El domingo, caras de decepción. El Manchester United volvía a tropezar en liga, esta vez frente al West Ham United en el London Stadium. La derrota por 2-0 dejaba al equipo de Ole Gunnar Solskjaer con ocho puntos de dieciocho posibles tras seis jornadas ligueras. Diez le distancian de su rival histórico, el Liverpool, y cinco de sus vecinos, el City. Más allá de los resultados, la absoluta falta de un plan o camino a seguir que muestra el equipo invita a la preocupación. Una mala planificación en verano, bajas que no fueron suplidas y mala suerte con las lesiones hacen irreconocibles a los onces de los Red Devils.
El martes, sonrisas forzadas. El vicepresidente ejecutivo del club, Ed Woodward, tenía que asomar públicamente la cabeza en medio de esta mala racha deportiva para anunciar el resumen financiero anual del club. En ese apartado, como es habitual para la gran máquina de hacer dinero que constituye una marca internacional como el United, las noticias eran buenas. 627,1 millones de libras de ingresos anuales (hasta el 30 de julio), lo que suponía un incremento de más del seis por ciento con respecto al pasado ejercicio.
“Todo el mundo en el Manchester United está comprometido con nuestro objetivo primordial de ganar títulos”, aseguraba Woodward según recoge la BBC. Estas palabras, sin embargo, contrastan con la realidad de un club que sigue siendo puntero en lo económico, pero, malacostumbrado todavía por los tiempos de Ferguson al primer escalafón del podio, vive una crisis deportiva. Balón y dinero yendo en direcciones contrarias, sin duda una curiosa disyuntiva en el fútbol moderno.
Respaldo a Solskajer
Además de presumir de las cifras, Woodward también aprovechó para dar un respaldo institucional al actual entrenador y su proyecto, algo que el noruego necesitaba en tiempos conflictivos y llenos de dudas para los de Old Trafford. “Mientras confiamos en que esta inversión traerá resultados, es importante que seamos pacientes con Ole y su equipo para el futuro. Pretendemos volver a la cima del fútbol inglés”, aseguraba el ejecutivo.
Sin embargo, la revuelta situación deportiva del club ha hecho que el puesto de entrenador no haya sido el único señalado. Tras la marcha de futbolistas como Alexis o Lukaku sin un intento por traer alguien de vuelta para cubrir sus huecos ha despertado los rumores sobre el puesto de director deportivo. Desde la llegada de Mourinho, quien prefirió trabajar por su cuenta en lo referente al mercado, no ha habido una persona específicamente encargada de esa parcela en el club.

“Con respecto a la especulación en torno al director deportivo, estamos continuamente revisando y buscando potencial que haga evolucionar nuestra estructura en el lado deportivo”, comentaba Woodward al respecto según cita el Manchester Evening News. En palabras de este mismo diario, algunos nombres ya han empezado a sonar como posibles ocupantes de esa vacante: el actual jefe de scouting Marcel Bout o el jefe de desarrollo John Murtough. En cualquier caso, el club busca formar también un comité en el que el elegido tenga el asesoramiento de antiguos futbolistas del equipo, intentando así preservar la mentailidad y esencia de los Red Devils. El propio Darren Fletcher mantuvo una reunión en Old Trafford el pasado mayo para ocupar puestos estratégicos en comités de este calado.
Lo deportivo arrastra a la economía
Pese a discurrir trayectorias muy distintas en la actualidad, la economía y el plano deportivo de un club se afectan mutuamente de manera inevitable. Así lo demuestran las previsiones para las futuras finanzas del club que presentó Woodward. Según lo comentado por el vicepresidente ejecutivo, para el año que viene se espera una caída en los ingresos de entre 47 y 67 millones de libras y una reducción de los beneficios de entre 20 y 30 millones de libras.
Gran parte de estas pérdidas son consecuencia directa del desempeño en el campo del equipo, pues tras acabar sextos la pasada temporada y no clasificarse para Champions League el club pierde una gran cantidad de ingresos asociados a la participación en la competición europea. Además, Woodward también señalaba los altos sueldos de algunas renovaciones y nuevas incorporaciones como otras posibles causas.
Con ello, el Manchester United ve amenazada la posibilidad de coronarse como el club con mayores ingresos por encima de otros equipos europeos. Especialmente, después de que algunos como el FC Barcelona hayan anunciado recientemente que esperan pasar el billón de euros en recaudaciones esta temporada.
Como queda patente, pese a la disyuntiva actual, el dinero y el fútbol están siempre conectados. Por lo tanto, el mal desempeño del United podría castigar su excelente situación financiera. Al mismo tiempo, tras las palabras de Woodward, parece más relevante y urgente la búsqueda de un director deportivo que un cambio de entrenador. El United parece haber llegado a una conclusión: necesita gastar dinero en alguien que sepa gestionarlo con cierto criterio en el plano deportivo para así conseguir títulos y éxitos y evitar que sus ingresos caigan. Ahora solo hace falta que alguien se lo cuente a los Glazer.