Daniel Centeno

La Premier League cambia, Tony Pulis no

El West Brom arrancó la liga con buen pie tras llevarse la victoria de Selhurst Park con un solitario gol de Salomón Rondón. Tony Pulis se lleva la victoria ante uno de sus equipos.

0 – Crystal Palace: Hennessey; Ward, Dann, Delaney, Souaré (Kelly, 93); Jedinak, Puncheon (Cabaye, 77); Zaha, Lee (Bolasie, 66, Townsend; Wickham.

1 – West Bromwich Albion: Foster; Dawson, McAuley, Olsson, Evans; Gardner, Fletcher, Yacob, Phillips; Rondón, Berahino.

Goles: 0-1, m.73: Rondón.

Asistencia: 24.490 espectadores en Selhurst Park. Arbitró Craig Pawson.

Arrancaba el partido entre los dos equipos menos goleadores de la pasada Premier League. Y un servidor pensó que a la hora de la siesta un Everton-Tottenham podría ser demasiado emocionante. Lo mejor de este encuentro era a priori el tener a dos británicos en los banquillos, ese toque nostálgico que dan dos técnicos veteranos. Alan Pardew recibía como local a un viejo conocido de Selhurst Park: Tony Pulis.

El galés salía con el West Bromwich Albion en perfecto reflejo de su mentalidad futbolística. La estrategia de Pulis era la esperable. Salomón Rondón cabecearía balones, sandías, melones y otras frutas exóticas colgadas desde la banda, Saido Berahino acompañaría para ofrecer opciones, mediocentro sólido y defensa de cuatro centrales. Matt Phillips sería el encargado de imprimir la velocidad en su debut.

Pards sin embargo sorprendió dejando en el banquillo a dos titulares frecuentes: Yohan Cabaye y Yannick Bolasie, que tiene pie y medio en el Everton. Jason Puncheon retrocedió para ocupar un lugar en la medular y dejar la mediapunta a Chung-Yong Lee, siendo imprevisible la presencia del coreano en el once. Andros Townsend y Wilfried  Zaha ocuparon las bandas.

La primera parte empezó como cabía esperar. Los Baggies dejaron el esférico al Palace, para acto seguido destruir su juego. En la transición ofensiva buscaban la testa de Rondón a toda costa desde los costados. El venezolano remataba, o aguantaba la pelota. Y funcionaba, pues Wayne Hennessey tuvo que intervenir en alguna ocasión. Connor Wickham se aburría entre los centrales del West Brom, esperando algún despeje en largo de su defensa.

Pasaban los minutos, y poco a poco el Palace empezó a verse capaz de construir su juego antes de que los chicos de Pulis lo derrumbasen. Dejaron la timidez a un lado para mover la pelota de arriba a abajo. Pero llegados la línea de tres cuartos, los Eagles se achantaban, siendo más polluelos que águilas. La rocosa defensa zonal del West Brom parecía impenetrable.

Lee se revolvió tranquilamente, se zafó de sus marcadores y consiguió que Craig Pawson mostrase la amarilla a Craig Dawson (lo que vale doble por el juego de palabras). Además lograba encontrar y combinar con Andros Townsend, que  lo intentaba por la banda derecha a la desesperada, dándole más bien poco trabajo a Ben Foster. Aunque Wickham intentaba participar, no le llegaban balones. Mientras, aislado en la banda, Zaha intervenía no mucho más que cualquier espectador.

Tras la reanudación, Zaha y Townsend cambiaron bandas. El West Brom tomaba otra vez la iniciativa, más frescos, impusieron su físico hasta que el Palace recogió el testigo, con un Jason Puncheon disfrazado de Jason Cabaye. Wilfried Zaha, ya en su banda habitual, tuvo una chance que doblemente detuvo Ben Foster, la primera en un cara a cara.

Tras un par de oportunidades mal aprovechadas del Palace, los Baggies tiraron de físico para que Craig Pawson pitase faltas en la recepción de balón, a fin de conseguir jugadas a balón parado, con las que acercarse a la portería. Los locales estaban KO, y Pards decidió sustituir a CY Lee, que había desaparecido, por Yannick Bolasie. El congoleño tomaba el liderazgo en los ataques, siendo un extremo más en la banda en la que se jugase, y moviendo el balón por detrás de Wickham.

Mientras tanto, Pulis daba aire a sus chicos cambiando a Craig Gardner por James McClean, animándolos a seguir haciendo su juego. Y tanto fue el cántaro a la fuente que se rompió. Tras una falta de Townsend sobre Craig Dawson en el lateral del área, el recién entrado McClean botó desde la banda el lanzamiento para asistir a Rondón, que lo peinaría por encima de la defensa Eagle, haciéndolo inalcanzable para Wayne Hennessey.

A falta de 15 minutos para el final, Puncheon dejaba su hueco al verdadero Yohan Cabaye y se oyeron silbidos del público. Las aportaciones del francés fueron discretas el resto del encuentro. Poco después Bolasie caería en el área, arrollado por Claudio Yacob, pero el colegiado no señaló la pena máxima. En la repetición se pudo ver cómo Yacob no pudo evitar el choque, no existiendo intencionalidad. Townsend por su lado, seguiría intentando en ataque, combinando con Bolasie, creando peligro, pero no goles.

El West Brom daba algún susto a la contra, pero no arriesgaban, pero repelía antes todo balón colgado en su área. También se pudo ver la aplicación de la nueva normativa, Johnny Evans cometía una falta que sancionaba el árbitro con amarilla, y poco después aplicaba la misma tarjeta a Wilfried Zaha por protestar.

Pulis haría su segundo y último cambio, sustituyendo a Berahino por James Morrison, para frenar el partido. Yannick Bolasie vería una amarilla por juego peligroso. Los Baggies se tomaban su tiempo en las acciones, Alan Pardew cambiaba a Pape Souaré por Martin Kelly, y Andros Townsend lo seguía intentando, más a la desesperada que nunca. Tras un tiro lejano que fue directo a Ben Foster y una falta que mandó muy desviada, sonó el pitido final.

Hoy daba la impresión de que faltaba algo más que un delantero a las órdenes de Pardew. Pulis hará lo que sabe, venga quien venga. Tiembla, Guardiola.

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