Mario García

El lamento del Brentford

Lo tenían todo a su favor para salir del fango 73 años después. Pudieron ascender de manera directa a través de la competición liguera y más tarde mediante el playoff. Ahora les va a tocar hacer frente a las consecuencias de marrar tantas oportunidades. Los ‘Bees’ se han vuelto a quedar con la miel en los labios.

 

El Brentford FC salió el pasado martes de Wembley como el típico universitario que vuelve a casa después de su primera gran juerga. El equipo de Thomas Frank consiguió en el último minuto de la prórroga un gol estéril que no enmendaría su derrota en la gran fiesta del playoff de ascenso, como el estereotipado estudiante al que su madre ya lo ha descubierto de madrugada mientras atina a meter la llave. A la mañana siguiente, despierta con una resaca del quince, intentando hacer memoria y asimilando que el próximo examen está a la vuelta de la esquina: preparar la próxima temporada. 

Perder una final puede ser tan duro como perder al amor de tu vida. Tan intenso dolor no puede llegar a tener descripción. Ese amargo sabor de la derrota, para más inri, se acentúa cuando te das cuenta de que tu verdugo nunca había marcado un doblete en toda su carrera. Entonces piensas: “Dichoso Joe Bryan, ¿por qué a mí?”. Complicado es encontrar una respuesta para esa pregunta. Pero para dar con ella, solo hace falta echar la vista atrás unas semanas. 

Oportunidades al limbo 

El tren hacia la Premier League pasó, 73 años después de su última estancia en la élite, por Braemar Road en un par de ocasiones antes del playoff. El conjunto de Griffin Park regresó del confinamiento a toda mecha. Su cometido era claro: el ascenso directo. Tocaba meter quinta. En las siete primeras jornadas tras la vuelta a la competición, los ‘Bees’ lograron un pleno de victorias, encajando además solo dos tantos. La diferencia con el West Brom se había visto reducida de diez puntos a uno en poco más de tres semanas. La promoción directa estaba al alcance de sus manos. Solo quedaban dos fechas. 

El primer ‘match-ball’ tendría lugar en el Bet365 Stadium. Los muchachos de Thomas Frank visitaban a un Stoke City que había vagado durante toda la temporada por los puestos bajos de la tabla. Ya sabían que los ‘Baggies’ habían perdido 2-1 en Huddersfield. Era la oportunidad perfecta para dejarlos en la cuneta. Pero, de repente, todo se torció. Los ‘Potters’ encendieron las luces de la discoteca y derrotaron al Brentford de manera muy meritoria, secando al mejor ataque de la Championship y dejando su puerta a cero con una actuación estelar del guardameta Adam Davies. 

“Debemos salir de aquí con la cabeza alta. Tenemos un partido muy importante el miércoles. Hoy hemos perdido, pero eso ya es pasado. Hoy los chicos deben dormir bien y descansar para preparar el último encuentro de liga”, sostuvo Thomas Frank tras el choque en Stoke-on-Trent. Perder no estaba entre sus planes, pero no había tiempo para lamentarse. Todavía se guardaban un resquicio para la última jornada. 

Con la esperanza de despedir con honores Griffin Park, los ‘Bees’ recibían a un Barnsley que debía agarrarse a un clavo ardiendo —y a la deducción de puntos del Wigan— para salvar la categoría. Tras empezar de nuevo por debajo en el marcador, un tanto de Dasilva a falta de un cuarto de hora permitía soñar a los aficionados del Brentford, que, desde sus casas, sabían que el West Brom también empataba ante el QPR. Con inercia de remontada, el equipo continuó generando ocasiones y, en una de ellas, Benrahma mandó un centro exquisito al segundo palo que el goleador Ollie Watkins, imparable durante todo el curso, desperdició con estrépito. Frank no podía creer cuando, minutos después, el Barnsley les hacía un gol letal en el tiempo de descuento. “El fútbol es un 80% de sufrimiento y un 20% de alegría. Ahora mismo todo es duro, pero esto es fútbol y así es la vida”, lamentó el míster tras quedarse fuera del ascenso directo. 

Daños colaterales en el bolsillo 

En los prolegómenos de la final de la promoción de ascenso a la Premier League, al partido le surgió entre la multitud un apelativo que no estaría exento de razón: “La final de los 170 millones”. Y es que esta cifra sería la que acabaría llevándose al bolsillo el equipo que consiguiera el tercer puesto de ascenso, que esta temporada ha sido para el Fulham FC. 

El premio se reparte de manera que, íntegramente, el recién ascendido perciba una cantidad fija de 100 millones de libras, ya que “va a estar entre los tres o cuatro últimos clubes en términos de repartos televisivos”, según explicó a iNews Kieran Maguire, experto en finanzas del fútbol. A estos ingresos se les sumaría un pago garantizado de un mínimo de dos años como ayuda en caso de descenso, equivalente a un total de 70 millones de libras. 

En este aspecto, el Brentford FC hubiese obtenido un beneficio mayor, ya que, al no haber estado nunca en la Premier League, no ha recibido esas ayudas por descenso. Los ‘Cottagers’, por el contrario, ya recibieron una cantidad de en torno a 41 millones de libras tras descender la temporada pasada. Ahí la diferencia. 

Talentos a la fuga 

El prestigioso proyecto de los ‘Bees’ ha ido tomando forma gracias a la llegada de varios jugadores de calidad. Los Mbeumo, Benrahma y Watkins han formado una tripleta ofensiva de ensueño, bautizada como la ‘BMW’, que ha logrado unas cifras de récord en la Championship, anotando 59 goles entre los tres. Varios equipos de la Premier League han puesto sus ojos en el tridente de Griffin Park. Y todo apunta a que la temporada que viene no seguirán en la categoría de plata del fútbol inglés. 

El caso más significativo es el del punta, Ollie Watkins. Según BBC Sport, existe una cláusula en su contrato que permite al jugador, en el caso ya confirmado de no ascender, abandonar la disciplina del Brentford por un total de 18 millones de libras. Precio de ganga para un futbolista que ha sido capaz de generar 28 tantos (26 marcados y 2 asistidos) en 49 partidos de la siempre complicada Championship. 

El cuadro de Thomas Frank se enfrenta a una fuga de talentos derivada de la falta de contundencia en las citas clave. No aprovechar las oportunidades conlleva sus respectivos lamentos. Nunca fue buena opción dejar las tareas para última hora. El año que viene, a los ‘Bees’ les va a tocar repetir curso.

Sobre el autor

Mario García