El Liverpool regresa a los cuartos de final de la Champions League nueve años después. El insulso empate a cero en Anfield ante el Oporto fue suficiente para hacer bueno el contundente 0-5 de la ida en Portugal, donde la eliminatoria quedó vista para sentencia. Los Reds, en plena lucha por el subcampeonato de la Premier League y con todas las opciones abiertas en la máxima competición continental, caminan con paso firme arrastrados por un trío letal.
Es difícil encontrar en Inglaterra ahora mismo a un tridente ofensivo más en forma que el de los Reds. A pesar de su marcha imparable en la Premier League, el trío del Manchester City, formado por Raheem Sterling, Leroy Sané y Sergio Agüero totaliza actualmente 62 goles, a pesar de los 30 del argentino y la excelente forma goleadora del extremo inglés, que ya cuenta 20 en la que está siendo la mejor temporada de su carrera. Aunque Mauricio Pochettino no juega propiamente con delantero y dos extremos, el trío formado por Harry Kane, Dele Alli y Christian Eriksen, los tres jugadores más decisivos de los Spurs, suman tan solo 54 a pesar de los 35 de Kane. Mucho más lejos quedan Manchester United (entre Romelu Lukaku, Anthony Martial y Jesse Lingard suman 47) y Chelsea (Eden Hazard, Willian y Morata suman 39).
Tampoco en Europa hay muchos ataques comparables al del Liverpool. Entre los equipos que han alcanzado los octavos de final de la Champions League, solo el Paris Saint-Germain tiene un tridente que supere los 68 goles de Mané, Firmino y Salah. Entre Neymar, Kylian Mbappé y Edinson Cavani han sumado esta temporada 71 tantos, aunque conviene recordar que no es lo mismo competir en Ligue 1 que en la Premier League. Bajo la batuta de Ernesto Valverde, el Barça ha dejado atrás su tradicional 4-3-3 para abrazar una variante del 4-4-2 (o 4-1-3-2) con Luis Suárez y Leo Messi en punta. Entre los dos delanteros sudamericanos suman este curso 55 goles. Los culés son, junto con el PSG, los dos únicos equipos que podrían disputarle al Liverpool la oficiosa etiqueta de ataque más en forma de Europa. El Real Madrid (Karim Benzema, Gareth Bale, Cristiano Ronaldo) suma 50, mientras que el Bayern de Múnich (Robert Lewandowski, Thomas Muller, Kingsley Coman) está en 46 y la Juventus (Paulo Dybala, Gonzalo Higuaín, Mario Mandzukic) en 45.
El presente ataque del Liverpool tiene argumentos para presentarse como el más letal del club en toda la era Premier. Los 68 goles del tridente actual ya ha superado los 65 que anotaron Raheem Sterling (10), Daniel Sturridge (24) y Luis Suárez (31) en la temporada 2013-14 cuando el equipo de Brendan Rodgers se quedó a las puertas de conquistar su primera Premier League. Aquel equipo marcó 101 goles en liga, la única ocasión que los Reds han superado el centenar en Premier League. El actual equipo de Jürgen Klopp suma ya 67 y va camino de superar los 78 del curso pasado, la segunda mejor cifra después de los 101 de 2013-14.
La temporada pasada, Mohamed Salah, Sadio Mané y Roberto Firmino sumaron 44 goles entre todas las competiciones. El egipcio, todavía en la Roma, fue el máximo goleador de los tres con 19 tantos, mientras que Mané se quedó en 13 y Firmino en 12. Los tres han superado ya esas cifras personales cuando quedan nueve jornadas de liga más cuartos de Champions League. ¿Dónde radica el secreto de esa triple mejoría?
A pesar de su reputación, Roberto Firmino ha ofrecido un rendimiento goleador aceptable desde el primer minuto en Anfield: en sus tres temporadas ha superado la decena de goles en liga (10, 11 y 13 ya en este curso). Números correctos aunque no deslumbrantes para un delantero centro que compensa con una cifra asombrosamente alta de asistencias para un jugador que ocupa la punta de ataque (7 por temporada). A efectos comparativos, sus 21 asistencias en estas últimas tres temporadas contrastan con las 10 de Harry Kane en el mismo periodo o las 11 de Sergio Agüero. Firmino es un delantero-asistente y así se le debe juzgar.
Su mejoría goleadora esta temporada no obedece tanto a un aumento de su precisión ante portería como a la mejoría colectiva del Liverpool. En sus dos temporadas anteriores, la mayoría de sus disparos a portería se produjeron desde fuera del área o dentro del área de penalti. Pero solo 7 de sus 163 disparos en las temporadas 2015-16 y 2016-17 se produjeron desde el área pequeña, donde un delantero es prácticamente infalible. Esta temporada, 11 de sus 62 disparos han llegado en esa zona, la más cercana a la portería rival. Tres de ellos acabaron en gol, mientras que sus otros diez tantos se produjeron en disparos desde el área de penalti. Es evidente que Firmino se ha beneficiado de la llegada de Mohamed Salah, que no solo ha marcado 32 goles sino que ha dado 8 asistencias en liga. Como Salah se ha beneficiado a su vez de tener a su lado a un delantero-asistente como Firmino.
El egipcio llegó a la Premier League con la fama de ser un jugador veloz con mucho desborde pero poca precisión en la finalización. Aunque sus primeros partidos parecieron reafirmar esa idea, sus cifras goleadoras subsiguientes se han encargado de desmentirla. Aunque existe un pequeño secreto: Salah es el segundo jugador de la Premier League que ha disparado más veces a portería (113, solo por detrás de los 162 de Kane). Es decir, ha marcado con un 21,2% de sus disparos en liga, en comparación con el 14,8% de Kane pero el 22,5% de Agüero o el 23,8% de Sterling. Es decir, Salah no es una escopeta de feria como algunos pensaban pero tampoco es un francotirador ante portería como algunos aficionados Reds parecen creer.
El caso de Mané tiene una explicación sencilla. La pasada temporada fue víctima de las lesiones y de su participación en la Copa de África. El senegalés solo disputó nueve partidos con el Liverpool desde Año Nuevo a causa de su viaje a Gabón con su selección para disputar la contienda continental y las lesiones limitaron sus actuaciones tras su regreso. Así que sus trece goles del curso pasado son una cifra engañosa. De hecho, Mané ha sido el vértice del tridente que está sufriendo una temporada más complicada. De nuevo las lesiones le impidieron comenzar al mismo ritmo que sus compañeros y ha tardado meses en adquirir la forma del curso pasado. Pero parece que ya está acercándose, como demuestran sus cinco goles en sus últimos cuatro partidos.
Pero un equipo de fútbol está formado por once elementos en constante movimiento que interactúan entre sí. No pueden entenderse esos elementos de forma individual sino como un producto del sistema. Y es labor del entrenador lograr que esas piezas independientes excedan la suma de las partes para multiplicar su valor colectivamente. Jürgen Klopp ha logrado potenciar las sinergias entre estos tres futbolistas. Firmino se ha beneficiado del fichaje de Salah, cuyo desborde y velocidad le han permitido aumentar su cuota goleadora. La generosidad y facilidad para abandonar su posición de Firmino ha permitido a su vez a Salah y Mané aportar una cuota de goles sorprendente para dos extremos. En el tridente del Liverpool nadie es lo que parece ser. El delantero es un asistente, los extremos son goleadores y todos ellos pueden ser cualquier cosa. Ese es su auténtico secreto.