Héctor Farres

Cuando pierde el City

El Liverpool mira por el retrovisor al Manchester City, que ya está a cinco puntos. El Norwich City ha hecho saltar la clasificación por los aires con una victoria contra los de Guardiola con la que nadie contaba. Aunque no lo parezca, los Citizens también son vulnerables.

Sorprende ver cómo el Manchester City cae derrotado en la Premier League cada cierto tiempo. Los Citizens dominan todos y cada uno de los aspectos del juego y, aun así, de tanto en tanto hincan la rodilla, para más estupor colectivo, contra equipos inferiores. Crystal Palace, Leicester City, Newcastle United y Norwich City han sido los únicos equipos ingleses que recientemente han conseguido subirse a la mesa de Pep Guardiola, quitarle la servilleta y hacerle con ella una figura obscena.

El Norwich ha sido el último en conseguir doblegar al campeón de todo lo posible en Inglaterra. Cualquier equipo, excluyendo a los grandes de Europa, plantea sus partidos contra el City centrándose en que hay muy altas probabilidades de perder. De esta base se desprenden dos certezas: el Manchester City siempre va a ganar y, además, lo va a hacer goleando. A partir de aquí, la preparación del partido pasa por decidir cómo se va a recibir el inagotable arsenal ofensivo diseñado por Pep Guardiola. La opción más recurrente es parapetarse atrás, acumular jugadores en el área y achicar agua durante todo el partido. El City es mortífero en este escenario. Le puede costar más o menos, pero siempre acaba encontrando un hueco para meter el primero, y entonces ya no quien lo pare.

Para sorpresa de todo el mundo, el Norwich no salió con miedo ante los Citizens. Daniel Farke, entrenador de los Canaries, ya había avisado que la falta de efectivos en defensa impedía realizar un planteamiento descaradamente conservador. El técnico alemán, incapaz de defender en bloque bajo esperando de forma furtiva, preparó el partido contra el City como si fuera uno más; esto es, dando el protagonismo al balón.

Obviamente, la calidad y la forma de jugar del Manchester City fueron acaparando terreno y los Canaries acabaron pidiendo la hora. Pero lo hicieron cuando ya iban dos goles por debajo, algo inaudito y más contra un recién ascendido como el Norwich. Los locales cuajaron un gran encuentro a nivel colectivo mientras que Nicolás Otamendi y John Stones, específicamente, se quedaron lejos de dar el nivel exigible para los centrales del City.


Ante el City, la opción más recurrente es parapetarse atrás. Sin embargo, el Norwich, último equipo que ha doblegado al vigente campeón, venció a los Sky Blues con una propuesta ofensiva de Daniel Farke.


El Manchester City de Guardiola ha demostrado a lo largo de estos años ser inmune a casi todo. Su estilo de juego, acaparador con el balón y mortífero arriba, también ha propiciado que sus rivales tengan el balón durante cortos espacios de tiempo. Y sin en el balón es poco probable batir a un guardameta de la talla de Ederson. Uno de los pocos puntos flacos de los Citizens es el balón parado y el Norwich supo encontrar petróleo por aire. Kenny McLean apareció desde segunda línea y entró en el área como un puñal sin que nadie le impidiera el remate.

El City siguió manoseando el esférico y tanta opulencia trajo la pérdida en un lugar fatídico. En tres pases el Norwich aumentó su renta. Tanto Otamendi como Stones estaban muy adelantados en el momento en que Marco Stiepermann vio el fútbol de cara. Teemu Pukki ganó la espalda, galopó hasta el interior del área arrastrando hasta tres centrales; incluido a Otamendi, que era el encargado de tapar el espacio con un Todd Cantwell que solamente tuvo que empujar la pelota.

Un córner mal defendido y un contragolpe bastaron para poner al City contra las cuerdas. Y cuando Sergio Agüero recortó distancias fue Pukki quien volvió a ampliarlas. Otamendi se durmió en la salida de balón ante la intensa presión Canarie y el finlandés de moda marcó el gol que dejaría los tres puntos en un Carrow Road totalmente enloquecido.


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El Newcastle también tumbó al City la temporada pasada con un planteamiento radicalmente opuesto al del Norwich. / Getty Images


El Newcastle, en cambio, sí apostó en enero de 2019 por aguantar, absorber el impacto del incontrolable ataque del City y generar algún buen contragolpe. Disciplina táctica en fase defensiva y velocidad y precisión en las tres o cuatro ocasiones que se den. Una de las pocas diferencias entre el conjunto de Rafa Benítez y el de Farke se encuentra en la presión. Mientras los Canaries sí trataron de achuchar a los Citizens — el segundo y el tercer gol ocurren tras recuperar la posesión —; los Magpies se limitaron a formar dos líneas de cinco centrales y cuatro centrocampistas armados de paciencia para aguantar 80 minutos con un gol en contra.

El objetivo era taponar el despliegue de los de Guardiola forzándolos a realizar pases estériles y poco profundos. Aquella forma de ceder terreno indicaba goleada gorda del City, pues el agua siempre encuentra alguna manera de entrar; sin embargo, los pupilos de Benítez dieron la vuelta al marcador. Salomón Rondón se impuso a una mala defensa de área Skyblue para marcar el primero mientras que Matt Ritchie transformó un penalti en el tramo final de encuentro. La pena máxima llegó tras una presión intensa de los locales, que supieron identificar — tal y como hizo el Norwich — una salida de balón deficiente desde dentro del área.

Cuesta encontrarle debilidades al Manchester City de Guardiola, como en su día costó encontrárselas al FC Barcelona y al Bayern de Múnich; y es ahí donde se ve lo trabajado que está un equipo. El Norwich de Farke o el Newcastle de Benítez supieron reconocer y crear contextos favorables para que el City cometiera varios errores que castigar. Además, consiguieron que los Citizens los hicieran en zonas específicas del campo: las inmediaciones del área y en el centro del campo con la defensa del City demasiado alta.

Al Manchester City no le afectó demasiado perder contra los Magpies, pues acabaron ganando la Premier League, aunque si hubieran derrotado al Newcastle se habrían hecho con la liga sin tanto sufrimiento. No obstante, esta derrota contra los Canaries les deja a cinco puntos de un Liverpool que no aminora la marcha. Es lo que pasa cuando el City pierde cada cierto tiempo en la Premier League.

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Héctor Farres