Dani Hernández

El arte del tackle

En tiempos de centros de gravedad bajos, de trenes inferiores y de traseros clave como el de Eden Hazard, unas largas piernas como las de Wan-Bissaka desafían la moda y se lanzan al suelo deslizándose hacia tiempos pasados.

Con el cuadrado pulsado. Así se defendía, mayoritariamente, antes del cambio de milenio. Y que me entiendan aquellos que menos le dan al FIFA, el tackle como recurso noble para llevarse el balón parece pasado de moda. Parece que una prominente melena rizada, un frondoso bigote y unos pantalones por encima de la pantorrilla combinen perfectamente con esa forma de despojar al rival de la posesión. Quizás, por las formas, hoy día nos resulte más agresivo, pero alguien ha vuelto a la élite del fútbol inglés para dejar claro que se puede ir al suelo sin cometer nada punible. Aaron Wan-Bissaka se ha vuelto un romántico en este arte.

El concepto tackle surge del rugby y no es más que un placaje al rival con el fin de recuperar la posesión del balón. La naturaleza del fútbol, menos permisiva con el contacto entre rivales, ha llevado su significado a otro terreno, más concretamente al propio terreno. Deslizarse con el afán de llegar lo antes posible a tocar un esférico que, a priori, parece lejos del alcance del defensor. Una técnica más que, con la mejora de la posición corporal ante el rival y la pérdida de jugadores que se atrevan a encarar, parece que ha perdido adeptos. Wan-Bissaka ha sido esculpido para realizar a la perfección dicha técnica.

El inglés se ha caracterizado desde su irrupción por su excelente posicionamiento y corrección, por cubrir bien todo el flanco y, sobre todo, por su impecable actuación en el momento justo de robar el balón. Sus largas piernas (lo que quizá le hagan tener mal trasero, pues recordemos lo que se decía de Eden Hazard, pero eso que lo juzguen otros), le permiten poner el pie justo en el momento más adecuado para birlar la pelota al rival. ¿Recordáis el brazo de Michael Jordan en Space Jam? Pues parece que el lateral del Manchester United ha decidido traerlo de la ficción a la realidad.

Wan-Bissaka no se corta, se lanza al suelo, se desliza y, límpiamente, repele el balón. Recordemos que esta ha sido una maniobra muy presente en el fútbol – sobre todo inglés- en toda su historia. Con grandes nombres como especialistas y otros tantos que hicieron una reinterpretación del movimiento con el mero objetivo de regalar una tibia a algún espectador de tercera gradería. Cualquiera de las distintas versiones del tackle se estaban dejando de ver en los terrenos de juego pero con Wan-Bissaka parece que ha vuelto para quedarse.

Así como lo hizo el cánon de belleza griego, el fútbol parece haber escogido otro tipo de cuerpos para el éxito. El balón rueda por el césped más que nunca y para ello se necesitan jugadores cercanos a él. Las piernas fuertes y cortas de los Messi, Hazard, Isco, Agüero, incluso los Xavi, Iniesta y Modric han conducido al deporte rey hacia una senda que ha marcado un estilo. Jugadores como Djibril Sidibé, Wilfred Ndidi o el propio Wan-Bissaka han aparecido como antagonistas. Surgen como contrapunto a esta tendencia.

En cabeza de la clasificación, en tackles por partido, de la actual Premier League encontramos a Ricardo Pereira (4,3) y, los ya mencionados, Ndidi (4), Wan-Bissaka (3,8) y Sidibe (3,7). A excepción del lateral del Leicester, el resto comparten un físico muy parecido que les ayuda en la realización. Pero lo que convierte al del United en el mejor es su limpieza. Los nueve jugadores que más recurren a esta acción en Premier League superan la falta cometida por partido. Wan-Bissaka promedia media falta por encuentro. Como un cirujano, él realiza cortes limpios.

En su mirada no aparece ningún tipo de maldad en el momento de lanzarse. Es un recurso más para llevar a cabo su trabajo. Y lo que es más importante, y más importará a los aficionados del United, lo hace bien. Al menos no intenta hacerlo con la cara, a lo Phil Jones, aunque esa versión también nos gustara. Wan-Bissaka es un especialista y, de esta forma, consigue cortar muchos ataques rivales. Sin duda alguna, los mancunianos, han conseguido reforzar la defensa, no solo con la presencia de Harry Maguire, también con la del joven lateral diestro.

Como en el gol, como en el regate, si el autor tiene talento, el tackle, también puede resultar un arte. Artistas como Vinnie Jones, Joey Barton o Roy Keane, lo fueron de brocha gorda. Con más violencia, como ellos, o con más amor, como Wan-Bissaka. Misma técnica, deslizarse por el césped. Mismos -a priori- objetivos: robar el balón y cortar el ataque rival. Elegante y fino, el tackle de Wan-Bissaka ha llegado, no para romper piernas, sino tendencias y estereotipos marcados por el fútbol de los posicionamientos corporales y los centros de gravedad bajos.

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Dani Hernández