Cada año los futboleros más jóvenes (y no tan jóvenes) esperan con ansia el final de septiembre, la fecha en la que sale a la venta el FIFA de cada temporada. Un juego donde te conviertes en entrenador, manager, director deportivo o todo a la vez. Normalmente optas por fichajes caros y casi siempre son medios o delanteros, quedándote muchas veces sin dinero para incorporar defensores. Y terminas jugando con un 4-2-4 con dos media puntas de pivotes y cuatro delanteros tremendamente ofensivos, rompiendo los partidos por completo y esperando a que “el que más corre gana” te favorezca.
Pues algo similar parece haber hecho la dirección deportiva del recién ascendido Fulham. Los londinenses tienen el dinero necesario para hacer un equipo digno de Premier League gracias a la inversión millonaria de su dueño pakistaní Shahid Khan, pero, por lo que sea, su dirección deportiva se ha centrado en despilfarrarlos al tun tun, en vez de formar un equipo equilibrado y completo con el que poder competir con garantías.
Una plantilla que desconcierta
Pese al enorme desembolso económico que realizaron los Cottagers en verano, sus fichajes dejan bastante que desear, aunque no tanto como su defensa. Shahid Khan se ha dejado alrededor de 110 millones de euros (según Transfermarkt) este verano en traspasos sumando nombres como Aleksandar Mitrovic, Alfie Mawson, André Zambo Anguissa, Jean Michael SeriSeri o Fabricio. Pero vamos paso a paso.
En la portería de cualquier equipo del mundo, con tres porteros de los que dos son fichados y uno es un veterano de guerra, se diría que la portería está perfectamente cubierta. Pues nada más lejos de la realidad. Ni Fabricio, ni Sergio Rico ni Marcus Bettinelli han aportado la seguridad necesaria para un equipo de parte baja de tabla que recibe tantos disparos y centros. Curiosamente el que menos ha jugado ha sido Fabricio, que a priori es el más experimentado y el que viene de jugar octavos de Champions League con el Besiktas. Tras múltiples rotaciones, Sergio Rico parece haberse hecho con el puesto, aunque con lo que no se hace es con el balón.
La lastimosa defensa la dejamos para el final, por lo que vamos con la medular. Es probablemente la zona mejor poblada del equipo, y también la más cara. Hay mucha calidad en el centro del campo de este equipo. Seri, Tom Cairney y Ryan Sessegnon son los más talentosos. Se les unen el portento físico Zambo Anguissa y la veteranía de Kevin McDonald y Stefan Johansen. También figuran como futbolistas del primer equipo Neeskens Kebano, Luca De la Torre e Ibrahima Cisse, pero no sabría deciros si es verdad. Sin embargo, cuando ves que Callum Chambers juega de pivote, sabes que algo falla. No están encajando muchos de los jugadores y tan solo Seri tiene asegurado un puesto en el equipo, quedando muchas veces en el banquillo tanto Cairney como Sessegnon. Aunque, teniendo en cuenta que el entrenador es Ranieri, no es tanta sorpresa.
La delantera es tan explosiva como peligrosa. Básicamente porque es probable que sumen más antecedentes que goles. Mitrovic, Aboubakar Kamara (candidato oficial de La Media Inglesa a peor jugador de la liga), André Schurrle (en su enésima juventud ficticia), Floyd Ayité, un Luciano Vietto que está buscándose a sí mismo y el «pelirrojo» Babel (sí, el mismo que jugaba en el Liverpool en el siglo XIX) forman el ataque del histórico club londinense. 17 goles llevan entre todos, y ocho ha metido el serbio. No está mal, ¿no?

Por último vamos a analizar “la defensa”. Antes de nada, para contextualizar, hay que decir que han encajado 51 goles en lo que va de Premier, más que ningún equipo. Ah, y que se encuentran penúltimos a siete puntos de la permanencia, habiendo sumado 14 míseros puntos. Es muy duro es tener que hacer la alineación de un partido importante y que tengas que elegir entre Denis Odoi, Tim Ream, Chambers, Maxime Le Marchand y un Mawson permanentemente lesionado para tu defensa central. Los laterales no mejoran. Teniendo en cuenta que Sessegnon ya es extremo proclamado, tenemos al aún jugador del United Tim Fosu-Mensah, Cyrus Christie y Joe Bryan para ambos carriles. Los experimentos realizados en defensa, como podéis imaginar, han sido muchos y variados, cambiando de posición a un central para ponerlo de lateral y viceversa. Pero, como se diría en la jerga del FIFA, “no tienen química y te hacen jugar con hándicap”. Lo dicho, 51 goles.
Dos entrenadores opuestos, pero resultado parecido
El Fulham, por si fuera poco, ha gastado ya una de sus bazas más importantes de la temporada. El efecto del cambio de entrenador. Los Cottagers contrataron a Claudio Ranieri en medio de la temporada para que obrase el milagro como en Leicester, pero el arma de la reacción ya la han gastado, y por desgracia, era de fogueo. Después de sumar 5 puntos con Slavisa Jokanovic, Ranieri ha conseguido dos victorias y tres empates en sus 12 partidos de Premier desde que llegó al cargo en noviembre. Números preocupantemente bajos.
Y es que el Fulham ha querido cambiar de rumbo de un solo golpe y en medio de una temporada complicada, y eso muchas veces es suicida. De jugar al toque desde atrás, arriesgando pero queriendo llegar jugando al ataque con Jokanovic, ha pasado al férreo esquema de Ranieri que busca el golpeo largo y las segundas jugadas. Sin embargo, los problemas son los mismo con ambos entrenadores: los goles encajados y la falta de profundidad en ataque, y esto te acerca al abismo. Al final, el cambio de rumbo tan solo ha traido a una cara más carismática al banquillo de Craven Cottage, pero futbolísticamente hablando, y en cuanto a resultados se refiere, Ranieri ha logrado cambiar poco

¿Qué pueden hacer ahora?
Solo queda seguir trabajando para mejorar y formar un equipo competitivo y confiar en un milagro clasificatorio para que el Fulham se salve del descenso. Pero si quieren tener alguna opción de salvación, los primeros que deben trabajar son los muchachos de la dirección deportiva y hacer una labor de scouting adecuada para traer calidad a la línea defensiva, a la vez que aligerar la plantilla de jugadores no válidos con la intención de tener espacio para traer nuevos jugadores.
Shahid Khan tendrá que rascarse el bolsillo de nuevo en lo que queda de enero, aunque eso no parezca un problema para el pakistaní dueño de los Jacksonville Jaguars de NFL, ya que hace poco quiso comprar Wembley. Ranieri necesita músculo atrás para moldear una defensa acorde a una Premier League extremadamente competitiva. Toca poner el modo manager del FIFA en dificultad extrema y meter horas. La cuenta atrás ha comenzado.