Andrés Weiss

El Oasis futbolístico de Conor Gallagher

No es de Manchester, no tiene una mala relación con sus hermanos y además es un rubio que juega muy bien al fútbol. Pero el lugar que ha encontrado en su fútbol después de varias salidas a divisiones inferiores está a la altura de algunas canciones de la mejor banda británica de los últimos años.

El apellido Gallagher, de origen irlandés, va atado irremediablemente al destino musical que Liam y Noel decidieron imprimirle. Es por ello que escuchar su nombre evoca acordes y melodías dispares, y te hace pensar en quién es ese muro maravilloso que te rescata en tu peor momento, o en la importancia de saber dejar de mirar hacia atrás, y pasar página. Pero hay una canción que sirve para contextos incluso más concretos. Más precisos. “Go let it out”, una creación de la banda que ha cumplido este año 20 vueltas al sol, es un tema apropiado para el momento que está viviendo Conor Gallagher en su vida. Tras varias cesiones en divisiones inferiores, ahora ha encontrado su sitio en la Premier League en el West Bromwich Albion, y está dejando salir todo el fútbol que tiene dentro.

El Gallagher menos Gallagher de todos, un rubio oriundo de Londres, del Chelsea de toda la vida, y con una muy buena relación con sus hermanos -compartiendo todos ellos profesión, aspecto común con los de Manchester- representa a la perfección la portada del single, que muestra a los miembros del grupo, despreocupados, disfrutando con un balón en sus pies. El contexto compositora del grupo británico es una historia contada de nuevo con el menor de los Gallagher del sur, que después de varias salidas está triunfando -una vez más, si hablamos de música- y siendo noticia semana tras semana. Aunque ya lleve en la cresta de su ola, mediática o no, mucho tiempo.

Del Chelsea de “corazón”

Lee y Samantha Gallagher, padres de Jake, Josh, Dan y Conor, siempre se han esforzado para que sus hijos pudieran tener varias opciones a su disposición, recursos para evolucionar. Desde forzarlos, de alguna manera, a estar siempre involucrados en más de un deporte -desde el rugby hasta el karate pasando por el tenis y el fútbol, obviamente- hasta facilitarles espacio en el jardín de su casa en Great Bookham para entrenar, con porterías de distintos tamaños a lo largo de los años. Llegando a hacerse con una de metal de tamaño reglamentario profesional. Al parecer las de plástico las rompían fácilmente.

Los tres hermanos mayores de Conor pasaron por categorías inferiores de equipos como Fulham o Wimbledon, y ahora están involucrados -como jugadores o entrenadores- con el Dorking Wanderers, de la National League South, la sexta división a efectos numéricos de Inglaterra. Dorking, por cierto, es una ciudad del condado de Surrey, al sur de Londres, está muy cerca de Epsom, parte del Área Metropolitano de la capital inglesa. Y que además de ser la localidad natal de Gallagher, alberga la carrera de Caballos más conocida de Inglaterra. The Derby Day, como se le llama coloquialmente.

Allí nace Conor Gallagher el 6 de febrero de 2000, un día antes de que Go Let It Out vea la luz en todo el mundo. Casi como si estuviera premonizado, preparado de esta manera por el universo para unir sus vidas sin posibilidad de separar lo que una dice y lo que el otro hace. Y allí crece jugando en los Epsom Eagles, junto a Reece James y Alfie Doughty. Hasta que alrededor de los 9 años el Chelsea se fija en él, y le recluta para la Academia. Donde va desarrollándose junto a otros jóvenes extremadamente prometedores como Fikayo Tomori, Rhian Webster -que a los 14 se fue al Liverpool-, el propio Reece James, Tammy Abraham, Mason Mount o incluso Declan Rice -que a los 15 se fue al West Ham-. Fue evolucionando, aprendiendo a perfeccionar su dominio del balón, y apareciendo incluso en muy variadas posiciones. Desde los laterales, hasta el portero, incluyendo por supuesto el centro del campo. Donde se acaba asentando. 

Tras sufrir debido a la tensión de sus rodillas, un mal terrible de la adolescencia cuando tu cuerpo empieza a cambiar y crecer, el Chelsea acaba por darle un lugar en su plantel U18. El momento en que se asienta, empieza a jugar con regularidad y brillantez, y continúa despertando sensaciones y pasiones allá por donde pasa. Para el verano de 2017 ha ganado ya la Premier League U18 a nivel nacional y la FA Youth Cup, y él ha tomado un rol importante en ese éxito. 

Lo que provoca que Steve Cooper, que será a la postre su entrenador en el Swansea, y entonces se encarga de Inglaterra U17, le convoque para el Mundial U17 que se va a celebrar en la India. Mundial que acaba ganando la selección inglesa, con una participación testimonial de Gallagher en la final, pero formando parte del combinado. Cuando hay que estar, está. Y eso es lo que importa.

La siguiente campaña, la 17/18, es capitán y titular indiscutible, deja 7 goles y 1 asistencia, y acaba repitiendo éxito en Liga, en la Premier Cup, y siendo subcampeones de la UEFA Youth League. Un rendimiento sobresaliente que le vale un puesto en la plantilla del U23 para el curso 2018/19, una extensión de contrato que le ata a la disciplina Blue hasta verano de 2021, y la convocatoria con Inglaterra U19 en la Eurocopa que se celebra en Finlandia. Donde se comienza a mascar un atisbo de tragedia.


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Conor Gallagher marcando su primer gol como Baggie. / West Bromwich Albion


En los entrenamientos empieza a sentir cómo su corazón va extremadamente rápido. Y decide no darle importancia. Seguir. Craso error. Acaba la Euro sin jugar mucho -gracias a Dios, todo sea dicho, por lo que habría podido pasar- y empieza la pretemporada con el Chelsea de Maurizio Sarri. En la primera sesión de entrenamiento vuelve a tener la misma sensación, con el agravante del fuerte mareo que empieza a sentir conforme avanzan los minutos, abandonando finalmente el campo, y comenzando todo un cúmulo de pruebas, radiografías y demás análisis. El diagnóstico final es que tiene una arritmia, que no gusta a los médicos, y que debe ser operada. Está 45 minutos bajo anestesia, y llega a oír por los médicos que hay un 3% de posibilidades de que la cirugía no solucione el problema. Prefiere no pensar en ello. Finalmente, se acaba solucionando, y tiene que estar dos meses parado recuperándose en el post-operatorio. Y en cuanto vuelve a jugar, en septiembre de 2018, no para de seguir creciendo.

En 12 partidos como titular acumula 4 goles y 3 asistencias, llega a ser convocado para la Final de la Europa League que disputa el Chelsea ante el Arsenal en Bakú, y se lleva una medalla de campeón por ir simplemente con toda la expedición. A mayores, se le nombra Academy Player of the Year -un éxito brutal para haber vivido una operación de corazón-. Para añadir énfasis a su logro, los dos anteriores en recibir el premio de la Academia han sido Reece James y Mason Mount. Indiscutibles con Frankie. Casi nada. Así queda confirmado que está ya para dar el paso al fútbol profesional, y así es como aparece el Charlton Athletic. De todas las opciones que tiene ante sí, tras hacer la pretemporada con Lampard en el Chelsea, que es su ídolo de infancia -comparten rasgos futbolísticos-, escoge a los Addicks por su cercanía con su hogar, con su familia, y por los minutos de los que va a disfrutar. Lo que fue, a todas luces, una decisión muy inteligente.

En su segundo encuentro ya es titular, y marca un gol, y nadie le saca del once inicial hasta que el propio conjunto Blue le reclama, y le arrastra de vuelta a Stamford Bridge. Bajo las órdenes de Lee Bowyer juega 25 encuentros como titular de manera consecutiva, debiendo tenerse en cuenta la agotable dinámica de domingo-lunes-domingo que hay en Championship. Completa los 90 minutos en 23 de estos 25 partidos, y aporta 6 goles y 2 asistencias al buen hacer del equipo. La rumorología que le une al Burnley y al Norwich en enero de este mismo año le hace volver a la dinámica del primer equipo, y una semana después de su último partido con su anterior equipo está debutando, como titular, en el Swansea. Allí se une a su ex-compañero de Academia Brewster, junto al que pelea por el ascenso a Premier League. Con el que debuta en Gales ante su afición en enero, y al que da la asistencia de su primer gol como futbolista profesional.

Esto le vale diversas oportunidades en Premier League como cedido este verano, y llega a pasar las pruebas médicas con el Crystal Palace, que acaba apostando por Michy Batshuayi -cero goles, ocho partidos-, recalando finalmente en el West Bromwich Albion de Slaven Bilic, presumiblemente por poco tiempo. Nuevamente se ha asentado como titular, como goleador de Premier League, volviendo a demostrarle al mundo, a Lampard y a sí mismo que da igual el reto que se le plantee, que él lo va a superar. 

Desempeñando un rol de box-to-box “de los de antes” -lo que le gusta considerarse-, y cuenta con un buen conocimiento del juego, teniendo una buena colocación defensiva. Su carisma debe ser digno de orgullo por parte de Frank Lampard, y su buen golpeo raso -importante recalcarlo- desde fuera del área también. No hay dudas de que cuenta con una magnífica capacidad para llegar a pisar área rival. Queda claro, por tanto, que jornada tras jornada le hace un pulso al Chelsea sin que ellos lo sepan, ganándose más y más la oportunidad de pelear por un puesto en la rotación del primer equipo. Tiene que mejorar cosas, por supuesto, como la forma en que encara el 1 contra 1 defensivo, siendo superado en bastantes ocasiones, driblado en más de 3 situaciones por partido.

Es cierto que ante el Crystal Palace se vio superado. Y ante gran parte de la Premier League le sucederá igual. Pero eso no es cuestión suya. Eso es una consecuencia directa de la dinámica del equipo. Lo que importa es que ya se ha asentado como titular en el máximo nivel del fútbol inglés. Que ya lleva dos tantos, y que a través de buscarse una escapada momentánea del Chelsea, y dejar salir el fútbol que lleva dentro, va camino de convertirse en todo un “hit” de la cultura pop inglesa, y de la afición de Stamford Bridge. “Go let it out”, Conor, que fuera de la zona de confort es donde uno se encuentra como en casa.

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