Andrés Weiss

El Newport County, los exiliados del fútbol

Cien años cambian mucho en la historia de un club de fútbol, aunque el lugar pueda acabar siendo el mismo. Pues siguen en la misma ciudad, con el mismo nombre, y están a punto de alcanzar el nivel en el que comenzaron. Saber sufrir, saber vivir en el exilio, es lo que ha mantenido con vida al club.

 

 

Entiéndase el término exiliado como la calificación de una persona que se ha visto obligada a abandonar su lugar de origen, y a encontrarse a sí mismo en la vida en otro lugar. En la actualidad, es un concepto que ha ganado mayor fuerza en el panorama geopolítico internacional, pero que lleva ya muy presente en cualquier ámbito de la historia. Abandonar tu hogar futbolístico, tu nombre y a veces incluso tu ciudad es un triste acontecimiento que ya se ha repetido demasiadas veces en los últimos años. Dejar el estadio es el primer paso para acabar abandonando tu identidad original. Por ello, lidiar con este trágico suceso es la parte más importante del luto futbolístico. Siendo el Newport County el mejor ejemplo de ello.

Tras más de 75 años de vida, el Newport County dejó de “existir” el 27 de febrero de 1989. Al menos, en el terreno de lo práctico y lo legal. Pues sus aficionados, que dirigen el club a día de hoy, decidieron que esto iba a ser un mero paréntesis en su prolongada historia de vida, re-fundando el equipo en junio de ese mismo año como Newport AFC. A pesar de portar un nombre distinto, el consejo de Newport consideró a esta nueva rama del club como una continuación de la entidad que había quebrado con anterioridad, prohibiéndoles jugar en Somerton Park debido a las deudas contraídas en el pasado con la renta. Así fue como acabaron jugando a más de 100 kilómetros de distancia de Newport, en la ciudad de Moreton-in-Marsh, un pueblo de Gloucestershire que apenas alcanza los 4 mil habitantes.

Volvieron a su hogar original poco tiempo después, pero acabaron siendo “expulsados” de manera definitiva en 1992. El motivo por el que decidieron tomar el apodo de “exiles”, exiliados, que todavía hoy lucen con orgullo en su escudo. Aunque volvieron a tener un campo propio, aunque volvieron a jugar como locales en Newport, su ciudad, y aunque volvieron a denominarse como Newport County, siempre recordarán de esta manera el que fue su primer y único estadio desde 1912. Momento en que fue fundado el club, entrando 8 años después en el circuito de ligas futbolísticas del país. Es decir, hace 100 años.

Los protagonistas destacados de un curso histórico

La temporada 2020/21, complicada para cualquier equipo de fútbol del planeta -a no ser que haya una ayuda financiera foránea sin rastrear, que es posible-, es la temporada nº 100 en la que el Newport County AFC aparece en una liga de fútbol. Es una temporada, como se puede intuir, importante. Y hasta el momento han conseguido estar a la altura.

Tras 9 jornadas de competición ostentan la plaza de líderes de League Two en solitario, con un único encuentro perdido, ante el Cambridge United -segundos-, 15 goles a favor y únicamente 6 en contra. En League Two ascienden tres conjuntos de manera directa, y aunque aún queda mucho terreno que recorrer, lo normal sería que estuvieran en alguno de esos tres puestos a final de temporada. Sin contar, por supuesto, con debacles relacionadas o no con esta pandemia innombrable que nos asola.

Y este éxito momentáneo se debe, como siempre, a sus protagonistas.

Fuera del campo, sentado en el banquillo, se encuentra el primer nombre propio de este club. Él es Michael Flynn. Oriundo de Newport, debutante futbolístico de Newport, y exiliado de la primera plantilla del Newport en demasiadas ocasiones -ha jugado en etapas distintas en el club-, es ahora el encargado de llevar este proyecto a buen puerto. Cogió el timón en 2017 -su mujer no estaba a favor de ello-, lo salvó con una victoria en la última jornada, y desde entonces han progresado bastante. En dos años pasaron de 11º a 7º, finalizando el pasado curso en 14º posición. Aunque esta pequeña debacle fuera solo un espejismo y ahora marchen como el mejor conjunto de la cuarta división inglesa. A unos meses de distancia de volver al tercer escalón del fútbol profesional inglés, en el que no están desde el año 87.

Sobre el tapete verde, donde la magia tiene lugar, hay también historias que no dejan indiferente a nadie. Porque al igual que el propio club, la plantilla está formada por absolutos exiliados futbolísticos.

Este es el caso de Mickey Demetriou. Un inglés de ascendencia chipriota que tiene una trayectoria inigualable. Después de jugar en Non League llegó a las filas del “Jerez Industrial”, de la Primera Andaluza, antes de volver a Inglaterra a jugar en Conference, en 2011. Tres años después llegó al fútbol profesional de la mano del Shrewsbury Town. Alcanzando el 9 de abril de 2016 la cima de su carrera con los Shrews. En un mismo partido sufrió una rotura de ligamentos en el minuto 10, y siguió jugando, acabando como “portero de emergencia” tras la expulsión de su portero por cometer un penalti en el 89. Aunque no lo detuvo, dio igual, pues ya iban 2 a 1 abajo en el marcador. No jugó más aquella temporada, le dejaron libre, y en la pretemporada de aquel mismo año se rompió un dedo del pie. En enero de 2017 le fichó el Newport County, y lo ha jugado todo.

Otra persona con un comienzo de carrera complicado es Pádraig Amond, máximo goleador del equipo la temporada pasada. Su nombre, que puede parecer un pseudónimo a primera vista, es real. El que utilizó en 2006 para que no le pillaran diversificando su talento, no tanto. Y es que en sus tiempos de juventud, en su Irlanda natal, Pádraig era un gran jugador de fútbol, al igual que de hurling (una variante del fútbol gaélico). Lo que le obligó a usar el nombre de Brendan Amond cuando aparecía en los panfletos del Shamrock Rovers (fútbol). Esta doble vida de espía le duró poco, pues pronto salió una foto suya en un periódico local, y acabó dejando el hurling. 11 años después de aquello, y habiendo pasado por equipos irlandeses, ingleses, e incluso portugueses, llegó al Newport County, y no ha dejado de perforar redes rivales desde entonces.

Redes protegidas en el Newport County, cuando tiene la oportunidad de saltar al campo, por Tom King. Otro producto de vagabundear, en el mejor sentido de la palabra, por equipos de Non League, para acabar encontrando tu sitio. Crecido en Gibraltar -podía haber sido convocado en su momento-, primero tuvo una etapa fructífera en el Welling United, y finalmente una segunda en el Braintree Town. Donde fue parte de uno de los mayores escándalos de la historia del fútbol no-profesional en Inglaterra, acontecido el 27 de febrero de 2016.

Aquel día se enfrentaban al Guiseley. Con el 1-0 a favor de los de King, un jugador rival se lesiona, y ellos lanzan el balón fuera en honor al “fair play”. Y cuando el juego se vuelve a poner en marcha, Oliver Norburn, jugador del Guiseley, lanza a portería desde fuera del área. King, que en ese momento creía que el gol sería anulado, deja pasar el balón. En ese momento, se genera un altercado terrible sobre el terreno de juego, y el partido está parado durante 5 minutos. Y cuando se vuelve a poner en marcha, el entrenador rival se niega a dejarles marcar. Y el partido acaba 1-1. Al final del curso el Braintree estaría a punto de ascender, pero acaba perdiendo en la semifinal del playoff. En 2019 ficharía por el Newport.

Robbie Willmott es la última persona a destacar, sobre todo por lo extraño que fue el comienzo de su carrera, aunque no es el último que tenga algo que contar de la plantilla. Scot Bennett, o Kyle Howkins, también han sufrido de lo lindo. Pero lo de Willmott es diferente. Lo de Willmott es contradictorio.

Después de llegar a la academia del Cambridge United en 2006, y a partir de 2008 empezó a ser un habitual en las alineaciones del primer equipo. En verano de 2010, y con el club tratando de entrar en la Football League, dos jugadores importantes abandonaron el equipo en dirección al Luton Town. En declaraciones para BBC, se mostró molesto por su marcha, admitiendo que no le importaba que se fueran jugadores que no iban a dar el 100% por los U’s. Estaba dolido. En enero de 2011, fue vendido por apenas 60 mil libras al propio Luton Town. En julio de 2012 volvió al Cambridge United. Más tarde acabaría llegando al Newport County, con muchos “tumbos” por el medio.

Porque si algo caracteriza al Newport County AFC, es que saben dar vueltas y vueltas, rodeos sin aparente rumbo fijo, para así encontrar el camino que les lleve a donde quieren llegar. En definitiva, están formados por exiliados, y ya llevan mucho tiempo fuera del lugar que -en teoría- les pertenece. Exiliados, por tanto, del tercer nivel del fútbol inglés. El mismo nivel que ellos ayudaron a crear en 1920. Y no hay nada más bonito que cerrar un círculo perfecto.

 

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