Víctor Diéguez

De vuelta a Barcelona

Solskjaer vuelve al estadio en el que se hizo leyenda, el Camp Nou. Por casualidades de la vida, su regreso tendrá factores comunes respecto a aquella lejana tarde de Barcelona: un resultado adverso y la necesidad de seguir haciendo historia.

Ole Gunnar Solskjaer es un hombre que respira Manchester United. Él, como otros tantos compañeros suyos en su etapa como Red Devil, sabe perfectamente lo que significa el escudo y todo lo que le rodea. No es un club cualquiera. En Old Trafford no vale con ganar, sino que hay que hacerlo como dicta la extensa historia del club. O se hace bien o no se hace. Precisamente por esto su llegada al banquillo del United ha tenido tan buen resultado, consiguiendo resucitar a un equipo que en diciembre ya estaba pidiendo la hora.

Gracias a estos meses al frente del club, el equipo parece que al menos pelearás hasta el final por meterse entre los cuatro primeros puestos y se jugará el pasar a semifinales de la Champions League ante el Barcelona. Desde que Sir Alex Ferguson decidiese, allá por 2013, dejarle esto del fútbol a gente más joven, no ha habido un proyecto claro hasta que llegase Solskjaer. Todo va bien en Old Trafford, o eso parece. Porque los Red Devils no se bastan con estar “solo” bien, sino que quieren llegar a lo más alto. Y para ello tienen que tumbar al Barça de Leo Messi, que ya en Old Trafford dejaron claro que no se lo iban a poner fácil a los ingleses.

Para remontar el adverso 0-1 de la ida hace falta un milagro en el Camp Nou. Solskjaer debe volver al lugar de su crimen más célebre como el asesino con cara de niño que fue, buscando obrar un nuevo milagro esta temporada. Ya sabéis, los criminales siempre vuelven a la escena del crimen, y nuestro protagonista no iba a ser menos. Además, rememorar lo sucedido en aquella lejana noche de hace casi dos décadas puede ser el mejor refuerzo moral para hacer historia por segunda vez.

El Manchester United del 99, el de los Fergie Babes, consiguió reinar también en Europa gracias a una de las noches más épicas de la historia de la Champions League, una de esas que engrandece la competición. Tras una disputada final en el Camp Nou, el título se lo iba a llevar el poderoso Bayern de Múnich y el tiempo corría en contra de los Red Devils. Pero, el reloj, unas veces en contra y otras a favor, se alió con el conjunto de Ferguson. En un minuto, sus muchachos anotaron dos goles que dieron la vuelta al marcador e hicieron que el trofeo viajase hacia Old Trafford. Para el recuerdo quedaría como un joven Solskjaer, con su fantástico don de la oportunidad, remataba el pase de Teddy Sheringham. Aquel noruego ya era leyenda del United.

Al igual que en aquella lejana noche de mayo en Barcelona, el Manchester United estará por debajo en el marcador en el Camp Nou. Solo un equipo con esa historia tiene la grandeza suficiente como para salir victorioso de una eliminatoria así. En frente está el Barça y entre sus filas está el que posiblemente sea el mejor futbolista de la historia, pero en situaciones peores se ha visto el United y ha conseguido escapar. El equipo, tras años de intrascendencia, vuelve a sentir como lo hacía en su época dorada. Quizás la plantilla no acompañe, pero tienen el fútbol suficiente como para dar un golpe sobre la mesa.

No es la primera vez que esta temporada los muchachos de Solskajer, invadidos por el espíritu que emana su entrenador, le han dado la vuelta a una situación complicada. Con un 0-2 en el partido de ida, los Red Devils se plantaron en el Parque de los Príncipes con infinidad de bajas ante un París Saint Germain candidato a todo. Y salieron victoriosos a base de creer. Porque, quizás y solo quizás, el fútbol va de eso. Hay muchos más aspectos en juego, pero si no hay fe en lo que se hace, difícilmente se puede llegar a algo. Por suerte para el Manchester United, no hay nadie que crea más que Solskjaer y sus jugadores. En su mano está volver hacer historia en el Camp Nou.

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