Los directivos del Arsenal, especialmente su entonces vicepresidente David Dein, hicieron una apuesta a priori muy arriesgada en septiembre de 1996: fichar a Arsène Wenger para dirigir al equipo. El técnico francés llegaba a Highbury procedente del Nagoya Grampus de la liga japonesa con el cual logró la Copa del Emperador. Una idea muy anómala en Inglaterra por aquellos entonces. De hecho, el único entrenador que no había nacido en las Islas aquel año era el neerlandés Ruud Gullit que entrenaba al Chelsea.
A pesar del escepticismo reinante tanto en los aficionados como en los medios, Wenger logró revertir la situación del Arsenal hasta convertirlo en lo que es en la actualidad: una potencia futbolística europea. El técnico francés ha conseguido desde que aterrizara en Londres tres títulos de Premier League (1997-98, 2001-02 y 2003-04), seis FA Cup (1998, 2002, 2003, 2005, 2014 y 2015) y otras tantas Community Shield (1998, 1999, 2002, 2004, 2014 y 2015). Durante todo este tiempo del Arsenal de Wenger instalado en el éxito, un anhelo queda en Highbury después de tanto tiempo: ganar la Champions League.
Wenger ha clasificado al equipo del norte de Londres 18 temporadas consecutivas para la fase de grupos de la Champions League (récord que hasta ahora ningún equipo ha conseguido en la Premier League) convirtiéndose así en el entrenador que más temporadas ha participado en la competición con 19 temporadas. El balance de Arsène en la máxima competición continental con los gunners tras 184 encuentros ha sido de 91 victorias, 41 empates y 52 derrotas.
Durante su primera década al frente del club, Arsène Wenger confeccionó un equipo muy completo que jugaba un fútbol muy vistoso y a la vez pragmático que era una máquina de ganar partidos. El Arsenal era un equipo que dominaba todas las facetas del juego, era un equipo que manejaba todos los registros futbolísticos para ganar un partido. Tenía potencia física, capacidad técnica, rigor táctico y una personalidad ganadora (capacidad de la que adolece el equipo londinense en las últimas campañas) con jugadores de la talla de Jens Lehmann, Kolo Touré, Sol Campbell, Patrick Vieira, Robert Pires, Fredrik Ljungberg, Dennis Bergkamp o Thierry Henry que marcaron un antes y un después tanto en el Arsenal como en la Premier. Las participaciones del equipo inglés en Champions siguen la forma de una campana de Gauss, con un periodo inicial creciente, un cénit alcanzado con la final de París y un progresivo declive desde entonces.
En las temporadas 1998-99 y 1999-00 no consiguió superar la fase de grupos al quedar tercero. En la 2000-01 cayó eliminado en cuartos de final por el Valencia que a la postre sería finalista de la competición. En las temporadas 2001-02 y 2002-03 cayó en la liguilla de octavos superado en el grupo por el Bayer Leverkusen y el Deportivo de la Coruña en la primera, y por Valencia y Ajax en la segunda.
Especialmente dolorosa fue la eliminación en cuartos de final de la temporada 2003-04 sobre la bocina frente al Chelsea adiestrado por Claudio Ranieri que venció 1-2 en Highbury el año en que los pupilos de Wenger fueron apodados The Invincibles tras ganar la Premier invictos. La temporada siguiente fue eliminado a manos del Bayern de Múnich en octavos de final.
La temporada 2005-06 trajo de nuevo otro dolorosa derrota, esta vez en la final frente al Barcelona de Rijkaard. Aunque no fuera aquel equipo invencible todavía conservaba vestigios del mismo. El equipo de Wenger tras tener varias ocasiones para abrir el marcador en las que Víctor Valdés salvó a los azulgranas, Lehmann en el minuto 18 derribó a Samuel Eto’o fuera del área y fue expulsado. Pirés fue sustituido por el portero español Manuel Almunia. Con todos estos aspectos en contra, Sol Campbell cabeceó a la red una falta botada por Henry en el minuto 37. El Arsenal, a pesar de contar con un jugador menos, pudo haber aumentado la diferencia en el marcador pero Valdés mantuvo al Barca vivo hasta que en el último cuarto de hora, Eto’o batió a Almunia tras asistencia de Henrik Larsson. Posteriormente, Juliano Belletti anotó el gol del triunfo.
Las últimas temporadas en Europa han sido decepcionantes para el club, que no ah logrado superar la barrera de octavos de final desde la temporada 2010-11. En la última década, lo más cerca que estuvo del título fue la temporada 2008-09 donde alcanzó las semifinales en las que fue apeado de la competición con rotundidad por el Manchester United con un global de 1-4 a favor de los de Alex Ferguson en la eliminatoria.
La final de 2006 en París frente al Barcelona, donde casi logra alcanzar el título, parece un lejano recuerdo y todo parece indicar que Wenger acabará su periplo en el Arsenal sin alcanzar la gloria europea. El incendio de un sueño de Charles Bukowski recitaba: La vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles / ha sido destruida por las llamas / Aquella biblioteca del centro / Con ella se fue / gran parte de mi / juventud. Aquel Arsenal ardió en llamas, con él se fue uno de los mejores equipos que todo aficionado al futbol inglés ha visto nunca. Los aficionados del Arsenal anhelan tener un equipo como aquel que formó Arsène Wenger (conviene recordarlo) que forjó una mentalidad ganadora en Highbury e instaló al Arsenal en la cúspide del panorama fútbol europeo. Y, sobre todo, uno capaz de aprobar la asignatura pendiente de levantar el cetro europeo.