La competición inglesa puede presumir de ser la liga con más ganadores de toda Europa. Precisamente, 24 son los distintos clubes que se han alzado con el trofeo de liga. Toda una rica diversidad que ha desaparecido de un plumazo con la consolidación del Big Six, un selecto grupo formado por el Manchester United, Manchester City, Arsenal, Liverpool, Chelsea y Tottenham que han dado comienzo a una época feudal en la liga. Pasan los años pero nadie pierde su privilegiada posición y status y, salvo milagro, ningún «vasallo» puede alcanzar lo alto de la pirámide.
Los datos revelan la realidad. Exceptuando la hazaña sin precedentes del Leicester City, ningún club fuera del Big Six ha logrado colocarse en el podio final de la liga desde 2002-2003 (el Newcastle acabó tercero). Y en 5 de los últimos 10 años, las seis primeras posiciones de la tabla han estado ocupados por estos seis clubes. Pero la clasificación general de la última década ofrece unas conclusiones sumamente reveladoras.
En estos 10 años, los clubes de Manchester lideran la tabla con los Citizens sumando 818 puntos (215 victorias) y los Red Devils con 747 puntos y 220 victorias. El Arsenal es el club con menor puntaje del Big Six, con la suma total de 702 puntos (205 victorias). Sin embargo, el séptimo de la tabla (Everton) cuenta con solamente 567 puntos y 148 victorias. Después está el West Ham, muy lejos con 403 puntos. Las cifras ilustran una fehaciente y considerable brecha competitiva.
Por otro lado, el rendimiento deportivo va hilado al componente económico, y aquí las diferencias se vuelven aún más letales. En la temporada 2018-2019, última liga concluida sin situaciones excepcionales como la pandemia, los datos que David Lange revela en el Statista muestran que el Manchester United fue el club que más ingresos generó con un total de 637,31 millones. El sexto en la lista es el Arsenal, con la suma de 399,47. No obstante, el West Ham ocupa la séptima plaza con 196,2 millones de euros, menos de la mitad que su rival londinense.
Esto habilita que los clubes grandes puedan invertir más, agudizando la brecha. Por ello, 5 de los 6 equipos con más gasto neto en la última década pertenecen al Big Six, una lista de donde el Tottenham se escapa por su situación excepcional relativa a su nuevo estadio. Mientras que los clubes de Manchester superan o rozan los 1.000 millones de euros, el Everton es el club que más dinero ha invertido fuera de esa élite (y excepto el Tottenham), con un gasto de 329,28 millones.
¿Y hasta cuando puede durar esta hegemonía? Pues lo cierto es que hay argumentos que dejan vía a los grandes cambios. Si el Leicester ha sido el único equipo en 17 años de fuera del Big Six capaz de asaltar la zona Champions, los de Rodgers volvieron a impresionar el año pasado con su quinta posición. Los Wolves también dieron la campanada adelantando al Arsenal y alcanzando a puntos al Tottenham de José Mourinho.
De todos modos, esta mejora de los clubes de segunda línea se ha acentuado en esta temporada, con solamente 3 clubes del Big Six en las primeras ocho posiciones por el momento. Un cambio de papeles que toma su forma más simbólica bajo el escudo del Aston Villa, que venció al Arsenal la pasada jornada por 0-3, y llevó a cabo una histórica humillación por 7-2 al vigente campeón de la liga, el Liverpool.
Los demás plebeyos instalados en la zona noble son los Wolves, el Southampton, el Everton, el West Ham y el Leicester.
Y esto no es una casualidad. El reparto más equitativo de los derechos televisivos, y la amplia masa social de los clubes ingleses y lo que eso conlleva, permite que estos tengan un importante trampolín para poder usar. La gran capacidad de inversión de los clubes de media tabla ha convertido la Premier League en toda una montaña rusa, con clubes como el Fulham a quienes les salió el tiro por la culata hace dos años, o equipos como el Aston Villa, que han pasado de tocar a fondo a rozar el cielo.
Este poderío económico ha habilitado la creación de una lista de equipos que amenazan a los más grandes. Entre ellos está el Everton, que ha despegado cual cohete en esta temporada tras un mercado de fichajes tremendamente acertado. Los fichajes de Allan, Doucouré y, sobre todo, James, otorgan nivel y cartel a un conjunto dirigido por nadie más y nadie menos que Carlo Ancelotti.
Esa misma sensación es la que producen clubes como el Leicester o el Wolverhampton, grandes plantillas que se construyen a partir de proyectos serios, estables y ambiciosos. Bajo jugadores veteranos y jóvenes promesas, la sensación es que estos clubes solo pueden progresar hacia arriba, siendo ese factor X que se encuentra cada vez mejor preparado para atentar contra el orden natural de la liga.
Por parte de los amenazados, se podría decir que están dispuestos a aguantar el pulso e incluso doblar la apuesta. La pandemia ha sido poco estímulo para tanta ambición, y este mercado de fichajes demuestra que el Big Six sigue invirtiendo como si no hubiera mañana, inflando una burbuja que podría explotar con una mala gestión o alguna decisión fatal. Aunque realmente esto es aplicable a gran parte de los clubes ingleses, que priorizan el ahora al después.
La mesa de debate ya está puesta. Si el Leicester ya abrió el melón el año pasado, este año quizá el postre acabe devorado. Sin lugar a dudas, cualquier variación de lo habitual sería toda una inyección de espectáculo para la competición, que a veces sufre de esa monotonía que otorga la excelencia. Hagan sus apuestas y disfruten del show.