Iker Caperochipi

El coronavirus golpea la base de la pirámide del fútbol inglés

La nueva pandemia mundial está poniendo en aprietos a los clubes de divisiones inferiores, donde la estabilidad financiera pende de un hilo muy fino.

Cuando una ola azota en una elevada infraestructura, el que está arriba dispone de más tiempo y seguridad. Sin embargo, si el bloque medio-bajo no logra resistir las fuertes acometidas, es cuestión de tiempo que los que están arriba vayan a caer. Esa es exactamente la situación en la que se encuentra el fútbol inglés, donde los clubes por debajo de la Premier League no pueden hacerse cargo de los altos gastos económicos ante el agotamiento del grifo de los ingresos. La situación de la Football League es crítica, y el futuro de la Premier League no se puede entender sin la solución de estos problemas económicos y estructurales.

La trágica expansión del COVID-19 ha roto por completo con la estabilidad de cualquier entidad financiera. En el fútbol los partidos se han pospuesto hasta el 30 de abril (PL y EFL), y todo parece indicar que estamos ante una fecha mínima condenada a volver a prorrogarse. Esto causa unos daños irreparables. Por un lado, los equipos dejan de percibir los ingresos de taquilla, los ingresos por patrocinios y el dinero que producen los negocios del club o el merchandising. No obstante, los gastos no cambian. Los jugadores y los empleados del club mantienen un contrato que debe cumplirse. En las ligas inferiores la situación se vuelve aún peor ya que la capacidad financiera de estos clubes depende enormemente de los ingresos por taquilla. Estos clubes no cuentan con una gran reserva económica y suelen «ir al día» en cuanto a los gastos se refiere.

Con el objetivo de que los daños económicos producidos por la pandemia se minimicen lo máximo posible, la postura de prácticamente todos los clubes de Championship y Premier League es que la temporada acabe y se disputen las 38 jornadas. Esto se debe en gran parte a los contratos televisivos. The Athletic explicó en exclusiva que los clubes de primera división contraerán una deuda de 762 millones de libras con los proveedores de la retransmisión (Sky y BT) por los ingresos que las televisiones dejarían de percibir en el caso de una posible suspensión.

En la EFL los contratos televisivos se cobran a posteriori y la situación es mucho más crítica, por lo que la organización ha hecho oficial un paquete de ayuda de 50 millones de libras. Una cifra que según la BBC se reparte en dos pagos. un pago fijo para cada club que supone el adelanto de los ingresos televisivos y patrocinios: 800.000 millones a los equipos de Championship, 250.000 en League One y 164.000 para League Two; y un préstamo opcional sin intereses de 584.000, 183.000 y 120.000 libras respectivamente. Este dinero servirá para afrontar aproximadamente los gastos de 4 semanas.

Los clubes la EFL han recibido con los brazos abiertos la ayuda económica, pero aseguran que este dinero no supone más que un recurso financiero temporal para afrontar la nueva crisis patente. Paul Scally, presidente del Gillingham, no se ha mostrado muy satisfecho ante las grandes diferencias del rescate conómico entre los clubes de Championship y League One. Además, el presidente inglés ha ido más allá reclamando medidas poco ortodoxas. Entre ellas que cada club de la Premier League haga una donación de 2,5 millones para fortalecer a los demás clubes profesionales. Brian Laws, exentrenador de clubes como el Burnley o el Sheffield Wednesday, ha propuesto que cada jugador de la Premier League done el 20% de su sueldo a los clubes de la EFL. Mientras, la PFA (Professional Footballers’ Association) ha confirmado que se reunirá en breves para poner en mesa el debate de los salarios. Los caminos más factibles serían que estos se redujeran o se retrasaran.

Otras figuras públicas como Sam Allardyce o Gary Neville también han subrayado la importancia de que la Premier League apoye económicamente a las divisiones inferiores.

La realidad es que, por ahora, la PL no se ha pronunciado públicamente acerca de este tema. La prioridad de la liga parece ser la rápida solución de los contratos televisivos y patrocinios con BT Sport y Sky Sports. Después, el camino más apropiado sería que se disputasen las jornadas restantes, ya que los ingresos televisivos son mucho más elevados que las taquillas.

Este camino es casi una obligación de cara a la viabilidad económica de la Championship, ya que sin los ingresos correspondientes, los sueldos desorbitados de algunos futbolistas dejan a ciertos clubes al borde de la destrucción. La desesperación de los clubes queda patente con el hecho de que todos ellos de forma unánime quieran terminar la temporada aunque sea a puerta cerrada, pese a que a algunos equipos les favorezca enormemente la conclusión de ella.

Se han barajado distintas soluciones, como la reducción de todos los salarios a la corta cifra de 6.000 libras semanales. Clubes como el Birmingham y el Leeds United ya están en trámite de rebajas de sueldo. La trágica situación desencadenada por la expansión del COVID-19 tal vez sea un punto de inflexión en la estructura financiera prácticamente insostenible de la Championship. La suspensión de los partidos ha evidenciado que los clubes están gestionados fuera de sus posibilidades en el aspecto económico, y quizás esta crisis deje una huella importante en el futuro de la competición.

En cuanto a la League One y la League Two, ambas divisiones han calculado unas pérdidas económicas que rondarían las 50 millones de libras si la temporada no se reanuda. Gran parte de los ingresos que se dejarían de percibir tiene lugar en las taquillas, por lo que parece indispensable que los partidos aplazados se jueguen. También puede resultar esencial la medida que ha tomado el Gobierno del Reino Unido para asegurar el pago del 80% de los salarios de los trabajadores que cobren menos de 2.500 libras al mes. Esta medida será de gran ayuda para mantener la viabilidad de los recursos humanos de los clubes más humildes.

Esta intervención del Gobierno será decisiva sobre todo en la Non-League, donde se ha hecho oficial el final de las ligas por debajo de la National League North and South. Lo estimado es que estas dos ligas semiprofesionales corran el mismo desenlace que sus ligas inferiores. Clubes como el MK Dons y el Barnet se han visto obligados a tomar la fatídica decisión de despedir a todos los empleados que no fueran los jugadores. Estas críticas medidas son el duro reflejo de una crisis que azota con fuerza al fútbol, dejando a los equipos desprovistos de ingresos.

Parece evidente que el fútbol inglés se está hundiendo en las arenas movedizas provocadas por el COVID-19. Aún así, los principales clubes de la élite nacional siguen con un pie en tierra firme, con la posibilidad de tender una mano a sus compañeros de trabajo que corren un grave peligro. Son tiempos complicados para compartir un plato que está cada vez más vacío, pero comer menos durante un tiempo es la solución para que la comida no se gaste en un futuro muy cercano. El virus ni perdona ni muestra piedad, y el margen de tiempo es cada vez menor. Esta vez es el hambre de hoy lo que nos puede proporcionar el pan de mañana.

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