Hubo un tiempo en el que la portería del Liverpool fue un lugar de prestigio, de crédito, un lugar reservado para grandes figuras del vuelo y de la seguridad. Sin ir más lejos, hace no demasiado, la portería de Anfield tuvo un dueño, un portero que durante ocho temporadas sólo se sentó en el banquillo en tres ocasiones en Premier League, dos durante su primera temporada y una durante la última. Pero, antes de nada, démonos el gusto de viajar en el tiempo tan solo unas semanas antes de que este cancerbero aterrizase en Liverpool.
El Liverpool de Rafael Benítez había alcanzado la gloria. No llevaba ni tan siquiera un año el madrileño al frente del conjunto del Mersey cuando pudo disfrutar del máximo protagonismo en uno de los duelos más recordados de la historia de la Champions League, la remontada al todopoderoso Milan: 3-0 al descanso, 3-3 al término de los 90 minutos y, tras la prórroga, tanda de penaltis. Tanda en la que Jerzy Dudek consiguió ser decisivo para que, emulando con sus cómicos movimientos de distracción al gran Bruce Grobbelaar en la final de la Copa de Europa de 1982 ante la Roma en Roma, Steven Gerrard levantase al cielo de Estambul la quinta Champions de la historia del Liverpool. A pesar de esta gesta, Dudek no había conseguido demostrar a Rafa ser un portero solvente y regular. El técnico español no dejó pasar ese verano para otorgarle a las porterías de Anfield un nuevo propietario.
Un gran dueño, un dueño respetado, un dueño que otorgó carisma y prestigio al lugar que ocupó desde agosto de 2005 hasta junio de 2013. Un portero capaz de acumular seis temporadas consecutivas en la liga más competitiva de aquel momento sin tocar el banquillo, lo que fue un claro síntoma de la seguridad que dicho arquero aportó bajo palos durante una época para el Liverpool, no gloriosa respecto a títulos, pero sí de un grandísimo reconocimiento internacional. Pepe Reina fue el último gran poseedor de un puesto que, en aquel entonces, aún disfrutaba del brillo de un fútbol legendario, histórico, británico. A lo largo de cinco grandes temporadas, Reina fue el cancerbero de Benítez, de un equipo que aspiró a todo, que conquistó la Supercopa de Europa en 2005, ganó la FA Cup y la Community Shield en 2006 y que alcanzó, a finales de 2007, una final de Champions League, que perdió ante el Milan.
A mediados de 2010, Benítez dejó el banquillo del Liverpool tras haber experimentado el equipo un cierto declive competitivo. De hecho, desde la 2005/06 hasta la 2009/10, ninguna temporada fue peor que la última en lo que a goles encajados se refiere, con 35 dianas recibidas. Durante las primeras cinco campañas de Reina en el Liverpool, el equipo recibió algo más de 28 goles por temporada.
Huelga decir que influyen una infinidad de factores en que un equipo reciba más o menos goles: desde el estilo del entrenador, pasando por la solidez del entramado defensivo pero terminando, por supuesto, por las capacidades del portero. De hecho, las tres siguientes temporadas las protagonizaron en los banquillos Roy Hodgson, Kenny Dalglish y Brendan Rodgers, y en dichos años aumentó la media de goles encajados de la trayectoria de Reina en el Liverpool hasta superar holgadamente los 33 goles por temporada.
En los últimos coletazos del mandato del histórico Kenny Dalglish, en la 2011/12, el Liverpool levantó la Capital One tras ganar al Cardiff City en Wembley que, de hecho, es el último trofeo conquistado por el conjunto de Merseyside, con Pepe Reina en portería. El arquero madrileño defendería la portería ‘red’ durante solo una temporada más, la 2012/13 bajo las órdenes de Brendan Rodgers. Curso en el que el Liverpool encajó 43 goles, el récord de la etapa del cancerbero español. En esta última temporada, Pepe Reina compartió trabajo bajo los palos con el australiano Bradley Jones y con el húngaro Peter Gulacsi. El australiano disfrutó de siete apariciones gracias a lesiones del español, pero el húngaro no pudo, en su última temporada como jugador del Liverpool, ni tan siquiera estrenarse en Premier League con la zamarra roja.
Finalizó la primera temporada de Brendan Rodgers y Pepe Reina puso rumbo Nápoles para reencontrarse con Rafa Benítez, un entrenador que le permitió de nuevo relanzar su carrera. Gulacsi, en aquel momento portero de 22 años, hizo las maletas rumbo a la franquicia de Red Bull en Salzburgo, donde su carrera mejoró ostensiblemente. De tal manera, el Liverpool sólo disponía de un portero, el australiano de 31 años Bradley Jones, del cual encontramos la cúspide de su carrera en la 2008/09, en la que disputó 14 partidos con el Boro en Premier League.
Era necesaria la llegada de un portero contrastado y prometedor de cara a la temporada 2013/14. La anterior temporada, Simon Mignolet, de 25 años, se había consagrado definitivamente en la portería del Sunderland como titular indiscutible, recibiendo 54 goles. Más de 10 millones de euros desembolsa el conjunto de Liverpool por su nueva apuesta. Para completar el triángulo bajo los palos se incorpora también al jovencísimo portero de Wrexham, Danny Ward, de tan solo 20 años.
El guardameta belga disputa su primera temporada como jugador del Liverpool jugando los 38 partidos de Premier y recibiendo 50 goles, cifra que no se veía a orillas del Mersey desde la temporada 93/94, en la que se recibieron 55 goles. La prolífica cifra de goles a favor (101) consiguió hacer de menos la peor cifra de goles encajados desde hacía 20 años. El Liverpool luchó por la liga con el Manchester City hasta las últimas jornadas y la continuidad de Mignolet no se puso (demasiado) en entredicho.
La terna de porteros continuó durante la siguiente temporada, la 2014/15. Mignolet jugó 36 partidos, Bradley Jones, 200 minutos, y el joven Danny Ward sólo pudo disputar minutos en el Morecambe de League Two, en una cesión que duró algo menos de dos meses. El conjunto ‘red’ recibió 48 goles a lo largo de toda la temporada, dos menos que el año anterior, pero marcando el equipo 49 goles menos, ya sin Steven Gerrard siendo el líder sobre el campo, el Liverpool quedó en sexta posición.
Al finalizar la temporada, las críticas a Brendan Rodgers se acrecentaron, y la confianza en Mignolet se vio claramente mermada, pero el club decidió afrontar la temporada 2015/16 con el belga de nuevo liderando bajo los palos. Bradley Jones dejó el arco de Anfield para descender una división y jugar en el Bradford City, equipo en el que pudo disputar la friolera de tres partidos antes de irse en enero al NEC Nimega holandés, donde sí consiguió asentarse desde un inicio en la titularidad. El australiano no volvería nunca al Liverpool; al término de la 2016/17 se proclamó campeón con el Feyenoord siendo él el portero titular con ya 35 años.
Danny Ward decidió probar suerte una temporada más en el Liverpool y sería la última, la 15/16, en la que disputó dos partidos. La marcha de Jones se subsanó con el fichaje del portero suplente del Bolton, de la Championship, el húngaro Adam Bogdan, que también disputó dos partidos antes de volver a la segunda división la siguiente temporada, más concretamente al Wigan Athletic.
La 15/16 fue la temporada del adiós de Brendan Rodgers y la de la llegada de Jürgen Klopp. Desde octubre, el conjunto ‘red’, fue dirigido por el técnico alemán. Al término del curso, con Mignolet mandando bajo la portería, el Liverpool volvió a recibir 50 goles. Los de Klopp terminaron la temporada perdiendo la final de la Europa League ante el Sevilla y en octava posición en Premier League, muy lejos del lugar que les pertenece, pero con un proyecto ilusionante bajo la batuta del ex entrenador del Dortmund.
Klopp buscó reforzar la portería en el mercado estival de cara a la temporada 2016/17 y pescó en la Bundesliga, un mercado que conoce bien, haciéndose con los servicios de Loris Karius, un portero prometedor de tan solo 23 años que venía de hacer una temporada interesante en el Mainz 05. Eso sí, durante la temporada sólo disputó 10 partidos mientras que Mignolet volvió a ser el portero más importante, con 28 apariciones. Manninger, un veteranísimo guardameta de 39 años, suplente en el Augsburgo, completó la terna en el arco ‘red’ aunque sin llegar a debutar en Premier League.
El rendimiento del equipo aumentó en lo que a goles en contra se refiere: el Liverpool recibió 42 goles, cifra que no se veía a orillas del Mersey desde la 2011/12, con Pepe Reina en la portería. En la planificación de la temporada 2017/18 no entró Manninger y volvió Ward, que venía de ser el portero titular indiscutible del Huddersfield Town de la Championship, que había conseguido la histórica gesta de ascender a Premier League.
En esta última temporada, la 17/18, Ward ha vuelto a ser irrelevante para la portería del Liverpool, mientras que por primera vez tras cuatro temporadas Mignolet no ha sido el portero más utilizado. Mignolet y Karius se repartieron los 38 partidos de Premier, 19 para cada uno, no se sabe si por sus meritos o por sus deméritos. Independientemente de ello, el rendimiento bajo palos vuelve a aumentar en liga: durante la temporada 2017/18 el Liverpool recibe 38 goles, cifra récord desde la 2009/10, la última de Rafa Benítez al frente del conjunto ‘red’. El portero de la Champions, Loris Karius, fue protagonista de una de las historias más tristes de la historia de la Copa de Europa en lo que a porteros se refiere. El Liverpool, superior a un Real Madrid aturdido, sufrió los dos gravísimos fallos de un portero que no estuvo a la altura de lo que la cita requería, de la misma manera en la que Simon Mignolet, en sus cinco temporadas en el club, no había estado a la altura a la que un cancerbero del Liverpool debe estar.
Es la historia de un descrédito, la historia de un puesto histórico que en los últimos años ha ido perdiendo prestigio y categoría. Independientemente de que sea lógico pensar que no puede ser sólo responsabilidad de Mignolet el número de goles que haya recibido el Liverpool durante sus cuatro temporadas como titular indiscutible (47,5 goles por temporada), sí es evidente que su labor ha estado por debajo de la exigencia de uno de los clubes más laureados de la historia del fútbol.
El Liverpool ha descuidado, desde la marcha de Pepe Reina, su portería de una forma desmedida, tanto con los cancerberos como con los defensas que colocaba delante de ellos. Durante años la portería del Liverpool ha ido sufriendo un paulatino descrédito hasta sufrir una de las situaciones más dramáticas de la historia del club, la final de Kiev. El Liverpool ha dicho basta y ha realizado un desembolso récord en lo que al fichaje de un portero se refiere.
En el fútbol actual, en el que la cantidad de goles recibidos es absolutamente crucial para el devenir de una temporada, véase que la clasificación en Premier de los seis grandes en el pasado curso coincide tanto si la ordenas por puntos como si la ordenas por goles encajados, el cuidado de la portería por parte de las direcciones técnicas resulta decisivo. Durante las cuatro temporadas en las que Mignolet fue el portero titular sólo un equipo de los seis grandes fue más goleado en cada una de las temporadas. En las temporadas 2013/14 y 2014/15, un Tottenham sustancialmente menos potente que el actual, recibió más goles, 51 y 53 respectivamente, por los 50 y 48 que recibió el Liverpool. En la 2015/16, el Chelsea de Mourinho, deshilachado y muy lejos del nivel esperado (quedó décimo en Premier), recibió 53 goles, mientras que las metas del Mersey fueron perforadas 50 veces. En la última temporada de Mignolet como titular, la 2016/17, el equipo recibió 42 goles, por debajo de los 44 de un Arsenal que no consiguió clasificarse para la Champions League por primera vez desde hacía dos décadas.
La actitud del Liverpool ahora sí está a la altura de lo que el club se ha ganado históricamente, y los de Klopp apuestan sin complejos por reforzar una posición sin lustre desde hace ya un lustro. Alisson se enfunda la zamarra ‘red’ para intentar devolver el crédito que merece la portería del Liverpool. El arquero más caro de la historia tiene ante sí la oportunidad de virar la historia de uno de los mayores descréditos de la historia del futbol moderno: la portería del Liverpool durante los últimos cinco años. Y no parece fácil.