Iker Caperochipi

El hombre que cambió la historia moderna del Tottenham

Con el cese de Mauricio Pochettino se cierra la etapa más laureada de la historia contemporánea de los Spurs. Pese a marcharse sin títulos bajo el brazo y envuelto en la polémica suscitada por su cese, el técnico argentino deja una huella imborrable en el norte de Londres que ni el tiempo podrá borrar.

La historia de amor entre Pochettino y los Spurs comenzó en 2014, después de su paso por el Southampton. Durante su etapa en el sur de Inglaterra, potenció y optimizó a los grandes talentos de su nuevo equipo, haciendo del Southampton el equipo revelación de la temporada 2013-2014. Esta  hazaña no pasó desapercibida entre los grandes de Inglaterra, y Daniel Levy fue el más rápido y astuto para contratar al argentino a finales de mayo de 2014.

El objetivo a nivel de club era asentarse en la élite de fútbol inglés y conseguir cierta regularidad en las zonas altas de la Premier League para poder jugar la Champions League de forma asidua. Sin contabilizar la etapa de Harry Redknapp, la última aparición del club entre los cuatro primeros fue en la temporada 1989/90, lo cual revela el inmenso valor del trabajo y la constancia de Pochettino.

Los comienzos nunca son fáciles y en su primera temporada el equipo no consiguió superar la barrera de los cuatro primeros, quedándose a las puertas en la quinta posición, a seis puntos del objetivo. En la construcción de la plantilla para la nueva temporada ya se veían atisbos de la conducta de poco gasto que impulsaba Levy desde la directiva con motivo de la creación del nuevo estadio, hecho que no comenzaría hasta 2015. El club gastó 48,47 millones de euros en fichajes e ingresó 44,15, conformando una plantilla que planteaba muchas dudas. Sin embargo, jugadores como Lloris, Vertonghen, Rose, Walker, Dembélé, Dier o Lamela comenzaron a construir las bases del gran Tottenham del futuro guiado por Pochettino, acompañados por futuras estrellas como Eriksen y Harry Kane, apadrinados por el técnico, quienes marcaron 31 de los 58 goles del equipo.

Las posibles dudas que algunos podían tener tras la primera temporada de Pochettino se disiparon al instante en la siguiente campaña, durante el cual el equipo consiguió la tercera plaza, igualando la mejor marca desde 1990. En el histórico año del campeonato conseguido por el Leicester, los Spurs fueron el equipo menos goleado y el segundo más goleador de toda liga, teniendo el mejor goal-average de todos. Harry Kane marcó 25 goles, convirtiéndose en máximo anotador y en el jugador más esperanzador de toda Inglaterra. Eriksen hizo más de lo mismo con su respectiva especialidad, las asistencias, consiguiendo 15. El otro gran futbolista que el técnico argentino supo optimizar fue Dele Alli, que completó una gran temporada con 10 goles y 9 asistencias.


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El exponencial ascenso del nivel de Eriksen, Alli y Kane fue trascendental en la llegada de Pochettino al Tottenham. / Getty Images


Levy continuaba con su política de mantener el equilibrio en el gasto neto, pero aún así el nuevo proyecto continuaba viento en popa. La mayoría de los fichajes hechos entre 2015 y 2016 (Son, Alderweireld, Trippier, Sissoko…) se convirtieron en activos indispensables del club. El Tottenham ya no era un equipo de media tabla que destacaba sobre el resto por un par de individualidades. El técnico nacido en Santa Fe consiguió formar un bloque compacto que entendía la filosofía que él había implantado. Jugadores como Lloris, Alderweireld, Vertonghen, Walker, Eriksen, Alli o Kane se convirtieron en piezas cotizadas por todos los equipos del mundo. Y es ahí donde el trabajo del entrenador cobraba importancia.

El Tottenham podría haber sido un ‘one-season wonder club’ que era desvalijado por las grandes presas europeas cuando llegaba el verano. No obstante, Pochettino convenció a las grandes estrellas del club (menos a Walker) de que estaban en un caballo ganador, en un proyecto en el que serían valorados y reconocidos. Ninguno de los jugadores que salieron del club (Bentaleb, Wimmer, Chadli, Pritchard, Yedlin…) consiguieron triunfar en Europa, y aquellos que llegaron como Davinson Sánchez, Llorente o Lucas Moura, fueron claves en los próximos logros deportivos.

Todo esto fue el detonante de lo que después iba a ocurrir. En la temporada 2016/2017, el equipo batió todos los récords y estadísticas que podía haber hecho, pero ni por esas consiguieron obtener su primera Premier League. El ‘Sheriff de Murphy’ –uno de los apodos acuñados al entrenador– hizo de los Spurs lo más cercano a la perfección. Fue el equipo más goleador de la Premier League (86) y el menos goleado de todos (26),  batiendo los récords del club en la competición moderna. También se sumó a la lista de equipos que completaron una temporada invictos en su propio campo. Además, después de 22 años superaron en la tabla a su maximo rival, el Arsenal. Harry Kane volvió a ser pichichi y Dele Alli se convirtió en uno de los jugadores más cotizados del mundo.


En la temporada 2016/17, el Tottenham superó en la tabla al Arsenal tras 22 años de inferioridad con respecto a su máximo rival.


Todo esto en una temporada que resume a la perfección la tónica habitual del Tottenham de Pochettino. Un sempiterno «casi» que jamás llega al éxito definitivo. Más de lo mismo ocurrió en la siguiente temporada, donde entró en la partida Guardiola con su imparable Manchester City de los 100 puntos. Aún así, el equipo continuó con la regularidad que le caracterizaba, clasificándose a Champions al quedar terceros, de nuevo por delante del Arsenal.

Pese a ello, la máxima competición europea seguía siendo el talón de aquiles del entrenador argentino. Tras el desastre de la temporada 2015/2016, el equipo cuajó una sensacional fase de grupos en el grupo de la muerte, ganando y empatando contra el Real Madrid y saliendo victoriosos frente al Borussia Dortmund en dos ocasiones. Con 16 puntos, fueron el equipo que más puntuó en toda la competición. Pero la mala fortuna se volvió a cebar con el equipo, perdiendo una primera eliminatoria muy disputada frente a la Juventus .

Tras cuatro temporadas al mando del club londinense, las ofertas llovían en el despacho de Pochettino. El club no podía competir en dinero y en grandeza con los Bayern, Manchester United o Real Madrid que se relamían los labios para incorporarle en sus filas. En constantes actos de fidelidad y honradez, el de Santa Fe siempre recalcó su total compromiso por el club. Y en la que sería su última temporada completa, el técnico argentino hizo historia y se quedó a un partido de lograr una de las hazañas más grandes que se ha visto en el fútbol moderno, teniendo en cuenta las negativas circunstancias.

La primera adversidad llegó en verano. Por motivo de la construcción del nuevo estadio que se inauguraría en abril de ese mismo año, el club no realizó ni un solo fichaje, en un verano donde rivales directos como el Liverpool y el Chelsea se gastaron más de 400 millones entre los dos. Con una plantilla que escaseaba en efectivos en muchas zonas del campo, el equipo disputó 60 partidos en toda la temporada, haciendo historia en la Champions League y aguantando el pulso en la Premier League.

Tras clasificarse para los octavos de final en el «grupo de la muerte» formado por el Inter de Milán, el Barcelona y el PSV, los Spurs superaron con contudencia al Borussia Dortmund en primera ronda. El destino parecía ir en contra del club londinense, ya que en los cuartos de final el sorteo los emparejó con el Manchester City, equipo en plena racha que venía de romper el récord histórico de la Premier League al completar 100 puntos. Aquí fue cuando el efecto Pochettino brilló en su máximo esplendor. El técnico se mantuvo fiel a sus ideas y en vez de amedrentarse ante la trituradora Citizen, hizo que el equipo sacara toda la valentía que le caracterizaba. Tras un gran 1-0 en la ida, el Tottenham resistió ante el Manchester City en uno de los partidos más frenéticos que se recuerdan en la actualidad. La derrota por 4-3 permitió al equipo avanzar a la siguiente ronda por la diferencia de goles.

En las semifinales frente al Ajax, Lucas Moura fue el héroe absoluto y esto dice maravillas de lo que había logrado hacer Pochettino con cada jugador de su equipo. El argentino consiguió crear un vestuario tan unido y cohesionado que incluso futbolistas de la talla de Lucas, que podían encontrar los minutos buscados en cualquier club, no dejaban ni una gota por sudar en las pocas oportunidades que tenían. Con el «hat-trick» del brasileño, el Tottenham se clasificó para su primera final de la Champions League. Habían hecho historia y los ojos de Pochettino lo decían todo.


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La cumbre del Tottenham de Pochettino llegó con su clasificación para la primera final de Champions en la historia del club. / Getty Images


Mientras todo esto ocurría, los Spurs tenían que asegurar de forma paralela su clasificación para la siguiente Champions League. El equipo decayó un poco en la recta final ante los escasos recursos que Pochettino disponía para administrar minutos, pero los jugadores mostraron una gran resistencia e inercia positiva. El Tottenham se mantuvo en la zona Champions desde la jornada 15 hasta el final, asegurando la cuarta plaza y guardando las fuerzas para la gran final. Un partido en el que volvieron los viejos fantasmas de la mala fortuna. El equipo consiguió que el Liverpool jugara mal y se sintiera incómodo durante casi todo el partido. No obstante, una mano inocente y polémica de Sissoko, un gran partido de Van Dijk y Allison y un gol de Origi a la contra condenaron al conjunto londinense.

Este partido fue un punto de inflexión en la etapa de Pochettino en el Tottenham. Él mismo dijo que si ganaban la final probablemente dejaría su puesto, pero la derrota hizo que el final de su etapa se alargase más de lo debido. En la siguiente temporada, la relación con Levy empeoró, la conexión con el vestuario también y el proyecto comenzó a mostrar signos de agotamiento después de una temporada en la cual se había tocado techo. Después de ser eliminados de la Carabao Cup ante el Colchester, caer hasta la decimocuarta posición a 11 puntos de la zona Champions y encadenar cinco partidos seguidos sin ganar y doce sin hacerlo de visitante, Levy tomó la drástica decisión de cesarle de su puesto.

El fútbol se ha vuelto cruel y despiadado. No tiene memoria ni escrúpulos. Solo importan el presente y los resultados. No obstante, cuando se despide a un entrenador e inmediatamente se le asocia con los mejores clubes del mundo, es porque algo ha hecho bien. Cuando todos los jugadores importantes del club hacen agradecimientos tan emotivos, es porque algo ha hecho bien. Y cuando todo el mundo del fútbol se rinde ante un entrenador que no ha ganado ningún título, es porque este deporte va más allá de lo llenas que pueden estar las vitrinas. Quizás ahora el fútbol no haya sido justo con Pochettino por este abrupto final. Sin embargo, ahora solo toca agradecer y rendir tributo al hombre que cambió la historia moderna del Tottenham.

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Iker Caperochipi