2 – Liverpool: Karius; Clyne, Matip, Lovren (Klavan, 46), Milner; Lallana, Henderson, Wijnaldum; Mané, Origi, Firmino.
2 – West Ham: Randolph; Cresswell, Ogbonna, Reid, Nordtveit; Obiang, Noble, Payet, Lanzini (Fernandes, 78), Antonio; Ayew (Carroll, 63).
GOLES: 1-0, m.4: Lallana. 1-1, m.27: Payet. 1-2, m.40: Antonio. 2-2, m.48: Randolph.
Bien pronto iba a sacudir el avispero el Liverpool, ya que una preciosa combinación a la contra entre Sadio Mané, Divock Origi, y Roberto Firmino iba a acabar en gol gracias a la definición de Adam Lallana desde el área.
Intentaba rehacerse el West Ham, y pudo hacerlo un puñado minutos después del gol, pero el balón largo de Winston Reid a la espalda de la defensa no conseguiría capitalizarlo Michail Antonio. Tras la ocasión, el partido entró en un profundo letargo ya que a unos imprecisos Hammers se le sumó un conservador Liverpool.
Todo iba a cambiar rebasado el ecuador de la primera mitad, cuando Dimitri Payet volvía a hacer de las suyas y anotaba una falta directa con mucha comba que dejó estéril la estirada de Loris Karius. Los Reds quedaron conmocionados y con la defensa tiritando de pánico, lo que se culminó en el minuto cuarenta cuando Michail Antonio aprovechaba la indecisión de la zaga para anotar con sutileza ante la salida del cancerbero.
La remontada espoleó a los de Jurgen Klopp, que en la recta final de la primera parte pudieron ecualizar de nuevo, pero ni el cabezazo de Firmino ni el de Joel Matip besaron las redes defendidas por Darren Randolph, con lo que Mark Clattenburg señaló el camino a los vestuarios.
La alegría le iba a durar muy poco a los capitalinos. Solo tres minutos después de la reanudación la endeblez defensiva de los de Slaven Bilic permitía centrar a Mane y la salida en falso de Randolph ponía en bandeja de plata el gol para Origi. Y de puro milagro no se adelantaron los de orillas del río Mersey, ya que un par de minutos después del gol Georgino Wijnaldum no embocaba desde la frontal por centímetros.
Los muchachos de Klopp apretaban como si no hubiera un mañana. Pese a ello, André Ayew dispuso de una clara ocasión para silenciar medio Liverpool, pero su testarazo en plancha no tuvo puntería. Fue la única ocasión reseñable para los del este de Londres en el complemento.
La última media hora fue un acoso y derribo de los de rojo ante unos Hammers que se defendían como gato panza arriba, acumulando jugadores detrás de su línea de tres cuartos para paliar su déficit defensivo.
Wijnaldum lo intentó desde un costado, Jordan Henderson probó suerte con un zapatazo lejano que se habría colado por la escuadra de no ser por el vuelo sin motor de Randolph, y Nathaniel Clyne pegó desde la frontal tras una buena jugada de equipo, pero ninguno batió al portero irlandés en las tres ocasiones más clamorosas que dispuso el Liverpool, acabando el partido con un empate a dos que posiblemente no sirva a ninguno de los dos equipos, pero que dejó frustrados a los Reds y bastante satisfechos a los del West Ham.