El Southend Untied, que fue noticia hace más bien poco por el flamante fichaje de Sol Campbell como entrenador, es un club muy humilde que ha vivido toda su historia entre el fútbol semiprofesional y la Football League.
Actualmente no pasa por una de sus mejores épocas, y es que a una mala situación deportiva con el equipo situado en la penúltima plaza de League One, se suma un delicado momento financiero que puede llevarle por la calle de la amargura si se confirma el descenso de categoría.
Atrás quedan los buenos momentos en Roots Hall, la casa del Southend, vividos hace poco más de una década, en la que los Shrimpers obtuvieron dos ascensos de manera consecutiva y ganando la liga en ambas ocasiones, pasando de League Two a Championship entre la 2004/2005 y la 2006/2007.
Pero más allá de este logro, en estas líneas vamos a contar una gesta que será recordada por siempre en la ciudad y en el club. En 2006, tras una buena actuación en la Copa de la Liga, se dio colofón a un trienio dorado en la historia de la entidad, y es que eliminaron al Manchester United de Sir Alex Ferguson, Wayne Rooney o Cristiano Ronaldo entre otros de la Copa de la Liga (entonces bautizada como Carling Cup).
Una plantilla sin grandes estrellas
Aquel Southend United contaba con uno de los mayores talentos de la Football League por entonces, que tras tres buenísimas temporadas en la entidad de Roots Hall con dos ascensos consecutivos, se ganó, terminada la liga en Championship, un traspaso al Wolverhampton por 1,5 Millones de Libras. Su nombre, Freddie Eastwood.

Pero no era el joven delantero el futbolista más mediático, ni tan siquiera el que más triunfaría en el mundo del fútbol. En ese equipo se encontraba el internacional inglés Michael Ricketts, que bien es cierto que solamente disputó un par de partidos, ya que se marchó al Preston.
Sin embargo, y fuera de toda duda, el jugador que mejor carrera ha tenido de aquel plantel es Gary Hooper, el cual ha llegado a jugar en competiciones internacionales con el Celtic y en Premier League con el Norwich, siendo internacional con Escocia.
Pero no todos eran delanteros, había otros futbolistas que también han hecho carrera en equipos de buen nivel como Steve Francis, que ahora es jugador del Bournemouth asentado hace años en Premier League, Adam Barrett, un central tosco que tocó el cielo jugando para el Crystal Palace en Championship, o Darryl Flahavan, portero que hizo carrera en clubes como Leeds o Portsmouth.
Por último, el toque español no podía faltar y el Sothend contó durante unos meses en la 2006/2007 con el mallorquín Arnau Riera, que jugó como cedido por parte del Sunderland.
El partido frente a Ronaldo, Rooney y compañía
Una noche de noviembre del 2006, no sin frío en las gradas de Roots Hall, se presentaba el Manchester United comandado por Sir Alex Ferguson a jugar un partido que se presuponía fácil contra un conjunto de la zona baja de Championship. A priori, el encuentro debía estar decantado desde el inicio hacia los de Old Trafford.
Ferguson presentó un once de garantías, en el que se encontraban jugadores de alto nivel, como Rooney, Cristiano Ronaldo, Darren Fletcher, o Mikael Silvestre. También salió desde el banquillo un tal Patrice Evra.

No parecía el mejor escenario para los locales, pues el Southend no ganaba desde agosto en liga y no conseguía dar con la tecla ante la temporada que avanzaba. Pero eso no fue impedimento para que David pudiese con Goliat.
El once del Southend era el mejor que se podía alinear, con Eastwood a la cabeza y gente como Jamaal Campbell-Ryce en modo estelar, o el propio Gary Hooper, que también tuvo un papel importante.
En el minuto veintiséis, una falta sobre Campbell propició un tiro directo que anotaría Eastwood por toda la escuadra, haciendo imposible la estirada del polaco Kuszczak, y poniendo el 1-0 en el marcador, que a la postre sería definitivo.
Un inoperante Manchester United que acabaría desesperado, no puedo hacer mucho más para no caer eliminado de la Copa de la Liga, y los locales pasaron de Ronda a Cuartos de Final, donde caerían eliminados ante el Tottenham.
Tras esta hazaña, el Southend fue cuesta abajo y sin frenos, pues tras el ascenso meteórico, en tres temporadas volvió de nuevo a League Two, la cuarta categoría del fútbol inglés.
Los días de gloria parecen ser cosa del pasado en Roots Hall. Con un club ahora en claro peligro de descenso y, por qué no decirlo, de desaparición, sería importante recordar este tipo de partidos. Momentos en los que pequeños clubes, futbolistas fuera de los focos y aficionados abonados al sufrimiento semanal, se encuentran por un día en la cúspide de sus vidas.