Sigue corriendo el crono, quedan unos pocos segundos para el final del partido y el Deportivo Galicia sigue buscando un gol que empate el partido. Resulta curioso, al menos para espectadores no habituales, cómo incluso en los minutos finales, con la desesperación de buscar un golpe de suerte que cambie el devenir del encuentro, le cuesta este ‘Depor’ recurrir a un fútbol ‘a la inglesa’ y empezar a colgar balones al área. Sin embargo, así es el Deportivo Galicia, un equipo que, a pesar de llevar 50 años de historia en el fútbol inglés y ser nativo del mismo, no olvida sus raíces españolas, más concretamente gallegas, ni en lo futbolístico ni fuera de ello. No les culpo. Qué aficionado no prefiere que su equipo alcance el éxito a través del buen trato del balón. Quién en su sano juicio proferiría un ‘fuck’ tras el fallo de una ocasión clara pudiéndose llenar la boca con un ‘carallo’.
El pitido final llega y la derrota por 1-0 se consuma, pese a haber dominado la mayor parte del partido. Los locales desaprovecharon buenas oportunidades y el rival, Harefield United, no tuvo piedad en la única con la que contó. Británico o español, así es el fútbol, que no se cansa de demostrarnos que cualquier tipo de ecuanimidad o justicia no tiene nada que ver con él. La decepción para el club español es notable, pues estas semifinales de Premier Cup era uno de los momentos más grandes de su historia y la final y la posibilidad del título lo hubiera sido aún más. Sin embargo, la amargura lógica que sigue a cualquier derrota no debe de eclipsar en este caso una realidad más grande, que no es otra que la de un FC Deportivo Galicia de Londres viviendo la etapa más fructífera de su ya amplia historia.
Todo empezó en 1968. Ligado al Centro Gallego de Londres, un espacio social y cultural formado por emigrantes de la zona que se establecieron en el noroeste de la capital británica, nació el embrión del club que el Deportivo Galicia es hoy. Posteriormente, el equipo dio un salto de nivel con una etapa exitosa a mediados de los noventa, en la que consiguió títulos y el ascenso a la Middlesex County League.

Sin embargo, durante los siguientes años el rendimiento del equipo y la implicación de sus participantes en él decayeron, hasta llegar a una situación crítica cercana a la desaparición en la temporada 2006/07. Fue justo entonces, en el que probablemente sea el punto más bajo de la trayectoria histórica del Deportivo, cuando la suerte del equipo cambió. Todo ello fue bajo la tutela de Leo Decabo, jugador que decidió colgar las botas, pasarse a los banquillos y renovar el proyecto del club junto con otros veteranos, como Mick Hamaida y José Andon. «Es una historia bastante larga y frustrante, el entrenador anterior llegó a un punto en el que no quería continuar. Entonces me dije, paro de jugar al fútbol y me meto al banquillo, no podemos dejarlo», comenta Decabo. Sin embargo, el éxito no llegó pronto. «Las primeras temporadas fueron muy duras, entiendes por qué los anteriores no querían continuar. Todavía no teníamos el Charter Standard y estábamos jugando en el campo de un parque», afirma el entrenador.
Tras estas primeras etapas, el definitivo crecimiento del club llegó cuando Decabo puso una ambicioso plan encima de la mesa en el año 2012. «En ese año nos juntamos todos y yo propuse que este equipo tenía que jugar la FA Cup, para lo cual presenté un plan de cinco años». Además, esa iniciativa coincidió con el recibimiento de un incentivo extra. La federación inglesa de fútbol entregó al Deportivo el Charter Standard, un reconocimiento a la buena gestión del club en todos sus ámbitos y, lo más importante, requisito indispensable para la disputa de la competición copera más antigua del mundo. El equipo, fue cumpliendo con éxito los pasos de ese plan trazado por Decabo, llegando los primeros frutos del mismo al final de la temporada pasada, quedando finalistas de copa, campeones de liga y por consiguiente logrando el ascenso a la Combined Counties League.
Esta presente campaña, que constituye el quinto y último año del plan, el objetivo estaba más cerca que nunca, pues esta división es el mínimo requerido por la federación para participar en la FA Cup. Sin embargo, la hazaña parece que, de momento, tendrá que esperar. «Este año está complicado porque para entrar en la copa tienes que acabar entre los seis primeros de la liga y estamos a mitad de tabla, quizás para el año que viene», comenta Rogelio Loureda, secretario general del club y ex jugador del mismo. «Es el primer año, los jugadores están encontrando difícil adaptarse al físico de los otros equipos. Nosotros jugamos un fútbol más europeo, con más balón raseado, y en esta categoría se sigue jugando mucho más físico que en otros países como en España», valora Loureda.

Pese a todo el éxito, el equipo comienza a notar el ascenso de nivel, pues ha excedido las expectativas más realistas sobre su proyección y ahora mismo se ve obligado a competir contra rivales con una estructura y un poder económico mayor. «En la liga todos los equipos pagan a sus jugadores, aquí son ellos los que pagan una cuota al empezar la temporada», afirma Decabo. Además de estas diferencias, el coste del mantenimiento de un equipo de estas características en Inglaterra resulta demasiada carga para el club, cuyo único ingreso externo son 4.000 libras que aporta la Xunta de Galicia por la ligazón entre el equipo y el centro cultural. «El nivel de gasto es muy importante. El primer equipo puede costar alrededor de 20.000 libras al año y el segundo 4.000. En total, necesitamos unas 25.000 libras al año y aquí no cobra nadie, ni jugadores, ni entrenadores, ni miembros del staff», comenta Loureda.
Para hacer frente a estas dificultades económicas, el equipo lleva buscando, de momento sin suerte, un patrocinador o colaborador que pueda ayudarles a seguir avanzando y creciendo. «Tenemos problemas económicos importantes y por eso buscamos a alguien que nos ayude. Yo mismo me he pasado por negocios buscando y pidiendo que se asocien a nosotros, pero de momento seguimos esperando», explica Decabo. El equipo ha recorrido la mayor parte del trazado que se planteó, contra todo pronóstico y sin ayuda alguna, ganándose de esta manera el reconocimiento de directivos de la federación, aficionados (con algunos partidos con 100 asistentes el equipo más visto en la categoría), repercusión en redes sociales e incluso hitos de nuestro fútbol (primer equipo español en disputar el FA Vase). Sin embargo, todo esto no ha sido suficiente para atraer un colaborador que ayude en el aspecto económico, algo que puede impedir al equipo consumar su plan, precisamente cuando más cerca está de lograrlo. «No me molesta estar donde estamos, pero para llegar al siguiente peldaño me temo que ya no depende solo de nosotros», comenta Loureda.

Pese a todos los contratiempos, el Deportivo Galicia cuenta con una identidad, derivada de su unión (todavía presente) al Centro Gallego de Londres, que le hace diferente al resto de sus competidores. «Una vez que jugadores nuevos llegan al equipo, no solo nos preocupamos por lo deportivo sino que les ayudamos a encontrar trabajo si se puede y cosas de ese estilo. El club es una gran familia», explica Loureda. Esta calidez humana sigue siendo una de esas pocas cosas que, en un fútbol moderno y gobernado por lo económico como el que vivimos, el dinero no puede comprar. Buen ejemplo de ello es Felipe Nogaledo, uno de los pilares del equipo, quien recibió varias ofertas de equipos de divisiones superiores en los que podría cobrar dinero por jugar y, sin embargo, prefirió quedarse. «Aquí me trataron muy bien y por ello me siento en deuda con el club y trato de aportar todo lo que puedo. Me abrieron las puertas, Leo se portó conmigo como si fuera un padre. Para alguien como yo que no dominaba el idioma al llegar, estando tan lejos de tu país, jugar aquí es como sentirse en casa», comenta Nogaledo.
En estas circunstancias, el Deportivo Galicia seguirá, durante lo que resta de esta temporada y las que están por venir, luchando por conseguir su gran objetivo. De hacerlo, pasarán a formar parte de la historia de nuestro fútbol como el primer equipo español en disputar la FA Cup. Hasta entonces, continuarán, como reza el lema del equipo, dándolo «todo por un sueño». Un sueño que, quizás, un día puedan vivir despiertos.