En su libro «La ciudad global», la socióloga neerlandesa Saskian Sassen definía estas ciudades como aquellas en las que vive un número elevado de población de manera estable, además de otro número constante de población en tránsito que pasan por los aeropuertos, las estaciones de trenes y las terminales de autobuses que conectan esa ciudad con el mundo. Además, apunta a que son ciudades mundialmente conocidas, cuya influencia económica y cultural es realmente global.
Y tal vez la primera ciudad global que tuvo (y tiene) este planeta es Londres. Asimismo, hay dos elementos que están comprendidos dentro del plano netamente cultural de la idiosincrasia inglesa y, sobre todo, londinense. En primer lugar, los pubs, puntos de encuentro para las personas que quieren beber algo y tener una charla –no siempre– amena y, en segundo lugar, el fútbol. Los pubs son lugar de reunión para ver y analizar este deporte, que brinda muchísimas horas de conversación más allá de los noventa minutos de juego. Por eso, en esta sección semanal intentaremos meternos en la intimidad de un pub londinense, en el cual por supuesto se habla de los equipos de la ciudad.
Londres acoge (contando su área metropolitana, “Greater London”) dieciocho clubes si tomamos en cuenta solo los primeros seis niveles del fútbol inglés. Desde Arsenal, Chelsea o Tottenham Hotspur como los clubes más poderosos, hasta el Sutton United de National League (quinta división), conocido gracias a su reciente participación en FA Cup y a su glotón exportero suplente.
Esta semana, en nuestro pub, se han escuchado risas y halagos. Las primeras apuntan al Leyton Orient, que se ha convertido en el hazmerreír balompédico de la ciudad. Los segundos van para el Dag & Red, un equipo modesto de National League que apunta a volver a League Two en la presente temporada.
Leyton Orient, cada día más cerca del descenso
El conjunto ahora conducido por Danny Webb se ubica penúltimo en League Two, a cinco puntos de la salvación y solo por encima del colista Newport, cuando solo quedan nueve jornadas por disputar. Cuando el italiano Francesco Becchetti compró el club en 2014, el Orient acababa de perder la final del play-off de ascenso a Championship. Hoy están a un paso de la quinta división.
¿Pero dónde comienza esta marcha tan mala del equipo en liga? Los constantes cambios en los entrenadores del equipo es la primera causa. Si hay algo que “Soccernomics” nos ha enseñado es que los cambios constantes en el timón del barco no suelen ser buenos. Los jugadores deben adaptarse al nuevo manejo del entrenador entrante, los que eran titulares asegurados pueden sufrir un cambio en su situación en la plantilla, etc. En menos de tres años al frente del club, Becchetti ha tenido ocho entrenadores.
Andy Hessenthaler, que llegó faltando un mes para finalizar la temporada anterior, en donde el club finalizó a solo seis unidades del play-off de ascenso, fue despedido a poco de comenzar la temporada actual. Luego, el dueño del club, el italiano Francesco Becchetti, repitió un error que ya había cometido la temporada anterior: traer un compatriota. El curso anterior fue Fabio Liverani, en este fue Alberto Cavasin.
El italiano llegaba con un extenso currículo: más de diez clubes en Italia, incluida la Sampdoria en 2011 (su último trabajo antes de llegar a Leyton Orient). En aquella temporada, la “Samp” se fue a Serie B y él tuvo un altercado con los tifosis. Jamás alcanzó el éxito en su país y su periplo en Inglaterra acabó como se esperaba: aguantó menos de dos meses al cargo antes de ser despedido.
Luego fue turno de Andy Edwards, que tres meses después dejó el cargo tras recibir una oferta de la federación inglesa para trabajar con los equipos de desarrollo a lo largo de todo el país. Esto nos lleva al entrenador actual: Danny Webb. El joven exjugador lleva siete partidos al cargo del club y solo ha conseguido una victoria, por lo que no ha podido cambiarle la cara a un equipo que deambula por la zona baja de League Two. Además, teniendo en cuenta que los últimos dos entrenadores duraron en promedio 60 días al cargo, el tiempo apremia para Webb, que ya superó el mes de trabajo.
¿Y qué hay del plano individual? La figura del equipo es el delantero Paul McCallum, un exjugador del West Ham United que ha deambulado por seis clubes de las divisiones inferiores de Inglaterra, donde sumó la friolera de diez goles en el total de ese pasaje por esos clubes. Ésta temporada lleva ocho goles en 26 juegos, teniendo un promedio cercano a 0,30 goles por partido. Todo un éxito para su carrera. Su compañero en la delantera es Gavin Massey, otro jugador que no tuvo suerte en su club de inicio (Watford) y que pudo asentarse recién en Colchester United, donde disputó más de cien juegos. Su promedio de gol por partido es menor aún que el de McCallum (0,23). Cabe destacar que, en la última jornada, en la victoria por cuatro goles al Newport (colista de la liga) se destapó con un hat-trick Josh Koroma, un delantero que no había anotado goles en liga hasta el pasado sábado. Pero, ¿es justo que la afición y el equipo ponga sus expectativas de salvación en un joven de 18 años que hace sus primeras armas en el fútbol profesional? Parece más un manotazo de ahogado que una realidad.
El panorama es durísimo. Está en la cima de las tablas de posiciones negativas de la liga. El equipo con más derrotas, el tercero con más goles recibidos y uno de los equipos con menos goles convertidos. Debe ser demasiado a procesar para un club que estuvo a punto de definir un ascenso a League One en la temporada anterior y que hoy se ve más en National League pese a la contundente victoria obtenida el sábado. Un descenso podría ser definitivo para el club, uno de los históricos de Londres, ya que está acuciado por las deudas y podría acabar sufirendo una deducción de puntos que le hundiría definitivamente en el fútbol amateur.
Dagenham & Redbrige, ¿destinado al ascenso?
La temporada anterior fue dura para el Dag & Red. Tras cinco temporadas en League Two, el conjunto de Dagenham se vio destinado a participar en el actual curso en National League. Con un equipo bastante superior a la media en esta temporada, el equipo de Jonh Still intenta buscar el tan ansiado retorno a la cuarta categoría del fútbol inglés. Su entrenador actual cuenta con la particularidad que fue el primer entrenador del club, cuando se fundó allá por 1992 (recordemos que el Dagenham & Redbridge es producto de la fusión de dos clubes mucho más antiguos, el Dagenham y el Redbridge Forest), y tuvo otro paso por el club en 2014. Además, casualmente debutó como futbolista en Leyton Orient, el otro protagonista del artículo de hoy.
El equipo de Still ha demostrado ser un candidato a pelear el puesto por ascenso directo que hoy pertenece al Lincoln City, que atraviesa un año de ensueño tras su participación en la FA Cup, donde se enfrentará al Arsenal en el Emirates en cuartos de final.
Gran parte del éxito del Dag & Red corresponde al gran momento de Oliver Hawkins. El ariete ha conseguido 18 de los 51 goles que ha hecho el equipo en liga. Un delantero que ha pasado por varios clubes de niveles aún más bajos en el fútbol inglés y que, en la división más alta de su carrera, no ha fallado en relación a los goles convertidos.
Resta esperar el desarrollo de lo que queda temporada para poder observar en qué lugar finalizará este equipo, pero todo hace pensar que está destinado a conseguir uno de los dos cupos para jugar la temporada 2017-2018 en League Two.