en el Everton (a excepción de su primer año en los Toffees, en que marcó 15 goles en la Premier League), es un jugador del que casi todo el mundo guarda un buen recuerdo en el ámbito del fútbol inglés. Tercer máximo goleador africano de la historia de la Premier League (96 goles), sólo por detrás de Didier Drogba (104) y Emmanuel Adebayor (97), «The Yak» es una figura de culto. Probablemente jamás aparecerá en una lista de los mejores delanteros de la historia de la Premier League pero no deja de ser un futbolista que ha dejado huella. Incluso por sus errores, como el que protagonizó ante Corea del Sur en la Copa del Mundo de 2010.
Cuando jugadores cuya carrera ha discurrido durante muchos años en la élite deciden dar el doloroso paso de bajar su caché y jugar unas cuantas divisiones por debajo de lo que estaban acostumbrados, siempre generan alguna sonrisa. El hecho de tenerlos medio olvidados y verles reaparecer de la nada jugando en un club semiprofesional es algo que suele gustar, que «mola». Yakubu dejó la Premier League en 2012 para probar suerte en el fútbol chino. Si bien no fue un pionero en el sentido estricto de la palabra, sí que se marchó al gigante asiático cuando no era algo habitual como sucede en estos tiempos en que los clubes de la Superliga china están dispuestos a pagar cantidades desorbitadas por atraer a estrellas cuyo resplandor está apagándose. Yakubu emprendió rumbo a un retiro dorado. Y volvió. Como hizo fichando por el Reading hace año y medio. Y se volvió a ir tras fichar por el Kayserispor de Turquía. Y ha regresado otra vez para aterrizar en el destino más improbable.
El icónico patinador Tony Hawk ha creado una cierta de fama por ser capaz de aparecer como si nada, sin previo aviso, en un parque de patinaje cualquiera y comenzar a deslizarse como cualquier aficionado ante el estupor de los niños allí presentes que, sin ser conscientes siquiera, estarán viviendo probablemente uno de los momentos más mágicos de su infancia.
Ese es Yakubu. El Tony Hawk del fútbol. Has jugado con seis equipos profesionales en Inglaterra. Con cuatro de ellos en la Premier League. Te has ido a la Superliga china con el Guangzhou R&F por un pastizal. Y brillaste. Pasaste calor en Oriente Medio de la mano del Al-Rayyan. Y de repente regresas para fichar por el Reading. Firmas más tarde por el Kayserispor. Por otro pastizal. Y un día te presentas, botas bajo el brazo, a hacer una prueba con el Boreham Wood de quinta división. Para jugar casualmente un amistoso contra el Reading.
Borehamwood es una diminuta ciudad del sur de Hertfordshire de poco más de 30.000 habitantes. Su proximidad a Londres la han convertido en un suburbio más de la capital inglesa. La localidad ha sido tradicionalmente conocida por sus estudios de cine y televisión. Su presencia desde los años 20 provocó que la ciudad fuera conocida en una época como «el Hollywood británico». Muchas películas famosas como «Dr. Zhivago», «2001: Una odisea del espacio», «El resplandor», la trilogía original de «La guerra de las galaxias» o «En busca del arca perdida» se rodaron parcialmente en los Associated British Studios. Convertidos hoy son un supermercado como palmario ejemplo de la imparable decadencia de la ciudad.
El Boreham Wood (así, separado, a diferencia del nombre de su ciudad) juega en Meadow Park, un estadio para algo más de 4.000 espectadores con 1.400 asientos. ¿El mejor resultado de su historia? La 19ª posición en quinta división de la temporada pasada. Aquí es donde aterrizó Yakubu.
Son cosas que suelen sacar una sonrisa. Ni mucho menos su nivel y su caché son lo que eran pero jugar en el fútbol amateur inglés sería chocante, incluso más para la liga que para él mismo. El entrenador del Boreham, Luke Garrard, se apresuró a hablar sobre la calidad de Yakubu, de lo sobrado que va en este equipo y de que todavía tendría algo que decir en primera división. También reconoció que es prácticamente imposible que el astro nigeriano se quede en el equipo de manera permanente. Sin embargo, quedará el recuerdo de aquel día en el que Yakubu jugó en el Boreham. Para los que lo leyeron y, sobre todo, para los que lo presenciaron. Son cosas que gustan.
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