La SheBelieves Cup cumplió su tercera edición y lo hizo con la participación de cuatro de los seis equipos mejor situados en el ranking FIFA: la anfitriona Estados Unidos (1ª), Alemania (2ª), Inglaterra (3ª) y Francia (6ª). Una excelente ocasión para que el nuevo seleccionador Phil Neville comenzara a familiarizarse con el fútbol femenino y su primera oportunidad para acallar las críticas que suscitó su nombramiento a causa de algunos viejos tweets y de su falta de preparación para el cargo.
Inglaterra arrancó su andadura con una solvente victoria ante Francia por 4-1. La selección gala, en otros tiempos bestia negra de las Lionesses, se ha convertido últimamente en un buen cliente para las inglesas, que ya las derrotaron en la fase eliminatoria de la pasada Eurocopa. Toni Duggan, Jill Scott y Jodie Taylor pusieron el 3-0 con el que se llegó al descanso y la pequeña Fran Kirby puso el 4-0 inmediatamente tras la reanudación que liquidaba las opciones francesas de remontar. Neville recurrió a jugadores que, en su inmensa mayoría, ya habían formado parte de la selección en la era de Mark Sampson.
En su segundo duelo, Inglaterra protagonizó un encuentro apasionante ante Alemania en el que tuvo que remontar por dos veces. La alemana Hasret Kayikci adelantó a su equipo en la primera parte pero la incombustible Ellen White respondió apenas un minuto después. En la segunda parte, Millie Bright marcó en propia puerta y las alemanas volvieron a adelantarse en el marcador pero de nuevo White igualaría la contienda a falta de menos de veinte minutos. El empate inglés sumado al empate de Estados Unidos ante Francia colocó a las inglesas en situación favorable para alzarse por primera vez con el título. Un empate en su duelo final ante las anfitrionas habría sido suficiente.
Neville quiso rebajar la tensión llevándose a sus jugadoras a Disneyworld, aprovechando la celebración de su último encuentro en Orlando, Florida. Pero ni siquiera esa visita lúdica impidió que las inglesas cayeran ante las vigentes campeonas del mundo por culpa de otro gol en propia puerta, en este caso de la portera Karen Bardsley. El 1-0 final permitió a las anfitrionas conquistar el título en suelo patrio.
Aunque es pronto para extraer conclusiones de la labor de Neville al frente de las inglesas, recurrió a muchas de las jugadoras que ya formaron parte del proceso con Sampson y no se observaron mejorías drásticas dignas de destacar. Neville trató de mantener un perfil bajo y no cometer ningún desliz que pudiera rememorar sus infaustos tweets. Al menos eso sí lo logró.