En su estreno liguero, el Liverpool se impuso por 3-4 al Arsenal. Tras el encuentro, el lateral español Alberto Moreno fue señalado por Jürgen Klopp. Su equipo venció en el Emirates, pero lo hizo “a pesar” del carrilero español. Desde la llegada del estratega alemán, el exjugador del Sevilla resta más que suma en un esquema con cuatro defensores. La marcha de Brendan Rodgers con su defensa de cinco futbolistas (5-3-2) evidenció sus arrugas. Verlo ahora es como mirar a la chica del tiempo con la tecnología digital terrestre. Antes parecía muy mona, pero vista de cerca con una mayor calidad de imagen, no lo es tanto.
A Moreno se le exige recorrido, pero en demasiadas ocasiones se le olvida comprar el billete de vuelta en la estación y los espacios dejados a sus espaldas son uno de los lunares del combinado de Anfield que un reputado dermatólogo como Klopp querrá corregir. Ante la ausencia de alternativas, el técnico alemán ha optado por aprovechar la polivalencia de su carismático capitán. Desde aquel encuentro ante el Arsenal, James Milner ha disputado todos los partidos como el lateral izquierdo titular. Incluso el de Copa de la Liga frente al Burton Albion. Desde entonces, Moreno sólo ha tenido minutos cuando los Reds caían en Turf Moor por 2-0 a falta de trece minutos para el final (además de una presencia testimonial en el añadido frente al Leicester el pasado fin de semana). Con la ciudad ardiendo a sus pies cual alocado Nerón, Klopp arrojó otra cerilla al fuego. De ahí se extrae que el lateral español sólo cuenta en contextos en los que su equipo únicamente piensa en atacar sin reflexionar sobre la furibunda reprimenda del contrincante.
El principal beneficiado de la nueva demarcación del ‘7’ red es Georginio Wijnaldum. En la tercera jornada frente al Tottenham, el Liverpool tuvo la posesión y capitalizó sus ataques estáticos en la salida de sus dos laterales. A la derecha, la verticalidad de Nathaniel Clyne y a la izquierda, la forzada horizontalidad de Milner. Su condición de diestro le posiciona inconscientemente a ejecutar una acción tan básica como el pase con su pierna buena, es decir, a buscar un pase hacia zonas interiores donde el exjugador del Newcastle aguarda para recibir, conducir y soltar ganando metros para su equipo. No obstante, si el rival cubre a Milner ese pase de seguridad como terminó haciendo Vincent Janssen en White Hart Lane, la calidad de sus envíos desciende y la salida de su equipo sufre. Además, las pasionales diagonales hacia dentro de Philippe Coutinho ya no son siempre correspondidas con un fogoso desdoblamiento del lateral, lo que minimiza el impacto de las acciones ofensivas del equipo de Klopp y lo privan de un recurso tan provechoso como el centro lateral de Milner. Que le pregunten a Thomas Tuchel tras la eliminatoria de Europa League del curso pasado.
Defensivamente, Milner mejora a Moreno. De entrada, precisamente su condición de diestro en un puesto laboral tradicionalmente de zurdos le otorga cierta ventaja a la hora de defender a extremos rivales que encaran a pierna cambiada. Además, el retraimiento de Milner salvo en acciones de asedio al área rival, libera completamente a Coutinho de tareas defensivas en su costado. Un recurso similar al urdido en el Bridge hace años con César Azpilicueta defendiendo la misma banda que ocupa Eden Hazard. No obstante, los panes y los peces del ’10’ belga son más habituales, lo que justifica por completo todo un sistema que sacrifica parcial pero voluntariamente la incorporación de su lateral. En un cuadro como el de Klopp que alterna presiones altas sin balón con posesiones verticales e impetuosas que tienden a iniciarse desde el arrojo de sus dos laterales, Milner es más debilidad que virtud. Una navaja suiza sin afilar.