Patricia González

Cualquier tiempo pasado fue mejor en Portman Road

Este lunes se celebra en Ipswich el Sir Bobby Robson Day, coincidiendo con el partido de liga ante el Newcastle en Easter Monday. Un recuerdo a épocas doradas del pasado, recuerdos que cada vez quedan más lejos en la memoria de una afición que comienza a estar harta de la mediocridad.

Desde que el Ipswich Town FC pasó a ser profesional en 1936 (se fundó en 1878 bajo el nombre de Ipswich Association FC) los aficionados del club de Suffolk presenció el ascenso del primer club profesional de fútbol de la zona, que vio en la llegada de Sir Alfred Ramsey el principal cimiento del crecimiento del club. El técnico llevó al Ipswich Town a conquistar la liga de segunda y primera División de forma consecutiva, tras estar en todas las quinielas para descender al principio de la temporada, al ser debutantes en la categoría. Posteriormente, dejó el club para convertirse en seleccionador inglés, logrando el único título mundial de los ‘three lions’ hasta la fecha, en 1966.

Un camino similar siguió Sir Bobby Robson, que llegó al club en 1969 para devolver la ilusión perdida tras la marcha de Ramsey. En 1973 venció la Texaco Cup, un antiguo torneo que disputaban equipos escoceses, irlandeses e ingleses, pero en el año que celebraban el centenario de la fundación del club lograron alzarse con la FA Cup tras vencer al Arsenal por 1-0 en Wembley. Cinco años después volverían a celebrar un título, el primer y único entorchado europeo que engalana las vitrinas de Portman Road, tras ganar una final de la Copa de la UEFA a doble partido ante el AZ Alkmaar por un global de 5-4. Tras una época dorada con los Tractors, Sir Bobby Robson decidió aceptar la propuesta de la FA para ser seleccionador inglés.

La presión de encontrar un sustituto para Robson y la marcha de jugadores importantes en el club llevaron al Ipswich Town a una época inestable dentro y fuera del campo, incluso con protestas de los aficionados. Esta inestabilidad se trasladó al nuevo milenio, teniendo que entrar temporalmente en concurso de acreedores al no poder hacer frente a los problemas financieros tras el descenso a la hoy llamada Championship.

La llegada de Marcus Evans como máximo accionista en 2007 supuso un hilo de esperanza en la parroquia de Portman Road, que veía como su equipo era incapaz de remontar el vuelo tras el descenso en 2002, disputando dos play-off de ascenso en 2004 y 2005 para luego deambular en media tabla, incluso coqueteando con el descenso a League One.

Tras perder en las semifinales del play-off de ascenso ante el Norwich en la temporada 2014-15, vieron cómo una de sus joyas, el lateral izquierdo Tyrone Mings, hacía las maletas para recalar en el recién ascendido Bournemouth de Eddie Howe. Marcus Evans prometió que invertiría la cantidad del fichaje (cerca de nueve millones de libras) en reforzar la plantilla, pero pasó la ventana de fichajes de verano e invierno con gasto cero en jugadores, llegando a coste cero o con cesiones, incluso a corto plazo. Con la venta de Daryl Murphy, el máximo goleador en las últimas campañas, la afición vio cómo uno de los principales pilares del club se escapaba dejando tres millones de libras en las arcas, que de nuevo prometieron reinvertir en la plantilla. Pero otra vez la inversión no llegó y tras encadenar la segunda temporada sin aspiraciones de play-off, la afición del Ipswich comienza a perder la paciencia.

Muchos acusan a Marcus Evans de no invertir en el club lo suficiente para dar el salto de calidad necesario para aspirar a jugar en Premier League, otros consideran que es el entrenador Mick McCarthy el culpable de no invertir, incluso de utilizar métodos anticuados y no haberse adaptado al llamado fútbol moderno. Culpas repartidas y una afición que cada vez acude menos a Portman Road, deseando que acabe pronto una temporada en la que cayeron demasiado pronto en tierra de nadie.

La gota que ha colmado el paso ha sido la publicación de los precios de los abonos para la próxima temporada, con cambios en ciertas categorías como la senior (que sube de 60 a 65 años), elevadas subidas de precios en categorías infantiles y una media de un 5% de crecimiento en los precios respecto a la pasada temporada.

Sin una previsión de cambios en el horizonte, el Ipswich se encuentra estancado desde hace más de una década, con cada vez menos apoyo de la afición y sin un proyecto que ayude a ver la luz al final del túnel. Los tiempos de Ramsey y Robson cada día parecen más lejos de volver.

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