Carlos Ortigosa

El Liverpool reina en un partido apoteósico

La locura se apoderó del Emirates Stadium, donde el Liverpool dio un golpe sobre la mesa goleando a un Arsenal que, cuando parecía que iba a ser humillado, reaccionó hasta casi empatar el partido. Philippe Coutinho fue clave en la consecución de la victoria, mientras que los Gunners no pudieron hacer frente a las bajas en el equipo.

3 – Arsenal: Cech, Bellerín, Holding, Chambers, Monreal, Elneny (Xhaka, m.66), Coquelin, Ramsey (Cazorla, m.61), Iwobi (Oxlade-Chamberlain, m.59), Walcott, Sánchez.

4 – Liverpool: Mignolet, Clyne, Lovren, Klavan, Moreno, Lallana (Origi, m.75), Henderson, Wijnaldum (Stewart, m.87), Mané, Coutinho (Can, m.69), Firmino.

Goles: 1-0, m.30: Walcott. 1-1, m.45+1: Coutinho. 1-2, m.48: Lallana. 1-3, m.55: Coutinho. 1-4, m.62: Mané. 2-4, m.63: Oxlade-Chamberlain. 3-4, m.74: Chambers. 

El siempre caprichoso calendario deparó un apetecible choque entre Arsenal y Liverpool para la primera jornada de liga. De este modo, dos de los históricos colosos del fútbol inglés se veían las caras a las primeras de cambio, al comienzo de una temporada en la que ambos conservan el sempiterno objetivo de volver a alcanzar la gloria. Arsène Wenger comienza su último año de contrato y el poco novedoso hartazgo de un amplio sector de los aficionados ejerce a modo de presión para, de una vez por todas, intentar regresar a la cima de la Premier League, algo que los Gunners no logran desde el año 2004. El Liverpool, en horas algo más bajas, afronta una ilusionante nueva campaña con el equipo en manos de Jürgen Klopp, que ha confeccionado una plantilla a su gusto a lo largo del verano y que tratará de brindar a los aficionados el primer título liguero desde el cambio de formato en 1992.

El Arsenal llegaba al inicio de curso muy diezmado, con bajas en todas las zonas del campo. Una pareja de centrales inédita formada por Calum Chambers y Rob Holding –debutante en Premier League-, un centro del campo de contención con Francis Coquelin y Mohamed Elneny –lo cual relegó a Granit Xhaqa al banquillo-, y la entrada de Alex Iwobi y Theo Walcott por las bajas de Mesut Özil y Olivier Giroud, complicaron las cosas desde el principio a los Gunners. Jürgen Klopp, por su parte, optó por un once de carácter ofensivo -con la ausencia de Daniel Sturridge por lesión-, y alineó a Georginio Wijnaldum y Adam Lallana junto a Jordan Henderson, dejando así a Emre Can fuera del once titular. En la zona de ataque, salieron de inicio Sadio Mané, Philippe Coutinho y Roberto Firmino.

Al partido le costó arrancar. La primera media hora consistió en un intercambio de golpes sin malicia ofensiva en el que los visitantes trataban de buscar a sus hombres de velocidad en ataque, si bien Coutinho estaba desaparecido en combate; y los locales combinaban y se acercaban algo más al área rival gracias a la labor de futbolistas como Iwobi, Alexis Sánchez y, sobre todo, Aaron Ramsey. El Arsenal echó de menos a un ‘nueve’ como Giroud o Danny Welbeck, ya que ni el futbolista chileno ni Walcott pudieron servir de referencia para los hombres de creación. El partido cambió radicalmente, como tantas otras veces, gracias a sendos errores de Alberto Moreno. A pocos minutos de llegar a la media hora de juego, el lateral sevillano cometió un error garrafal y en un intento de despeje en el pico del área, midió mal y trabó sus piernas con las de Theo Walcott, provocando un claro penalti. Por suerte para los Reds, el extremo londinense, encargado de patear la pena máxima, se encontró en su disparo con un agudo Simon Mignolet. Sin embargo, en una jugada de inercia tras errar el penalti, el Arsenal asedió con velocidad y hombres el campo del Liverpool y Walcott se encontró solo en el área a causa de un nuevo error en la cobertura de Alberto Moreno. Esta vez, el inglés ajustó un disparo raso al palo derecho de Mignolet, y adelantó a los Gunners.

El Liverpool despertó tímidamente tras el gol, aunque su liviana reacción coincidió con un tramo en que el conjunto local no puso en peligro a los hombres de Klopp. Una de las pocas ocasiones para el equipo de Anfield llegó en un error en la entrega de Chambers que desembocó en un disparo de Wijnaldum a las manos de Petr Cech. Una discreta primera mitad agonizaba, cuando los Reds salvaron los muebles gracias a un gran gol de Coutinho en una falta directa. El partido se fue al descanso con tablas en el marcador, sin que ningún equipo hubiera hecho méritos para llevarse una ventaja a los vestuarios.

Ningún aficionado preveía, cuando se puso en marcha la segunda mitad, la locura que estaba a punto de apoderarse del Emirates Stadium. Recién reanudado el partido, el Liverpool ofreció una imagen muy mejorada con respecto al primer tiempo y pronto culminó la remontada. Coutinho ofreció un excelso pase al área a Wijnaldum, que centró para que controlara Adam Lallana y este definió de forma efectiva. Lejos de reaccionar al segundo tanto, el Arsenal sufrió sobremanera en los minutos posteriores, y se dejó dominar por unos Reds que vieron la oportunidad de sangrar a los de Wenger. El conjunto de Klopp comenzaba a ejecutar el fútbol que caracteriza al entrenador germano: presión intensa cuando el rival tiene el balón, y largas jugadas con pases rápidos. En una de estas infinitas posesiones, Nathaniel Clyne colgó un balón al área, apareció Coutinho y volvió a demostrar que es un jugador decisivo ampliando la ventaja de los suyos. Era una tarde para olvidar en el Emirates, y la situación empeoró cuando Iwobi y Ramsey tuvieron que retirarse por lesión. Wenger, que de todas formas habría tenido que efectuar cambios, dio entrada a Alex Oxlade-Chamberlain y Santi Cazorla para buscar la reacción. Una reacción que no llegó. Sadio Mané, en una de sus fugaces incursiones, corrió la banda, cayó al área y definió con la pierna izquierda a la escuadra de Cech.

La humillación era ya palpable, pero sin tiempo para saborearla, el recién entrado Oxlade-Chamberlain, con más corazón que técnica, recortó las distancias. Fue entonces cuando Wenger, viendo posible la remontada, hizo debutar al flamante fichaje Granit Xhaka y retiró a un desaparecido Elneny. El ritmo frenético del partido provocó, minutos después, que el mejor hombre del encuentro, Coutinho, sufriera un tirón en una carrera. Klopp optó por dar entrada en su lugar a Emre Can, con el objetivo de dominar el centro del campo y dormir el partido. Sin embargo, en este tramo llegó la mejor versión del Arsenal en la segunda parte, y un arreón propició la jugada a balón parado que culminó en el 3-4 de Calum Chambers. La victoria peligraba para los hombres del Merseyside. Jürgen Klopp, visiblemente decepcionado con la gestión del resultado por parte de sus jugadores, hizo entrar a Divock Origi en el lugar de Lallana para intentar aprovechar los huecos que dejarían los rivales en defensa en la recta final del encuentro. El tercer cambio fue de carácter puramente defensivo, con la entrada del joven Kevin Stewart, que sustituyó a Wijnaldum.

El asedio final que se esperaba por parte de los Gunners no llegó, y las pocas aproximaciones que tuvieron lugar en los compases finales fueron desaprovechadas por errores de los propios jugadores del equipo londinense. El Liverpool, de esta forma, rubrica su primera victoria de la temporada, tres puntos de gran importancia al tratarse de un choque contra un rival directo. Los de Klopp visitarán Turf Moor para medirse al Burnley la próxima jornada, mientras que el Arsenal llegará necesitado al estadio del vigente campeón, el Leicester City.

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Carlos Ortigosa