Una de las discusiones que más engancha en las redes sociales a los aficionados al fútbol es la de «la mejor liga del mundo». Por supuesto, es un debate estéril porque «la mejor» no deja de ser una percepción subjetiva. Podríamos ponernos de acuerdo sobre cuál es la más competitiva, la mejor organizada, la que tiene más jugadores en grandes torneos, la que tiene un mayor grado de asistencia, la que genera más audiencias, la que tiene más equipos que apuestan por el juego asociativo, etc. Pero lo de «la mejor», simplemente no existe.
En esa eterna discusión, los partidarios de la liga española suelen esgrimir los éxitos de los equipos grandes y sus estrellas. Que si las Champions del Barça y el Real Madrid, que si Messi y Cristiano, que si el Sevilla y la Europa League. Pocas veces se oye a esos aficionados hablar de los triunfos del Rayo Vallecano, las estrellas del Getafe o las glorias europeas del Granada.
Ahí precisamente es donde radica la fuerza de la Premier League, en la clase media. Una liga no son sus tres mejores equipos. Son más bien los diez o doce que están en medio los que mejor representan su nivel de juego medio. Y ahí, la liga inglesa tiene pocos rivales.
Estamos hablando del Southampton de Graziano Pellè, Victor Wanyama o Sadio Mané. Del Stoke de Marko Arnautovic, Xherdan Shaqiri o Bojan Krkic. Del Everton de Romelu Lukaku, Gerard Deulofeu o Kevin Mirallas. Del Crystal Palace de Yohan Cabaye, Wilfried Zaha o Yannick Bolasie. Del Watford de Troy Deeney, Odion Ighalo o Etienne Capoué. Y, por supuesto, del Leicester de N’Golo Kanté y el West Ham de Dimitri Payet.
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Kanté y Payet fueron los mejores jugadores franceses en la victoria de los locales ante Rumanía. Antes del encuentro, algunos analistas criticaron la inclusión de Kanté en detrimento de Cabaye porque consideraron que el diminuto mediocampista era poco más que un esforzado mediofondista con cierto talento para interceptar balones. Sus 80 pases completados de 87 intentados y su clase magistral en el apoyo de continuidad para favorecer la circulación de balón demostraron su error. Además de su ya conocida capacidad para el robo y la segunda jugada.
¿Qué decir de Payet? Didier Deschamps hizo gala de su valentía retirando a Paul Pogba, sabedor de que la maquinaria propagandística que arrastra el jugador de la Juventus se iba a lanzar sobre él sin piedad en caso de que el cambio no surtiera efectos. Pero al entrenador galo no le tembló el pulso. Abrió el campo con Anthony Martial y Kingsley Coman y Payet tomó las riendas por el medio. Así nace la obra maestra que decantó un partido que parecía abocado al empate.
En total, ocho jugadores de la Premier League representaron a Francia en el debut (Hugo Lloris, Laurent Koscielny, Bacary Sagna, N’Golo Kanté, Dimitri Payet, Olivier Giroud, Anthony Martial, Moussa Sissoko). ¿Sus clubes? Tottenham, Arsenal, Manchester City, Manchester United, Newcastle y, sobre todo, Leicester y West Ham.