Nacho González

Harry Kane, el nuevo ‘killer’ inglés

Sorprendió a la Premier League en su campaña de estreno y en esta 2015-16 se ha confirmado como Bota de Oro a pesar del peso del 10 a la espalda. El delantero londinense ha dejado de ser un proyecto de estrella para convertirse en el líder moral y goleador de unos Spurs que se sienten grandes al ritmo de sus goles.

En tiempos de experimentos como el ‘falso nueve’, una de las razas ancestrales del fútbol parece en constante necesidad de reivindicar su pureza. El delantero centro, ese ser dedicado en cuerpo y alma al gol hasta niveles enfermizos, vive días en los que se habla de centrocampistas, de jugadores de baja estatura, de arietes alejados del arco rival para tocar más balón lejos de sus tradicionales dominios. Sin embargo, de vez en cuando el deporte rey da a luz a un nuevo engendro que no comprende el juego sin una pelota dentro de una portería. Este año, Inglaterra ha asistido a la confirmación definitiva de uno de esos que su única posición en el campo es aquella que le permita oler el miedo del guardameta. Harry Kane ya es una realidad palpable.

Cuando Kane restó ocho unidades al dorsal con el que explotó la pasada campaña a base de goles, su valiente declaración de intenciones quedó clara como el agua. En un deporte tan supersticioso con la numerología, pasó del 18 suplentón al 10 reservado para los diferentes, ésos que cambian partidos y torneos en un simple gesto con la bota. El Tottenham tenía una nueva estrella a la que dar los galones y él había tomado oficialmente el estatus de líder y referencia.

Si llegar a la cima es difícil, aún más dura es la pelea por mantenerse. Derribó –hizo trizas– la puerta del primer equipo, pero ahora ha demostrado que no era una moda pasajera más del fútbol europeo. Fueron muchos, incluido quien escribe estas líneas, los que no creyeron en su confirmación cuando pasó las seis primeras jornadas de la Premier League 2015/2016 sin marcar. 32 fechas después, su foto posando con la Bota de Oro inglesa es una postal dedicada al hereje que algún día dudó. 25 dianas en el torneo liguero, y 32 en total sumando todas las competiciones y apariciones con la selección.

Kane vive para matar, y lo hace con distinto estilo al de sus homólogos compatriotas. Jamie Vardy y Wayne Rooney parecen productos de un caprichoso giro del destino, que decidió calzarles unas botas de fútbol en vez de verlos en la grada liderando un grupo de ‘hoolligans’. El de los Spurs no tiene esa mirada de rebelde salido de las entrañas de un pub británico, pero en su aspecto de chico correcto hay una obsesión por marcar que asusta al más rudo. Aunque no todo es ‘buenismo’ en la élite. Si tiene que lanzar un dardo, no se esconde como líder que es. “Cuando el excampeón lo celebra como si hubiese ganado la liga, quiere decir que estamos haciendo algo bien”, dijo tras el empate contra el vecino Chelsea que dio el título al Leicester City. Cosas de vestir el 10.


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Han sido precisamente Vardy y su Leicester los que han hecho de Kane un genio frustrado entre gestas. Siempre quedará ese sabor agridulce en el norte de Londres por la oportunidad histórica que este año se ha esfumado. Cuando el Tottenham tenía la ocasión de ser el matagigantes que el pueblo apoyaría como alternativa al dominio de los grandes, Ranieri y cía se apropiaron de ese título. Y así, un club con el que cualquiera fuera de Londres se habría solidarizado por sus casi 60 años sin ganar la liga pasó a ser el malo de la película. Kane lo ha vivido en sus carnes: quién sabe si habría sido coronado como el jugador del año si el milagro del Leicester jamás hubiese existido.

Más físico y posicional que un perro de presa como Vardy, el 10 del Tottenham se ha destapado como un delantero de libro. De esos que definen con sangre fría, tienen especial magnetismo para los rechaces, apuran al máximo el riesgo del fuera de juego y sueltan la pierna desde cualquier punto que deje ver la portería. Solo tres de sus 32 tantos han llegado desde fuera del área: le gusta moverse donde los verdaderos ‘nueves’ lo hacen. Después de ver a Rooney en el centro del campo a las órdenes de Van Gaal, es todo un alivio.

Que la meritoria campaña de los Spurs no haya acabado con nuevos trofeos en las vitrinas no significa el fin de un año para enmarcar de Kane. Si algo tiene Inglaterra para meter miedo en la Eurocopa, es su línea ofensiva. ¿Unir fuerzas con Vardy en un mismo equipo? Un 4-4-2 suena muy atractivo pensando en lo complementarias que son las características de ambos. Puede que aún no sea tarde para que el bueno de Harry levante un trofeo esta temporada. Y, caprichos del fútbol, al lado de Vardy.

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Nacho González