Pep Guardiola es el hombre milagro para muchos futbolistas y equipos. Creo que es la frase más justa para empezar un artículo que explica la resurrección de Danilo. Sí, Danilo, el que pasó por el Real Madrid. Ese lateral que era un chiste andante incluso cuando no jugaba con el club blanco. Pero lo importante, y lo que mucha gente omite inconscientemente o con mala fe, es que el lateral brasileño era una auténtica máquina en el Porto. Y lógicamente debido a ello se fijó el Real Madrid en él. Quiere volver a ser ese jugador determinante, que es a lo que voy en este texto. Tampoco me olvido de que Ilie y Nacho metieron al jugador del City en el peor once del Big Six.
De lateral profundo a jugón con pausa
Los que vimos a aquel deslumbrante Danilo en Portugal alucinábamos con sus internadas por banda hasta línea de fondo, su facilidad de regate determinante y su capacidad goleadora y física. Es lo que buscaba el Real Madrid al incorporarle. Pero en el Santiago Bernabeu destacó y se hizo más grande, por desgracia, su fragilidad defensiva y su incapacidad para soportar la presión que supone un error flagrante (que se convirtió en otro, y después en otro, y así durante toda la temporada). Se convirtió en el hazmerreír de la plantilla blanca. Hay que ser sinceros: eso es lo que Danilo era para el madridismo y para prácticamente toda la liga que le veía jugar. Sus highlights contenían desde goles lamentables en propia portería, hasta errores bochornosos en el pase, pasando por caídas sonrojantes. Pero ese no era el verdadero Danilo, y pese a las mínimas expectativas que había en él, se ha convertido en jugador de rol importante en el Manchester City.
Su rol como suplentísimo en el lateral derecho no pareció convencer a Guardiola, que ha visto aptitudes en él que nadie imaginaba. Y las ha moldeado y potenciado para convertirlo en un cupcake. Esa magdalena rara que puede ser de 350 millones de sabores. Pero aplicado a las posiciones en las que puede jugar. Ha perdido casi por completo su faceta llegadora para convertirla en clase y saber estar, o al menos está en camino. Ha mejorado mucho en el pase, en el posicionamiento y en la visión necesaria para actuar en un equipo de Guardiola. Se le ha visto desenvolviéndose bien como lateral a pierna cambiada. En un equipo en el que el único lateral izquierdo ha dejado el fútbol por el Instagram (va por ti, Benjamin Mendy), y los otros tres que ocupan ese puesto son de todo menos laterales, es valioso que el brasileño se adapte bien al costado izquierdo. El ex del Real Madrid también ha jugado de central esta temporada. E incluso sin tener a un central puro a su lado, como ocurrió en aquella zaga de laboratorio que armó el técnico catalán contra el Schalke.
Sin embargo, su posición más curiosa ha sido la de centrocampista. Pese a que se dice que actuó de pivote, yo le he visto más como interior las veces que ha pasado a la medular. Sorprendentemente no desentonó. No es David Silva ni Kevin De Bruyne, pero movió el esférico con criterio, supo acertar en el posicionamiento con y sin balón y demostró una elegancia que no tenía en el pasado. Es otro jugador, está claro, y empieza a dejar de escuchar burlas hacia su persona, porque su pasado caótico como madridista se va olvidando con actuaciones más que decentes.

Rendimiento ascendente
Llegó a un equipo donde en su puesto iba a jugar uno de los defensas más caros de la historia, Kyle Walker. Y no sé si fue eso o la depresión futbolística que arrastraba, pero los inicios como jugador Skyblue no fueron alentadores. Apenas jugaba y cuando lo hacía se notaba, pero negativamente. Aun así, las sensaciones eran mejores que en Madrid. Pero con el tiempo llegaron las rotaciones, las lesiones, y la confianza del míster.
Cierto es que donde menos ha evolucionado quizás ha sido precisamente en el lateral derecho, pero no hay que tomar esto como algo negativo. Se debe a que ha sido el multiusos, el salvavidas de Guardiola para tapar las carencias en la confección de plantilla del equipo de Manchester. Se puede esperar que jugando en muchas posiciones y de manera no habitual, su rendimiento puede caer o ser intermitente, pero no. Sus minutos, contra todo pronóstico, han sido de mayor calidad.
Ahora actúa como un hombre importante para Guardiola, siendo la solución en partidos importantes cuando hay lesiones, como fue el caso de la final de la Carabao Cup, donde jugó de centrocampista tras la lesión de Fernandinho. Se le ve otra cara al jugar, da otro rendimiento sin duda. Estoy seguro de que ya Ilie y Nacho no volverán a meterlo en el peor once del Big Six la próxima vez. Al contrario, puede que entre en el de los infravalorados de la liga. Y sí, esto es un spam clarísimo del canal de Youtube al que debéis estar suscritos.